Lavado de cara a las palmeras
El Ayuntamiento de Málaga ultima un plan de poda aprovechando que el picudo rojo está aletargado durante la época invernal
No es la época idónea para llevar a cabo la poda de las palmeras, pero es la única forma de ponérselo difícil al picudo rojo que en durante los meses de invierno permanece aletargado y apenas vuela entre una y otras. Con esta intención, las alrededor de 400 palmeras que adornan el Parque de Málaga están siendo podadas para mantener a raya la plaga. El área de Parques y Jardines del Ayuntamiento de la capital está ultimando estos días el plan de poda que empezó a principios de año y por primera vez ha pretendido emplearse a fondo con todas las palmeras estén o no afectadas por el escarabajo.
Pero la poda, que esta semana se está centrando en el entorno comprendido entre la sede del Consistorio y el Hospital Noble, no se hará por igual en todos los ejemplares. "Dependerá del estado en el que nos la encontramos y si tiene afección o no por el picudo", explicó el director del área municipal, que aseguró que la poda está consistiendo en cortar todas las hojas secas y algunas que estén dañadas, además de aplicar productos fitosanitarios en aquellos casos en los que sea necesario.
El mayor riesgo se produce por la cicatriz que estos cortes puede acarrear a la palmera y por los que suele aprovechar el escarabajo para colarse en su interior, ya que la cicatriz suele tardar en sanar un par de semanas. Lo positivo es que el picudo en esta época, debido a las bajas temperaturas, no está tan activo y es en verano cuando aprovechar para volar más entre palmera, justo la misma época en la que tradicionalmente se hacía la poda de las palmeras del Parque. Este plan de acción es complementario, según Gutiérrez del Álamo, al que ya se lleva a cabo en cada una de las palmeras afectadas por la plaga tanto para su prevención como tratamiento curativo. Pero en los últimos meses la plaga está controlada, habrá que esperar a la primavera con la llegada del calor para que se vuelva a reactivar.
Las bajas temperaturas del invierno y un organismo microscópico con forma de gusano se han convertido en los mejores aliados en la lucha contra el temido picudo rojo. Sólo la llegada del frío en los últimos meses a Málaga capital y la lucha biológica que han emprendido los llamados nematodos han conseguido frenar, al menos de momento, la peligrosa expansión que el escarabajo había iniciado en el corazón verde de la ciudad donde hay más de una treintena de ejemplares seriamente afectados.
Además de la lucha biológica que está dando buenos resultados, la lucha contra el picudo se basa en dos técnicas. Una de ellas conocida como endoterapia que se trata de una técnica que se usa cuando se detecta la infección de una palmera por el insecto, a través de la aplicación de insecticidas sistemáticos de alta persistencia, conjuntamente con nutrientes. Y la otra es la poda quirúrgica o cirugía, que consiste en un tratamiento mecánico de limpieza de la zona afectada. Si la poda ha servido o no para luchar contra el picudo se verá en primavera, pero al menos las palmeras han recibido un notable lavado de cara.
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