Listas de espera en Málaga: "Llevo casi un año esperando una prueba"

La mayoría de los usuarios de la sanidad pública se quejan de las demoras para una cita con el especialista, una prueba o una operación y opinan que la asistencia “debería ser más ágil”

Profesionales y sindicatos denuncian que las listas de espera en Málaga están "disparadas" y empeorarán en verano

Médicos estiman que el recorte en el Regional de Málaga ahorrará 818.000 euros, pero aumentará las listas de espera

Pedro Serrano y su mujer, Antonia Sánchez, esperando una prueba de Oftalmología en Barbarela. / M. H.

Málaga/Pedro Serrano aguarda paciente en la zona de Oftalmología de Barbarela. Por fin, después de nueve meses le van a hacer una campimetría de la vista. “Estoy perdiendo visión del ojo derecho. Llevo casi un año esperando esta prueba”, explica. Le acompaña su mujer, Antonia Sánchez. Pedro opina que es “demasiado tiempo de espera” y recuerda que desde que lo derivó el médico de cabecera han pasado “más de tres años”. El especialista le ha dicho que su patología “no está aún para operar”, pero quiere tener una valoración de su visión. “Pero esperar tantos meses para una prueba no me parece normal”, acota.

A su lado, la mujer asiente: “La sanidad está fatal”. Es una frase que repiten muchas personas, que creen que no está tan bien como cuentan los políticos. Pertenecen al centro de salud de Santa Rosalía, en la capital malagueña. Ella cuenta que tiene dolores en una pierna y que el médico de cabecera tarda “más de dos semanas”. Y añade que “cuando amaneces mala, quieres ir al médico ese día”. Reconoce que existe la cita no demorable en el ambulatorio, pero recuerda que en este dispositivo no dan receta si prescriben un medicamento.

Málaga Hoy recoge sus testimonios al hilo de los datos del Servicio Andaluz de Salud (SAS) que reflejan un empeoramiento de las listas de espera, con 32.107 pacientes esperando una operación en la sanidad pública malagueña, 7.384 más que en el informe del año anterior.

J. F. tiene una lesión cervical que le ocasiona dolor de cabeza y adormecimiento de las manos. Después del verano de 2022, el médico de familia lo derivó al traumatólogo del Hospital de Ronda. El especialista lo vio el 30 de diciembre del año pasado. Y le pidió una resonancia y un electromiograma. “Me hicieron las pruebas mediante un concierto con centros privados y fue superrápido. La resonancia en Antequera y el electromiograma en Málaga. En menos de un mes, las tenía. Pero llevo esperando muchos meses una segunda cita con el traumatólogo para que me den los resultados y no me llaman”, comenta. Ha puesto una reclamación por la tardanza.

J. F. enseña la respuesta del Hospital de Ronda a su reclamación por las demoras. / M. H.

Le han contestado que desde la gerencia del área sanitaria “se está trabajando para solucionar con celeridad la demora existente en la lista de espera” y que de momento no hay una fecha exacta para su cita “que está siguiendo el orden de demora en sentido decreciente, de forma que ningún paciente sea injustamente adelantado o atrasado”. Mientras, ha optado por costearse de su bolsillo un fisioterapeuta para que le alivie las molestias. Cada semana recibe una sesión, que le cuesta 35 euros. “Al mes son 140 euros. Y me dijo el fisio que deberían ser dos sesiones semanales, pero no puedo pagarlas”, aclara.

Manuel Álvarez en el Centro de Especialidades San José Obrero. / M. H.

Manuel Álvarez acompaña a su mujer a Barbarela. Esta vez tiene cita con el neumólogo. Pero su queja es con las demoras en Neurología. Explica que su mujer sufrió un ictus hace ocho años, que luego le repitió. Debería tener controles anuales. “Pero al final, las revisiones se van alargando y nunca son al año. Desde que entró el PP esto está peor, creo que antes no había tantas demoras”, opina. “La atención sanitaria debería ser muchísimo más rápida”, defiende. Luego concreta: “He pagado 56 años de cotizaciones y ahora a esperar”.

Juan Ortiz (izquierda) y José García, en el Centro de Mayores de El Perchel. / M. H.

Juan Ortiz y José García comparten con unos amigos una partida de dominó en el Centro de Mayores de El Perchel. El primero relata que lo vio el otorrinolaringólogo en el Centro de Alta Resolución de Especialidades (CARE) y le pidió un TAC por un problema en la garganta. Se va un poco por las ramas y otro de los jugadores, mientras acomoda las fichas, le exhorta: “No líes la hebra”. Así que vuelve al meollo del asunto. El TAC se lo hicieron el 26 de agosto de este año. Tenía la cita telefónica precisamente para este 22 de noviembre. A media mañana, no le habían llamado. “Pero han pasado tres meses para que me den los resultados de la prueba. He puesto una reclamación, pero no me han contestado”, indica. Luego acota:“Juanma [por el presidente de la Junta de Andalucía] alardea de la sanidad, pero está de mal en peor”. Un compañero de mesa mete cizaña: “En Cataluña no tienen ese problema porque los dineros van para allá...” Luego se suceden las críticas por los conciertos de la sanidad pública con la privada. “Que la privada se sustente con sus asegurados, no con los conciertos”, opina.

A su izquierda está sentado José. Su centro de salud es el de Delicias. “La sanidad [pública] está para prenderle fuego. Para ver al médico de cabecera puedes tardar 15 días y para el especialista son de seis meses para arriba; vamos, que se muere el paciente y no le llega la cita. Que los políticos no hablen tanto y hagan más”, argumenta mientras acomoda sus fichas.

Maricarmen Ruiz también está en el Centro de Mayores de El Perchel. Pero ella ha ido a la clase de gimnasia. Tiene un tumor blando, no maligno, en el pie. Dice que con los zapatos cerrados, le duele al caminar. Pertenece al centro de salud de Nueva Málaga. Le hicieron una resonancia antes de la pandemia. Debido a la crisis del coronavirus, ella pidió el aplazamiento de la intervención. Cuando el Covid se apaciguó, volvió a su médico de cabecera para que reactivara el proceso quirúrgico.

Maricarmen Ruiz, antes de entrar a gimnasia en el Centro de Mayores de El Perchel. / M. H.

La facultativa, por error, no tramitó la petición. Así que en septiembre de 2022 volvió al centro de salud para que la derivaran otra vez. Le tocó el traumatólogo en el CARE, dependiente del Hospital Regional. “No es grave, pero aún no me han llamado y me parece que es mucho tiempo”, comenta antes de que la profesora indique que basta de charla porque comienza la clase.

También acude a gimnasia María Ruiz. No cuenta su caso, sino el de su marido, que hace unos ocho meses tuvo un pinzamiento en la espalda. “Estuvo tres meses sin poder moverse, ni salir a la calle. Ya está mejor, pero a veces se le mete un dolor...”, relata. En el centro de salud de Huelin lo derivaron al médico rehabilitador. Todavía sigue aguardando que lo llamen. “Las listas de espera están fatal y la tardanza con el especialista es mortal”, opina.

Los sanitarios siempre indican que la demora en el acceso a los especialistas y la tardanza en las pruebas diagnósticas genera un “tapón” que, si procede una intervención, retrasa la entrada en la lista de espera quirúrgica.

Alfredo López es otro de los que van al Centro de Mayores para jugar al dominó. Cuenta que su mujer tiene una patología por la que le crecen los huesos de los pies. Debido a la demora de la sanidad pública, se fueron a un hospital privado. Pagaron 9.000 euros por la intervención. Pero la tienen que reintervenir. Ya no pueden volver a afrontar una segunda operación de su bolsillo, así que lo harán por la pública. “La atienden en el CARE. Le han hecho radiografías, pero no la llaman. Lleva esperando un año para reoperarse”, explica. Cuenta que debido a la malformación que tiene, pueden salir a pasear, “pero con dificultad”.

En la mesa, los compañeros de partida dicen que están “sanos como una pera”. Uno de ellos es técnico sanitario, aunque está de año sabático. No quiere dar su nombre, pero opina que “las listas de espera están cada vez peor”.

En Barbarela, otro matrimonio espera una radiografía. La prueba es para él, Carlos Morales. Son los únicos entrevistados para este reportaje que no tienen quejas del funcionamiento de la sanidad. Él tiene líquido en una rodilla y del centro de salud de Teatinos lo derivaron al traumatólogo. Le dieron a elegir, para que el proceso fuera más rápido, que lo viera un especialista en el Hospital del Valle del Guadalhorce. Aunque vive en la Colonia Santa Inés, aceptó desplazarse hasta el centro sanitario, ubicado en Cártama. “Si es más rápido, me da igual”, señala. Este martes estaba en el Centro San José Obrero para que hicieran una radiografía. La semana que viene tiene la cita para que el traumatólogo le dé los resultados. “Todo ha ido muy rápido, no tengo quejas”, afirma.

Carlos Morales y Carmen Salvi. / M. H.

“A lo mejor, si se hubiera quedado en Barbarela, habría tardado más”, especula su mujer, Carmen Salvi. Aunque apostilla que “el traslado al Hospital del Guadalhorce no es una opción para personas mayores que tengan que coger el autobús”. Luego aclara que aunque no tiene queja de cómo ha ido el traumatólogo para él, sí está descontenta con las demoras en Atención Primaria. “Ahí sí estoy enfadada. Mi madre tiene 98 años y a veces tengo que esperar dos o tres semanas para que me den cita para pedir la receta de sus medicamentos”, resume. Luego insiste en que “para como están las cosas y lo rápido que ha ido el traumatólogo, no tenemos quejas”.

A tenor de los relatos de la gente de la calle, la sanidad pública tiene “demasiada demora”; esperas que, según las palabras de alguno de los usuarios, “desesperan”.

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