Tribuna Económica
Carmen Pérez
Aranceles a la vista
En un vídeo colgado estos días en sus redes sociales, Luis Rodrigo, candidato de Adelante Málaga, invitaba a sellar con pegamento los candados en los que guardan las llaves de los pisos vacacionales. Pero no fue una defensa del vandalismo, ni considera que haya sido un error. Se trata, asegura, de una acción simbólica, un tanto incendiaria, eso sí, para poner "el dedo en la llaga" de un problema que trasciende al modelo turístico para llegar hasta al acuciante problema de la vivienda.
-¿Cómo es que un candidato a la Alcaldía llama a realizar un acto vandálico?
-Esto ha sido una acción simbólica y lo he explicado después en mis redes. Las primeras noticias que fueron surgiendo entendían el contexto de parodia que intento seguir en la publicación. He tenido que recurrir a la parodia y a algo así tan incendiario porque cuando presenté mi candidatura ya dije esto, pero no se escucha y creo que es algo tan necesario para la mayoría de la población que hay que hacer este tipo de acciones simbólicas. Pero todo dentro del marco de la parodia.
-¿Ha intentado dar un golpe de efecto?
-Sí, exacto. Y creo que en parte se ha logrado porque hemos metido el dedo en la llaga de un problema que realmente estaba ahí, como un elefante en la habitación, pero que no terminaba de salir al debate público.
-¿Considera que fue un error?
-No, fue una acción simbólica para abrir el debate público, no un error.
-¿Qué repercusión ha tenido su video?
-Pues ha tenido un cierto impacto, también por lo explosivo y lo ácido del mensaje. Al final yo creo que lo importante se ha conseguido, y es que se abra el debate público de lo que está pasando con el modelo turístico de la ciudad. Habrá gente que esté más de a cuerdo y otros menos, pero la situación está ahí y se está hablando de ella.
-¿Qué límite pondría a los pisos turísticos?
-Ahora mismo lo que nos planteamos es paralizar la emisión de nuevas licencias, ahora que tenemos un marco andaluz para poder actuar sobre esto. Es un mercado que está creciendo a una velocidad excesiva. Y también realizar una moratoria. Los estudios nos dicen de que hay una determinada cantidad de viviendas registradas pero también un alto porcentaje también funciona desde fuera de la ley. En un mercado tan sensible como es el de la vivienda, esto hay que controlarlo.
-¿Cómo considera que está afectando el problema de la vivienda al malagueño?
-Lo veo en mi día a día. Por mi edad tengo muchos amigos que están intentando independizarse, que están en la búsqueda de un piso y siempre les digo que si les convence algo que lo cojan porque este va a ser el momento más barato de la historia. Vemos que los precios siguen subiendo, por lo que nos relegan a muchos a vivir en casa de nuestros padres, a no poder empezar una vida propia como adultos y eso al final tiene una carga psicológica, además de complicaciones al desarrollo de la propia persona, que no puede vivir de forma independiente. Es algo que puede afectar muy negativamente a la vida.
-¿Qué propone Adelante Málaga en el tema de vivienda?
-El gasto en vivienda no debería de superar el 30 ó el 35% de los ingresos de la persona y esto no se cumple con el salario medio de la población malagueña. Lo que proponemos va en dos vías. Por un lado, aumentar el parque de vivienda pública, que se asequible y de calidad. No nos vale con viviendas públicas a 150.000 euros o alquileres, como los que han salido en Santa Rosalía, por 600 euros. Se trata de vivienda pública, repito. Y también hay que evitar en estas nuevas promociones que se formen nuevos guetos en la ciudad, barrios alejados de la vida urbana en los que metemos todos los colectivos más marginalizados.
-La nueva ley de vivienda abre un nuevo marco…
-Sí, se podrá intervenir un poco mejor en el mercado inmobiliario y una de las cosas que podemos hacer es declarar Málaga como una zona tensionada y establecer un índice de alquileres razonable de manera que los arrendadores puedan ser penalizados sin se pasan de este límite.
-¿Cómo ve las perspectivas futuras si no hay cambios?
-Si las cosas siguen como están no tiene pinta de que vaya a mejorar nada. Históricamente se ha visto, el precio de la vivienda siempre sube. En este siglo, solo ha habido un año en el que bajó. Por eso apostamos por intervenir en este mercado, estamos hablando de un bien de primera necesidad, recogido por la Constitución y que hay que garantizarle a todo el mundo. Si estamos viendo que cada día se van diez malagueños de la ciudad, ahí hay un problema. Y el Ayuntamiento tiene la responsabilidad de solucionarlo. El año pasado perdimos más de 3.000 habitantes nativos. La ciudad crece, pero la población local disminuye.
-¿La proliferación de pisos turísticos favorece este éxodo?
-Sí y no solo en el centro. Esta mancha de aceite se está extendiendo ya más allá del centro y vemos como zonas como El Perchel, en Málaga oeste y El Palo también está aumentando mucho. Si no se interviene de alguna manera es algo que va a seguir creciendo. Hoy ya tenemos más viviendas turísticas en el centro que habitantes censados y esto podría ocurrir también en otros barrios.
-¿Qué dice de una ciudad que tenga más pisos turísticos que habitantes censados en su centro?
-Lo principal es que habla del modelo económico que estamos siguiendo. Se dice que vivimos del turismo y en realidad estamos malviviendo del turismo. Nosotros queremos que el turismo siga siendo una parte importante de nuestra economía, pero que permita a la gente vivir de ello y no malvivir. Por otro lado, habla de una ciudad que no está teniendo en cuenta su idiosincrasia histórica, su identidad. Basta darte un paseo y ver que los sitios más autóctonos se han desplazado. Creo que hay una pequeña frustración para muchos, quizás en segundo plano, que sienten que están paseando por una ciudad que ya no es suya.
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