Maersk abandona de forma temporal el puerto de Málaga
Marítimas
Esta naviera danesa, la más importante del sector de los contenedores a nivel internacional deriva todos los tráficos previstos para la capital a la terminal marroquí de Tánger-Med 2
Málaga/Maersk abandona de forma temporal el puerto de Málaga. La nula actividad que durante este mes han tenido en la terminal del muelle número nueve los buques portacontenedores de la principal naviera del mundo explica su marcha de aguas malacitanas. Con la única escala del pasado día 8 de un barco, el Rio Blackwater fletado por esta compañía para recoger unos restos de contenedores, esta potente naviera danesa, ha decidido derivar su tráfico a Tánger-Med 2.
Ante esta situación que Noatum, la concesionaria del muelle número nueve, califica como temporal, la terminal malagueña, tras la pérdida de los buques de Maersk se queda con dos líneas regulares de portacontenedores con sendas escalas semanales, la que ejecuta WEC Lines (Mediterránean Shippping Company) por puertos del Mediterráneo y la que, con salidas y llegadas en Montreal, realiza desde septiembre de 2018 la compañía alemana Hapag-Lloyd.
Teniendo como causa principal los costes en los tránsitos, la posibilidad de Maersk Line de llevar a sus buques a la terminal tangerina le es mucho más rentable que los atraques malagueños; un hecho que según ha podido saber Málaga Hoy, no cierra definitivamente la puerta para el regreso de los barcos de esta naviera al puerto de Málaga. Esta negativa circunstancia, que hará bajar mucho las estadísticas generales del puerto malagueño, ya se repitió en el año 2013 cuando Maersk, tras emplear las instalaciones malacitanas desde su inauguración en 2004, decidió dejar la terminal del muelle número nueve; una completa sequía de atraques que llevó a la retirada de las cinco grúas de contenedores que por entonces estaban instaladas para las operativas de estos barcos.
Tras unas intensas negociaciones y un mínimo y puntual repunte debido a problemas de saturación en las terminales de Algeciras, aquella crisis de escalas que se prolongó durante años se cerró en 2018 con un acuerdo; un pacto donde además de hacer regresar a las grúas a la terminal del muelle nueve, la naviera danesa se comprometía a la ejecución de un mínimo de 150 escalas al año durante al menos dos ejercicios. Manteniéndose unas operativas centradas en el tránsito, es decir, barcos que en diferentes rutas internacionales han descargado contenedores llenos o vacíos para que otros se los lleven, los números totales obtenidos por la terminal malagueña en 2018 supusieron, según fuentes de la Autoridad Portuaria, 935.332 toneladas; unos números que el pasado año alcanzaron 1,4 millones de toneladas y que, siendo los mejores datos en ambos balances de tráficos en las instalaciones portuarias malagueñas, contrastan con la drástica decisión que ha tomado Maersk Line de llevar a sus buques a Tánger-Med 2.
Y si bien los motivos de este abandono son muchos y muy variados, los ya mencionados costes en los tránsitos pueden englobar a todo tipo de tasas o precios del combustible entre otros múltiples factores, la opción de dejar la terminal malagueña de Noatum puede estar basada fundamentalmente en la concesión que durante 30 años ha obtenido esta naviera para el uso de parte de estos puntos de atraque marroquíes; unas instalaciones que en la actualidad disponen de 1.600 metros lineales de amarre más 76 hectáreas de campa destinadas al almacenamiento.
Frente a la rentabilidad que supone para Maersk el uso de los muelles tangerinos, la buena situación geográfica y las instalaciones de la terminal malagueña parece que han dejado de ser de interés para este gigante del mundo de los contenedores que en la actualidad, según datos de enero de 2020, opera con 725 barcos que gestiona en propiedad o en régimen de alquiler.
Y aunque el no definitivo a Málaga aún no está dicho por parte de la naviera danesa, en unos días, tras algo más de cuatro semanas sin ver barcos de esta compañía está prevista la llegada de dos buques de Maersk, la terminal de Noatum que mantiene la esperanza de que los daneses no den la espalda para siempre al muelle número nueve, afronta su actividad diaria atendiendo a los tráficos semanales de los portacontenedores de MSC y Hapag, amén de seguir operando como terminal multifuncional recibiendo barcos con graneles sólidos y líquidos además de buques cocheros.
Una historia que se repite como ya ocurrió en 2013 y que en esta ocasión, con la realidad de la faraónica Tánger-Med 2 en plena actividad y con el añadido de una posible ampliación, deja a la terminal de contenedores a la espera de cual será su futuro a corto y medio plazo; un futuro que podría pasar por el regreso de esta naviera danesa o por la llegada de otras compañías que reverdecieran el esplendor que el muelle número nueve vivió los años después de iniciar su actividad. Unos muy abundantes tráficos que entre otros muchos barcos trajeron a Málaga entre julio de 2009 y noviembre de 2010 en sus respectivos primeros atraques a los ocho buques de la denominada Clase E de Maersk Line, unos portacontenedores que estuvieron considerados por aquellos años los más grandes del mundo.
Más información sobre marítimas en El blog de Juan Carlos Cilveti: La mar de historias.
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