Málaga lidera el gasto en juegos de azar, que sube 31 millones en un año

El volumen de dinero que mueven se mantiene todavía por debajo de los años previos a la crisis

Las tragaperras continúan siendo el recreativo que más ingresos obtiene y le siguen los casinos y bingos

Las máquinas tragaperra, el recreativo que más ingresos obtiene
C. Clavijo · D. G. Géniz

10 de diciembre 2018 - 02:07

Málaga es la provincia andaluza que más gasto por habitante registró en juegos de azar durante el pasado 2017. El desembolso supera los 500 millones, 31 más respecto al ejercicio anterior. La cantidad no se alcanzaba desde 2011, que cerró con un total de 508,456. Sin embargo, las cifras se sitúan todavía por debajo de la registrada en la época previa de la crisis y quedan lejos de los 672 millones que se gastaron en 2008.

El tipo de recreativo que sigue generando más ingresos a sus propietarios son las tragaperras, seguidas del casino y de las salas de bingo. Todas las modalidades registran una subida en el volumen de dinero que han movido, después de llegar al mínimo a mediados de esta década, lo que indica una recuperación moderada en un sector que también se ha visto muy afectado por la debacle económica. Al margen de los juegos tradicionales, quedan las apuestas por internet, ámbito que experimenta un importante auge y donde resulta mucho más complicado analizar los gastos en esta actividad. Y, lo que es más preocupante, la adicción que genera.

La Junta de Andalucía –administración a la que compete el control sobre los juegos que requieren presencia física– maneja tres conceptos a la hora de abordar el dinero que se mueve en este sector. Por un lado, está el volumen total, referido a lo que han invertido los jugadores a lo largo del año. En Málaga, esta cantidad llegó en 2017 (los datos más recientes) a 507,77 millones de euros, cifra que supone un incremento interanual del 6,51 %, lo que en números redondos se traduce en 31 millones de euros más. La subida confirma la tendencia alcista en este negocio, que tocó fondo en 2014, el ejercicio en el que menos dinero se movió, con 427,944 millones. Dicha cantidad quedaba muy lejos de la registrada en 2008, ejercicio en el que comenzó la debacle económica, cuando el volumen se situó en los 672,77 millones. En siete años se produjo un descenso continuado del 33%.

Subida

El empuje de los recreativos ha llevado a que supongan el 3,1% del PIB español

Esta bajada tan acusada iba pareja a la crisis. Los expertos inciden en que, pese a que en un primer momento los primeros afectados por el desplome financiero vieron en los juegos la oportunidad de ganar dinero de forma fácil y rápida para remontar sus negocios, esta vía se fue dejando ante al falta de liquidez, por lo que acabó pasando factura a un sector que ha tenido, además, que hacer frente a una auténtica revolución: el de los juegos online y las apuestas deportivas.

Los otros dos conceptos que emplea el Gobierno andaluz para analizar la actividad en los juegos de azar son el gasto real, es decir, lo que resulta de restar al volumen total el dinero equivalente a los premios conseguidos, cantidad que en 2017 se situó en la provincia de Málaga en 134,95 millones; y el gasto aparente, esto es, el gasto real dividido entre la población, por lo que cada sevillano empleó de media el año pasado 82,8 euros en los juegos. En este término sí se observa cierta diferencia con otras provincias andaluzas, ya que Málaga ocupa el primer puesto en gasto por habitante en la comunidad. Le sigue Huelva, con 65,7 euros; y Cádiz, con 64,7.

Se trata, por tanto, de provincias costeras donde esta actividad resulta mucho más atractiva que en las de interior por la gran afluencia de turistas que tienen, especialmente en verano. Por tanto, aquí el gasto aparente –que está relacionado con la población empadronada– ha de ser también relativizado, pues buena parte de este desembolso procede de los bolsillos de los visitantes.

El juego que tradicionalmente ha imperado en Málaga son las máquinas B, conocidas como tragaperras, que cuenta con un total de 5.586. El pasado año el volumen de dinero que estos recreativos movieron llegó a los 273,91 millones de euros. El gasto medio por habitante supone tres cuartas partes, lo que evidencia su importancia en el sector. No obstante, aquí también se observa una evolución tanto en las cantidades que se han movido como en el número de máquinas distribuidas en la provincia. En 2008 los malagueños gastaron en ellas 338,78 millones de euros, cantidad que fue descendiendo a causa de la crisis, hasta llegar a su nivel más ínfimo en 2014, cuando se situó en los 236,96 millones.

También este ejercicio se registró el menor número de tragaperras. De las 7.787 que había en 2008 a las 5.014 de hace cuatro años, una reducción del 35,6%. A partir de entonces comenzó una recuperación que ha llevado a que el pasado ejercicio el volumen de dinero que movieron se acercara a los 273,91 millones (cifra que se mantiene aún por debajo de la conseguida en vísperas de la crisis) y que el número de tragaperras sea de 5.586. Por tanto, en cuatro años se han instalado 414 máquinas más, lo que indica también una recuperación en los bolsillos de los clientes, que vuelven a tener dinero para gastarlo en estos recreativos.

El segundo juego presencial que más dinero mueve es el bingo. Málaga llegó a disponer en 2008 hasta de 17 salas, hasta 2016, cuando perdió una. Un año después, se produjo otra caída y contó con seis salas menos. Actualmente, cuenta con ocho. El volumen total del gasto en ellas ha pasado de los 143,12 millones a los 80,08 actuales, prácticamente la mitad.

Bajada

Málaga llegó a disponer en 2008 de 17 salas de bingo y ahora cuenta con ocho

La tercera modalidad más utilizada es el casino. La provincia, al igual que Cádiz, sólo dispone de dos, uno de ellos el de Torrequebrada, en Benalmádena, y otro en Marbella. En ambos se mueve al año, 153,77 millones de euros, según los datos de la Consejería de Hacienda y Administración Pública. La cifra es seis veces superior a la que registran otras provincias, como Sevilla, con 37 millones, y Cádiz, con algo más de 31.

El empuje de los juegos de azar ha llevado a posicionarlos como una de las actividades que más contribuyen en el Producto Interior Bruto (PIB), por encima, incluso, del sector primario y la cultura. El volumen de negocio que generan está a punto de equipararse con el ámbito financiero y los seguros.

La memoria de la Dirección General de Ordenación del Juego que lo avala, al situar por encima de los 35.000 millones el dinero que mueve al año este negocio, lo que supone el 3,1% del PIB español. En esta escalada, además del repunte descrito en las apuestas tradicionales, ha de tenerse en cuenta el inmenso auge experimentado por el juego online.

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