Málaga: de los museos a Los Asperones

LA Málaga de los museos y la que aún se esconde en los Asperones. La del Parque Tecnológico de Andalucía y la de Isofotón. La de De la Torre y la de De la Torre. La de Google y la del Café Central. La del AVE y la del tren litoral. La del turismo y la de la sequía. La del aeropuerto y la de los atascos diarios en la Costa del Sol. La de la calle Larios y la de la Cruz Verde. La de la torre del puerto y la de Cabriel 27. La de Marbella y la de Salares. La del Caminito del Rey y la del Tívoli World. La de los áticos millonarios del litoral oeste a la de los alquileres por encima de los mil euros. La de los cruceristas y la que expulsa a sus vecinos del centro histórico. La del Distrito Zeta y la de la del Perchel. La del Málaga de Pellegrini y la de Pellicer. La del Unicaja de Sergio Scariolo y de Ibon Navarro y el de Jasmin Repesa...

En estos casi 7.250 números y más de 500.000 páginas, Málaga Hoy ha sido testigo de las dos realidades de Málaga. La de una provincia arrolladora que se ha convertido en el principal polo económico y tecnológico del sur de España y la de un territorio que aún tiene que soportar que ni el tren llegue a Marbella ni el Metro tenga una parada en el PTA. En estos veinte años, el periódico ha sido notario de la evolución extraordinaria que ha experimentado Málaga, casi inimaginable hace dos décadas. Pero esa transformación está incompleta. Sin una respuesta firme y decidida a los problemas de movilidad y sin una batería de acciones y de infraestructuras para mitigar los efectos de la sequía, ese crecimiento corre peligro. Marbella continúa siendo el único municipio con 100.000 habitantes sin conexión con el ferrocarril. Casi un cuarto de siglo después de que en 1999 la Junta de Andalucía anunciara que sacaría a concurso el estudio para la conexión ferroviaria de Marbella, el proyecto está en vía muerta. Su complejidad técnica, la inversión millonaria, la falta de arrojo político y la ausencia de una verdadera movilización ciudadana provocan que su ejecución esté bloqueada . Ni las instituciones locales ni los propios medios de comunicación hemos sido capaces de trasladar a la sociedad que el desarrollo futuro de la Costa del Sol está condicionado en buena medida a este proyecto.

Ese futuro tan esperanzador que le depara a Málaga también se ve amenazado por la sequía. El plan de choque que se está llevando a cabo para reducir sus efectos no esconde que se ha reaccionado muy tarde. Que los expertos ya avisaban hace unos años que la realidad iba a ser ésta y que la falta de agua, desgraciadamente, se iba a convertir en el principal problema de la provincia. Y aquí también hay mucho en juego. Tanto que las administraciones, por una vez, deberían olvidar sus diferencias y agilizar proyectos, como las desaladoras, para reducir el impacto de la falta de lluvias.

Con sus luces y sombras, ésta es una tierra emprendedora y repleta de oportunidades. Y el camino, seguro, continúa para todos. Y Málaga Hoy, tal y como ha hecho en estas dos décadas, seguirá manteniendo el compromiso con sus lectores. Con el mismo lema con el que empezó esta apasionante aventura: “Otra forma de ver las cosas”.