Málaga registra la tasa de natalidad más baja en los últimos 40 años
En 2015 apenas nacieron 9,3 niños por cada 1.000 habitantes en la provincia frente a los 20,5 de hace cuatro décadas
En Málaga nacen cada vez menos niños. La tendencia es decreciente desde hace años pero cada vez es más preocupante, pues los números están cayendo a un ritmo vertiginoso hasta el punto que 2015 fue el séptimo ejercicio consecutivo en el que se produjo un descenso de la natalidad en esta provincia y la tasa bruta de natalidad está en su nivel más bajo en los últimos 40 años.
El año pasado nacieron en Málaga un total de 15.259 bebés, lo que supuso 412 menos que en 2014, un 2,6%, según el informe Movimiento Natural de la Población que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es un niño menos al día. Hay que remontarse a 2002 para encontrar un volumen inferior y se está bastante lejos de los dos grandes baby boom que ha habido en Málaga desde que el INE tiene datos. El primero fue con la muerte de Franco y la entrada de la democracia, cuando se superaron los 18.000 e incluso los 19.000 nacimientos al año entre 1975 y 1978. El segundo fue la década pasada, con el auge económico de la construcción, rebasándose también los 18.000 bebés en 2007 y 2008.
La ansiada recuperación que se está produciendo en Málaga, al menos en cuanto a cifras macroeconómicas se refiere, no está teniendo una traslación directa a la natalidad. De hecho, se está en mínimos pues la tasa bruta de natalidad está en 9,33 nacidos por cada 1.000 habitantes, el índice más bajo desde 1975. No hay menos bebés que, por ejemplo, en el año 2000, pero esta tasa sí es inferior porque la población actual es superior a la existente hace 15 años. Se compara el número de nacimientos con la población y el cambio es abismal. En 1975 no nacían el doble de niños que ahora, pero la tasa bruta de natalidad sí era el doble.
Este fenómeno no se produce solo en Málaga sino que es extensivo al resto de España e incluso de la Unión Europea, donde el progresivo envejecimiento de la población y la escasez de nuevas generaciones para soportar, con sus impuestos, el estado de bienestar, con especial incidencia en las pensiones o la sanidad, está en letras negras en las agendas de todos los gobiernos. Dentro de lo que cabe, Málaga puede llorar con un ojo porque su tasa bruta de natalidad es superior a la media nacional (8,99 nacidos por cada 1.000 habitantes) gracias a que es una provincia que atrae a numerosos inmigrantes españoles y extranjeros, siendo su saldo siempre positivo entre los que llegan y los que se van. En el resto de España, Melilla es la provincia con mayor tasa (17,9), seguida de Ceuta (12,9).
La natalidad incide en numerosos campos. Lo primero que viene a la cabeza son las pensiones futuras, pero también implica cambios en materia sanitaria, educativa -pues cada vez hay menos demanda en los centros escolares-, y social. La dificultad para conciliar la vida laboral y familiar está retrayendo a numerosas parejas a tener hijos o, al menos, a tener varios y retrasando la edad media de las madres. En 1975 la edad media de la mujer en su primer hijo era de 25 años y ahora está en los 30 años.
Baja la natalidad y sube el número de decesos por el envejecimiento. El año pasado murieron 13.012 personas en Málaga, 785 más que en 2014 y el mayor número en las últimas cuatro décadas. Ahora fallecen casi el doble de personas que en 1975, motivado por ese aumento de población ta pues la tasa bruta de mortalidad es similar. En 2015 era de 7,96 defunciones por cada millar de habitantes y hace 40 años era de 8,33. A los amantes de la estadística les gustará saber que el año pasado murieron más hombres que mujeres, aunque por un margen escaso. Lo que sí parece que ha conseguido la recuperación económica es llevar al altar o al juzgado a más personas. En 2015 se formalizaron 5.641 matrimonios en Málaga -15 diarios-, el dato más alto desde 2009.
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