Málaga toma la primera gran medida contra la sequía y reduce la presión del agua

El plan del Ayuntamiento es no llegar a aplicar restricciones, bajando el consumo un 20%

Ya se aplica en horas valle, sobre todo por la noche

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El pantano de El Limonero en una foto de archivo.
El pantano de El Limonero en una foto de archivo. / Javier Albiñana

Málaga/Málaga capital toma la primera gran medida contra la sequía y reducirá la presión del agua progresivamente para evitar aplicar restricciones. El plan, que ya está en marcha, pasa por rebajar de forma gradual la cantidad de agua que inyecta en las redes de toda la ciudad. Con esta operación, que se extenderá durante cuatro meses hasta alcanzar la totalidad de la rebaja, reducir el consumo en torno a un 20%.

Reacciona de esta manera ante la situación de excepcional sequía declarada para el Sistema Guadalhorce-Limonero. Esta regulación ya se está realizando en horas valle y de menor demanda, principalmente por la noche, en algunas zonas donde la presión es mayor y las viviendas tienen menos altura (a más presión en las tuberías, mayor potencialidad de cantidad de agua fugada) obteniéndose una minoración de los caudales dispuestos que llegan incluso al 50%. En base a estos resultados, se irá extendiendo progresivamente a la práctica totalidad del centenar de sectores en la que está estructurada la ciudad.

En paralelo, también desde la sociedad dependiente del Área de Sostenibilidad Medioambiental también se está avanzando en proyectos para aumentar las aportaciones alternativas a los embalses mediante un mayor aprovechamiento de pozos del Bajo Guadalhorce y del freático, reducir las fugas en la red, optimizar la capacidad de tratamiento de la desaladora de El Atabal y potenciar el uso de agua regenerada.

A la vez que se hace un llamamiento a la colaboración de los ciudadanos para que moderen el consumo, también se recuerda que desde el pasado 16 de noviembre está vigente el bando dictado por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que prohíbe el uso de agua potable para baldeo, riego de zonas verdes públicas y privadas, lavado de coches fuera de establecimientos autorizados o llenado de piscinas privadas. Emasa está llevando a cabo una serie de actuaciones encaminadas a disminuir el uso de agua y seguir reduciendo las pérdidas en la red sin tener que llegar a aplicar restricciones.

En este contexto se enmarca el plan de regulación de presiones, una acción que se considera más efectiva que los cortes de agua por el mayor ahorro que supone al evitar que los usuarios hagan acopio antes de las interrupciones en el suministro, así como porque esa menor presión también lleva aparejado que se emplee menos agua al abrir el grifo. Además, se esquiva el riesgo de roturas y averías que pueden provocarse en las tuberías vacías cuando vuelven a entrar en funcionamiento.

La empresa municipal está desarrollando planes de sectorización para rebajar la presión en toda la ciudad sin que apenas sea percibida por la mayoría de los usuarios, lo que permitirá incrementar el ahorro de agua y, por tanto, captar menos recursos de las reservas de los embalses.

Para ello, es necesaria la instalación de válvulas reguladoras junto a los medidores de caudales de las conducciones que suministran a cada zona, lo que requerirá una serie de obras en esos puntos. Ya se han implantado en una veintena de sectores, cuya puesta en marcha sólo está pendiente de la instalación de dispositivos de control para su activación y seguimiento, mientras está previsto que el próximo mes se reciban otros 50 equipos para que esta tarea de instalación prosiga en el resto de los sectores.

Otras medidas

Esta actuación se suma a otras medidas de ahorro que el Ayuntamiento ha venido implantado en los últimos meses:

  • Planes preventivos de búsqueda, localización y reparación de fugas. Aunque Emasa viene trabajando continuamente en la detección y arreglo de fugas, a mediados de agosto se planteó un plan de choque de reparación de pérdidas de agua que han posibilitado la ejecución de una treintena actuaciones en distintas conducciones principales, entre las que destacan las acometidas en Blas de Lezo, Valle Inclán, Paseo Marítimo Ruiz Picasso, Alameda de Capuchinos, Simeón Giménez Reyna, Virgen del Pilar y Princesa. En paralelo a estos planes preventivos, también se siguen impulsando obras de renovación de redes en distintos puntos de la ciudad.
  • Los parques y jardines públicos no se riegan con agua potable. El verano ya se redujo a la mitad el uso de agua potable tanto en los parques y jardines públicos (el 95% ya se riegan con agua del freático) como en los de las Entidades Urbanísticas Colaboradoras de Conservación, que hasta entonces era del 15% ya que se venían regando en un 85% de los casos con agua no potable. Con la entrada en vigor del citado bando de sequía, desde mediados de noviembre está prohibido, de forma que en las zonas verdes donde se regaba con agua potable se utilizan cubas. Para minimizar sus efectos en especies arbustivas, arbóreas y palmáceas, los esfuerzos se centran en la suspensión del riego de praderas de césped, aunque se hacen actuaciones puntuales de supervivencia. Además, se sigue trabajando en optimizar los sistemas de riego sustituyendo los equipos de aspersión por goteo autocompensados.
  • La empresa municipal Limpieza de Málaga está aplicando medidas solidarias para contribuir a ese ahorro, lo que conlleva una reducción de las tareas que emplean agua. De este modo, los servicios diarios que consumen agua (minihidros y cubas de baldeo) se han visto minorados, aunque se garantiza la prestación de todos aquellos cuya suspensión pudiera poner en riesgo la salubridad pública
  • Interrupción del suministro de las fuentes de beber que hay repartidas por la ciudad. Aunque su uso apenas representa un 0,057% del consumo total de la ciudad, en noviembre se procedió a cortar el servicio de estos surtidores en cumplimiento de la orden de la Junta de Andalucía. Esta medida no afecta a las fuentes ornamentales, ya que cuentan con un circuito cerrado de agua.
  • Corte del suministro del servicio de lavapiés en las playas. Desde el 8 de agosto se cerraron las duchas, aunque se optó por mantener los lavapiés. Desde noviembre también están desactivados como medida de concienciación de la población para que se realice un uso responsable de los recursos. Según los cálculos de Emasa, el consumo que generan ambos servicios en las playas no llega al 0,24% del total.
  • Aprovechamiento de recursos subterráneos. Además de seguir utilizando los pozos de Aljaima y Fahala, en función de la evolución de la situación también se está trabajando en la posible puesta en marcha de otros pozos en desuso, que se encuentran fundamentalmente en el entorno del Bajo Guadalhorce, con el objetivo de conseguir nuevos aportes alternativos a los procedentes de los embalses.
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