Málaga pone en servicio el lunes el plan para limitar el acceso de coches al centro
Sólo se permite el paso por la 'almendra' a los vehículos que tengan autorización, a motos y a bicis · El primer mes de funcionamiento no se multará a los infractores, que pueden ser sancionados con 150 euros
La cuenta atrás para ver en funcionamiento el plan municipal con el que restringir el paso masivo de tráfico al centro histórico de Málaga llega a su fin. Tras más de tres años de trámites, análisis, debates y estudios, el área de Movilidad del Ayuntamiento de la capital pondrá en servicio este lunes el sistema de bolardos retráctiles y cámaras de lectura inteligente de matrículas, ya existente en ciudades como Madrid, Granada o Vitoria, entre otras, con el que se limitará el paso de un gran número de coches por ciertos puntos del casco antiguo, al objeto de garantizar su protección y potenciar el uso peatonal.
Durante las últimas semanas, el equipo de gobierno del PP ha impulsado una campaña para informar a los ciudadanos sobre la iniciativa y su efecto a través del buzoneo de hasta 10.000 dípticos con un plano de los itinerarios fijados, a lo que se sumó ayer una experiencia piloto. Sin embargo, al objeto de que todos los usuarios se acostumbren a las nuevas normas, se ha establecido un plazo de un mes en el que los que infrinjan las limitaciones contempladas para la almendra no serán multados, una amnistía que finalizará justo a principios de agosto. Durante ese mes, además, habrá varios equipos a pie de calle para solventar las dudas de los conductores.
Las zonas en las que se han implantado puntos de control son diez, cinco de ellos de entrada y cinco de salida. Las puertas de acceso se localizan en la calle Císter, que no dispone de bolardo retráctil para evitar problemas en el acceso a la Clínica Gálvez, pero sí de cámara de vigilancia; Cisneros, Nosquera, Méndez Núñez (aún sin finalizar, ya que se desarrollan obras de adecuación) y Sancha de Lara, todos ellos con pilona. La salida del centro, en función de la zona por la que se haya entrado, se tendrá que hacer por Molina Lario, Cisneros, Comedias, Casapalma y Martínez.
Sólo aquellos vehículos que dispongan de autorización expresa, así como las motos y bicicletas, podrán transitar por el interior de este entorno sin temor a ser sancionados. Para ello, los propietarios de los coches, ya sean residentes del barrio, vecinos con aparcamiento en propiedad en la zona acotada, profesionales de la carga y descarga, taxis, personas con movilidad reducida, vehículos de emergencias y públicos, previamente, tendrán que haber registrado la matrícula en la base de datos sobre el que funciona este mecanismo de control. Hasta el momento, según informó el concejal de Movilidad, Juan Ramón Casero, son apenas 4.000 los que han realizado este trámite, cifra que confió en que aumente en las próximas semanas.
El modus operandi es bien sencillo. En el momento en que el vehículo se aproxima al bolardo retráctil, la cámara instalada lee la matrícula y el sistema comprobará si la misma dispone o no de permiso. Si es así, el obstáculo baja y vuelve a subir una vez pasa el coche. Si la respuesta es negativa, el pivote se mantiene alzado.
No obstante, como bien precisó Casero, se permitirá el acceso a aquellos usuarios cuyo coche no esté en el registro pero que alegue determinados motivos, como que va a acompañar o a recoger un familiar con problemas de salud o movilidad o que vaya a descargar la compra. En estos supuestos, la posibilidad de que ese vehículo permanezca en el centro se limita a 30 minutos y quedará obligado a abandonar el centro por el punto de salida fijado. Lo que en ningún caso está permitido es el aparcamiento, una práctica que acarreará directamente un sanción.
¿Pero qué ocurrirá si uno de los usuarios sin permiso elude el control, debido a una avería, y pasa al centro? La respuesta es tan sencilla como contundente: será sancionado. De acuerdo con lo que fija la ordenanza de movilidad y el plan del centro, sobre este conductor recaerá una multa de 150 euros, equivalente a saltarse un semáforo en rojo. Precisamente, en los puntos de control hay colocados semáforos para dar bases de legalidad al sistema.
El plan municipal trae consigo, también, una importante metamorfosis en lo que a aparcamientos se refiere. En la almendra del centro quedan suprimidas las 36 plazas de residentes que había habilitadas, aunque se crean 76 más en la periferia, logrando un total de 276. Se potencian los espacios para motos, que pasan de 127 a 181 en el interior del centro, más 372 en el perímetro, y bicicletas, que mantiene las 128 actuales en el interior del casco antiguo. Los 11 estacionamientos para personas con movilidad reducida que hay en la almendra se desplazan al perímetro y se crean 11 más.
Otro de los puntos de interés de la iniciativa es la relativa a la carga y descarga. El espacio del que disponen los transportistas para ejercer esta tarea es de un perímetro de 208 metros, quedando invalidada en aquellas zonas donde se prohíba de manera expresa o en zonas de aparcamiento de motos. Para ello, abastecer al millar de comercios contabilizados en esta zona se fija una doble franja horaria: de 8:00 a 11:00 y de 16:00 a 18:00.
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