Málaga, teletrabajo donde se veranea

Muchos empleados han optado por venir a pasar la temporada gracias al empleo a distancia

Miguel Ángel Suvires disfrutando de las playas de Málaga. / M. H.

Ronda/Cuando piensas en una gran ciudad sueles asociarla a bullicio, vagones de metro a reventar por gente yendo y viniendo de las oficinas en horas puntas y constantes actividades y eventos en sus calles. Pero, si cuando llegaba el estío aquella imagen ya estaba lejos de producirse antes de la pandemia, con la llegada del coronavirus y el teletrabajo, esta deslocalización se ha multiplicado exponencialmente.

Si Málaga ya era en los meses de mayor productividad en las oficinas un destino marcado con una equis para cantidad de teletrabajadores que veían como la calidad de vida y el coste de la misma era mucho más favorable en la capital de la Costa del Sol que en sus ciudades de origen. Ahora, desde Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia o grandes ciudades de Europa, han buscado refugio en la Bahía y su metrópoli al amparo de un tejido tecnológico que no hace más que crecer y sitúa a Málaga como una de las capitales en plena pujanza del mapa.

Eso, unido a raíces familiares y amistades con las que se comparte menos horas de las deseadas en la gran capital, llevaron a Laura, Manuel y Miguel Ángel a decidirse por pasar el verano teletrabajando desde el sitio donde otros muchos veranean.

Laura Gallardo vive desde hace cinco años en Barcelona trabajando como content project manager –gestora de proyecto enfocada al apartado del contenido– en una empresa de e-commerce de la ciudad condal, pese a haber nacido y crecido en Málaga. Allí recaló después de que el último de su carrera universitaria lo hiciese en Barcelona con una beca Sicue con la idea de hacer contacto con el mundo laboral y quedarse allí.

Manuel Rebollo en el paseo marítimo de Málaga / M. H.

No hace demasiado que empezó a trabajar en esta empresa y por eso aún no podía disfrutar de vacaciones de verano, pero trabajar desde Málaga es un “balón de oxígeno” para esta malagueña. “No son unas vacaciones, sigo trabajando y además es un trabajo que sigue siendo muy exigente y de muchas horas. Aún así intento aprovechar el tiempo libre para aprovechar lo que me ofrece Málaga”, afirma.

El mejor ejemplo gráfico de esto último, comenta, es que no ha dejado “ningún cable” ni llevó en la maleta “ningún bañador, he venido a Málaga y no he traído ningún bikini ni bañador, no venía con esa mentalidad”. Pese a estar trabajando, Laura asegura que desde su primera semana en Málaga “las sensaciones fueron increíbles, necesitaba escapar de la ciudad, sobre todo en verano porque es un ambiente irrespirable”, afirma Laura.

Añade Laura que no todo lo que le aporta Málaga es lo obvio en lo que se podría pensar, “salir del gimnasio y oler a leña quemándose y a sardinas al espeto me sienta muy bien, es increíble”. Todo está para Laura en la vuelta a la infancia, “reencontrarme con las sensaciones de siempre, con los olores de siempre, con la familia, es algo que me reconcilia”, en definitiva, con la patria chica, que decía Manuel Alcántara, no puede competir ninguna gran ciudad.

Eso es lo que ha hecho que Laura llegue a plantearse volver a Málaga, “a mí lo que me ata a Barcelona es el circuito cultural que tiene y con la pandemia eso se ha parado. Además, si Málaga consigue ponerse a ese nivel, podría planteármelo a largo plazo”. Málaga vuelve a atraer el talento que antes tenía que marcharse, “ahora sí veo a Málaga como una opción real”.

Un camino parecido hizo Manuel Rebollo, un informático afincado en Madrid que trabaja en una consultoría tecnológica. Con sus amigos y su familia en Málaga, jornada intensiva y una ciudad que muere en época estival, Manuel decidió que Málaga era su mejor destino para pasar el verano mientras no dejaba de lado sus tareas. “Como la empresa me da la oportunidad de teletrabajar aprovecho para venir a ver a la familia”, afirma Manuel, que no cierra la puerta a volver a Málaga si el teletrabajo se asienta “a nivel económico y de calidad de vida es completamente distinto, aunque Málaga se ha encarecido no se compara con Madrid”.

Teletrabajando para una consultoría, pero de educación se encuentra Miguel Ángel Suvires. A él le contrataron en junio y decidió empezar directamente en Málaga, aunque en septiembre se desplaza a Madrid, “con la jornada intensiva compensa quedarse en Málaga y sólo volver a Madrid en invierno, que también tiene muchas cosas que molan”.

El verano en Málaga se vive de otra manera que en Madrid, “el buen tiempo invita a ir a la playa, cenar en días de diario con amigos o hacer otros planes que no se pueden llevar a cabo en Madrid”, comenta Suvires.

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