Málaga restringirá el tráfico en el centro a los vehículos más contaminantes en 2023
Se actuará en una zona de 473 hectáreas controlada por 97 puntos de acceso con cámaras
El presupuesto es de algo más de 5 millones de euros y se cuenta con fondos Next Generation
Málaga/El reloj empieza a sonar en una cuenta atrás que marca como fecha límite el final de 2023. En ese momento, todas las ciudades con más de 50.000 habitantes deberán tener una zona de bajas emisiones (ZBE) para cumplir con la normativa europea y Málaga ya está un paso más cerca de que la suya sea una realidad. Para ello, ha sacado a concurso el proyecto para ejecutar las acciones necesarias.
El mismo cuenta con un presupuesto de algo más de 5 millones de euros (IVA incluido) y se financia en parte con 3,7 millones de euros procedentes de los fondos europeos Next Generation. El plazo de materialización de los trabajos es de 12 meses y las empresas que quieran incurrir al concurso tienen 30 días naturales para hacerlo desde este martes, fecha de publicación del pliego.
De acuerdo con la memoria de esta iniciativa, la zona de bajas emisiones se extenderá en una zona de 437 hectáreas (unos 624 campos de fútbol) cuyos accesos estarán controlados en 97 puntos por cámaras que registrarán las matrículas de los vehículos que accedan al mismo. Este es un sistema similar al que ya se usa en otros espacios de la ciudad para controlar que los vehículos no utilicen los carriles bus u otras actividades similares.
Con la puesta en marcha de esta zona, que se dividirá en tres áreas –perímetro general, el propio centro histórico; entorno de interés protegido, desde El Perchel hasta el Paseo de Sancha, y el perímetro del Soho– se conseguirá mejorar la calidad del aire en la ciudad, propulsar la movilidad sostenible y reducir el ruido en la zona centro de la ciudad, al reducir el tráfico privado en el centro urbano.
Este proyecto, que tiene su origen en la Agenda Urbana de 2015 constituida como marco estratégico de la ciudad, así como en el Plan del Clima Alicia con horizonte en 2050 y aprobado en 2020, y en el Plan de Movilidad Sostenible aprobado en 2021, constituye el marco en el que se incluye el proyecto de implantación de una Zona de Bajas Emisiones situada en el área central de la ciudad.
De manera genérica, a largo plazo se tiene previsto que la reducción del tráfico rodado sea de un 20%, así como la disminución del 50% del porcentaje en el reparto modal de los vehículos motorizados y una reducción de los niveles de ruido de hasta un 25%. Asimismo, está prevista la reducción de emisiones de CO2 un 60%, un 88% el CO y 94% el NOx y un 96,4% el PM10.
El pliego contempla diferentes niveles de permeabilidad para las distintas zonas de bajas emisiones que se delimitan sobre el mapa malagueño. La primera de ellas y la que tiene restricciones más férreas es la zona interior, que comprende la almendra central y la zona del Soho. A esta zona sólo podrán acceder los vehículos autorizados, cono excepciones como las que se puedan para las tareas de carga y descarga o los permisos temporales. También se permitirá el acceso a parkings públicos, para lo que luego se cotejará el listado de matrículas con el de los aparcamientos.
En la segunda zona, la zona exterior, la permeabilización se hará coincidiendo con el etiquetado de la DGT, además de los criterios ya existentes en la zona interior. Para esta zona se estudian los escenarios a corto, medio y largo plazo, por los que irán endureciéndose los criterios a medida que vaya alejándose de la línea temporal actual.
También se permitirá a los residentes enviar invitaciones en momentos puntuales y delimitados en el tiempo, de manera que puedan recibir visitas. Esto se gestionará mediante una app que también recogerá usos como el previo pago para entrar en la zona de bajas emisiones o la gestión administrativa de estos permisos.
Cámaras y señalización
Este entramado de cámaras, que se situarán en cada un de los carriles de entrada y salida de los 97 puntos seleccionados, estará conectado mediante una red de fibra óptica, de manera que será posible monitorizar todo el entorno sin ningún tipo de retraso.
En los entornos de acceso a la ZBE se instalarán paneles y señalizaciones tanto horizontales como verticales a fin de acotar de manera comprensible para el conductor la zona a la que puede o no acceder.
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