Malagueños invictos frente al Covid: desde sanitarios hasta familias enteras
Aunque son minoría, aún quedan ciudadanos inmunes frente al coronavirus
Los expertos destacan la vacuna como una de las medidas que ha hecho aumentar el número de asintomáticos y de casos leves
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Málaga/Desde que se desató la pandemia en España, cerca de 13 millones y medio de personas, según las cifras aportadas por el Ministerio de Sanidad, no han logrado escapar del Covid-19. En Andalucía, el número de infectados desde la primera ola es de casi dos millones.
No obstante, aún existen malagueños que sortean las estadísticas. Parece que la pandemia no va con ellos. Algunos incluso trabajan en el ámbito sanitario, donde contagiarse de Covid puede ser una opción más que probable.
Es el caso de María José Rodríguez, hematóloga del Hospital Materno Infantil. Allí trabajó durante los meses más complicados de la pandemia, cuando el virus azotó de manera especial a los hospitales y los sanitarios tuvieron que recurrir a medidas especiales de protección para no temer por sus vidas.
A pesar de que prácticamente todos sus compañeros se han contagiado, la doctora ha dado negativo en cada PCR que se ha realizado a lo largo de estos dos años. Confiesa que a finales de enero de 2020, meses antes de que estallara la pandemia en España, sufrió un “resfriado raro” que la dejó sin poder oler ni saborear durante un tiempo.
Dado que por aquel entonces el virus parecía tan solo un problema de China y nadie pensaba que podría traspasar sus fronteras, ni se alertó ni le dio más importancia. Tres meses más tarde, la hematóloga se hizo la prueba de anticuerpos, que detecta si el virus ha estado presente con anterioridad en el organismo, una prueba que resultó ser negativa.
Para Rodríguez, quien confiesa que nunca ha sentido miedo de infectarse, la clave para no enfermar reside en las medidas preventivas: “Creo que el uso de mascarillas cuando no se puede guardar la distancia de seguridad y el lavado de manos son medidas muy convenientes, además de intentar tocar las superficies lo menos posible”.
Precauciones que han cumplido a rajatabla en la familia del doctor Jaime García Campos, alergólogo del hospital Vithas Málaga. Con una niña que cumplirá dos años en los próximos meses, ni la bebé, ni él ni su mujer, también sanitaria, se han contagiado en estos dos años de pandemia. Síntomas, sin embargo, los sufren casi todos los meses, sobre todo por la niña.
En su casa se hacen un test mínimo una vez al mes, para comprobar si en algún momento alguno es positivo. Todos negativos hasta la fecha. “Más o menos una vez al mes tengo fiebre, dolor de garganta, mocos... Pero claro, por la niña. Los niños en las guarderías cogen mocos, fiebres, catarros, tos... cada dos por tres. Una vez al mes he estado malo, pero todos los test que me he hecho, negativos”.
En el caso de García Campos, estos dos últimos años han reducido su vida social “casi a cero”, manteniendo contacto únicamente con familiares estrechos. El alergólogo destaca que puede "contar con los dedos de una mano" las reuniones en las que no han llevado mascarillas: un par de bautizos y una boda. El resto de encuentros, siempre con mascarilla FFP2, ni siquiera han utilizado la quirúrgica, para conseguir mayor protección.
El uso de la mascarilla puede ser lo que les ha salvado en una de sus últimas reuniones familiares. Unos días más tarde, una prima del alergólogo, que también había asistido a la velada, les informó que había dado positivo. Ellos, sin embargo, nada. “Puede ser que no nos hayamos infectado por dos motivos: o que mi prima estuviera en periodo de incubación y por lo tanto no contagiaba, o que en nuestro caso las vacunas nos hayan aportado una protección altísima y eso haga que no nos contagiemos o si lo hacemos, es de manera asintomática”.
En efecto, los asintomáticos han protagonizado la última ola de la pandemia, y su incidencia llegó a ser tan elevada que en marzo de este año el Gobierno decidió excluirlos del aislamiento y de las pruebas diagnósticas para detectar el coronavirus.
Para Pedro Navarro, presidente del Colegio de Médicos de Málaga, la razón por la que han proliferado el número de asintomáticos y de casos leves en las últimas olas de la pandemia se debe a la vacuna.
Según el doctor, “la vacuna hace que al tener contacto con el virus, se empiecen a crear anticuerpos que controlan el virus para que no se expanda por el organismo. Así, la sintomatología es mínima o ni siquiera la hay, aunque estas personas sí pueden contagiar, porque aunque ellos no padezcan la enfermedad, el virus lo tienen en las vías respiratorias, ya sea en la nariz o en la garganta”.
La familia de García Campos no es la única malagueña en la que todos sus miembros han logrado esquivar el virus. El matrimonio formado por Mª Ángeles Sicilia y Francisco González y sus dos hijos también.
Ninguno se ha contagiado nunca, algo que atribuyen a haber tomado en cada momento las medidas que consideraban oportunas. “Nosotros nos hemos cuidado mucho. Siempre hemos usado la mascarilla. Tampoco somos gente de salir mucho por ahí, ni de bares, así que nos hemos reservado. Cuando quitaron las mascarillas y la gente empezó a salir y parecía que ya no había pandemia... Pues no, aunque el Gobierno dijera lo que dijera, nosotros hemos hecho lo que nos parecía pertinente, con sentido común”, asegura Sicilia.
Para ella, el peor trago de la pandemia fue durante la primera ola. Reconoce que salía a comprar “asustada” y “con miedo”, sobre todo por padecer hipertensión, una afección que agrava los síntomas de la enfermedad y aumenta el riesgo de muerte. Su marido, al contrario, admite que nunca ha sentido miedo a contagiarse de Covid, a pesar de que al inicio de la pandemia muchos compañeros de trabajo se infectaron, lo que ocasionó problemas para encontrar gente que pudiera relevarles en el puesto.
Una de las características del Covid reside en la versatilidad de la afección. Algunos terminan ingresando en la Unidad de Cuidados Intensivos; otros, apenas lo pasan como un catarro. Algunos pueden mantener contacto estrecho con personas infectadas, y aún así, salir indemnes de la enfermedad, como le ocurrió a Lucía García.
Su novio se ha contagiado dos veces, y a pesar de vivir con él, en ninguna ocasión el virus la ha atacado a ella. Ella no logra entender por qué, ya que la primera vez que se contagió su pareja tomaron todas las precauciones posibles, algo que no hicieron la segunda vez que se infectó. “Al principio cada uno nos aislamos en nuestra habitación, limpiábamos todo con lejía y tuvimos mucho cuidado, pero esta segunda vez no hemos tomado casi ninguna precaución y aún así, no lo he pillado, por eso me extraña que no lo haya cogido. A lo mejor he sido asintomática, porque yo nunca he tenido fiebre ni tos ni dolor de garganta en estos dos años”.
García trabaja en el sector hostelero con Denise Prystupa, quien, al contrario que su amiga, ha tenido síntomas, pero al hacerse la prueba “siempre daba negativa”. Es más, Prystupa ni siquiera se ha vacunado ni tiene pensado hacerlo. Según relata, “en mi familia los que más se han contagiado han sido los vacunados. Y los que no están vacunados no se ha contagiado ninguno”, algo que la empuja a no inocularse.
Según manifiesta el presidente del Colegio de Médicos, Pedro Navarro, los vacunados pueden contagiarse debido a las mutaciones que experimenta el coronavirus, algo que también ocurre con otros virus, como el de la gripe. Por ello Navarro incide en la importancia de la vacunación por poder evitar la enfermedad, aunque no la infección. "Una persona vacunada en contacto con el virus normalmente desarrolla una infección muy leve, prácticamente imperceptible en muchos de los vacunados. Esa es la gran ventaja de las vacunas, que no han evitado la infección, pero sí la enfermedad en su desarrollo completo”, señala Navarro.
Precisamente para evitar cuadros graves de la enfermedad, Ana Navarro decidió inocularse cuando la vacuna empezó a estar disponible. Ella, monitora de comedor de un colegio de Málaga, asegura que al estar en contacto directo con muchos niños, un posible foco de infección, ha sentido “miedo a contagiarse”, algo que finalmente no le ha ocurrido, a pesar de haber mantenido contacto directo con familiares contagiados.
Navarro se suma a una larga lista de españoles que es difícil cuantificar. Según declara Jesús Molina, especialista en Medicina Preventiva, no es posible saber con exactitud qué porcentaje de personas no han pasado el Covid, ya que uno de los rasgos que diferencia a esta enfermedad frente a otras es que el organismo puede no desarrollar anticuerpos a pesar de haber pasado la afección.
Este hecho hace que la técnica utilizada para saber si el virus ha estado previamente en el organismo, la de anticuerpos, resulte ineficaz para contabilizar el porcentaje de población que ha pasado la enfermedad y, por ende, aquellos que se han mantenido inmunes.
Otra de las incógnitas, por qué cada organismo responde de manera diferente al coronavirus, también está a la espera de encontrar una respuesta. Aunque según mantiene el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Pedro Navarro, “es evidente que existe cierta predisposición genética” que hace que algunas personas presenten una inmunidad natural frente al virus y, por ello, mayor resistencia.
Sobre qué es ese componente genético y cómo ayuda a no contraer la enfermedad, solo la ciencia y el tiempo dirán cuál es.
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