'Malaka': ideas para una segunda temporada

Televisión

Propuestas para hacer más verosímil la serie producida por Globomedia

Si los agentes Gámez y Arjona no llegan al escenario de un crimen montados en un patinete, esto no hay quien se lo trague

Salva, espera, chiquillo, que las ideas que te proponemos no están tan mal.
Salva, espera, chiquillo, que las ideas que te proponemos no están tan mal.
Francisco M. Romero

01 de octubre 2019 - 08:30

Como algunos siguen obsesionados y repitiendo en las redes sociales el mantra de que Malaka es una serie muy falsa que no refleja ni de lejos la realidad de la ciudad, se puede proponer a los creadores que incorporen unos cuantos elementos que les den más empaque y verosimilitud a la ficción.

Es cierto que quizá llegamos un poco tarde para los ocho primeros episodios, por lo que algunas de las ideas propuestas se deberán reservar para una segunda temporada de la que esperamos ser testigos. De este modo se puede crear una historia que refleje todas las Málagas que se esconden en Málaga.

Así, vamos con las cosas que deberían aparecer en Malaka para que sea más creíble:

  • Una despedida de soltero o soltera: es absolutamente fundamental para la credibilidad de Malaka que en mitad de una escena aparezca alguien disfrazado de órgano genital masculino o femenino, dando gritos completamente borracho y siendo jaleado por una jauría de oligofrénicos. Sin esto, desde luego no es Málaga la ciudad en la que se desarrolla la serie.
  • Una fiesta en un piso turístico: por extensión, es imperdonable que todavía los agentes Gámez y Arjona no hayan pasado aún por debajo del balcón de un apartamento turístico repleto de toallas puestas a secar sin que les hayan tirado una lata de cerveza o les hayan enseñado el pajarito. Aunque no se ve todos los días, sí más de lo que nos gustaría.
  • Una procesión: otra cosa que echamos mucho de menos en Malaka, una procesión. Del titular que sea, cuando sea, donde sea y por lo que sea. Indispensable una escena de una persecución a lo Nadie conoce a nadie en mitad de una procesión que sale de la nada y que no se sabe muy bien a dónde va.
  • Un partido del Málaga CF: que Darío lleve a su chiquillo a ver un partido del Málaga para ver si así arregla las cosas con él. Esto no es negociable.
  • Una paella de plástico de esas que se hacen en dos segundos de calentón en el microondas y que se sirven sin escrúpulos a los turistas despistados. El que salga comiéndose esa bazofia de buen grado, pues ya sabemos que es el villano.
  • Una escena en la puerta de todos y cada uno de los museos de la ciudad; aunque nos tememos que no habría temporadas suficientes para semejante propósito.
  • Trabajadores de Limasa pegando gritos en plena madrugada: esto es posible meterlo en la típica escena de vigilancia nocturna. Además, se puede aprovechar el baldeo para que Maggie Civantos homenaje al personaje de Carmen Maura en La ley del deseo.
  • Que el personaje de Salva Reina suelte un "¡ojú, qué cosa más fea es el cartel de la feria de este año!". Puede ser el cartel de la feria, el de la Semana Santa, o el del Festival de Cine en Español... Luego, claro, además se debe saber que el cartel es el plagio de algún otro.
  • Todos los personajes deben vestir trajes de corto y vestidos de gitana, de los que venden en las tiendas de suvenires por seis euros, sin que les preocupe lo más mínimo que les acusen de apropiación cultural.
  • Que llueva y que los protagonistas se vuelvan locos como locos nos volvemos los malagueños cada vez que caen cuatro gotas.
  • Ruido de fondo y constante de las ruedas de las maletas de los turistas que, con lágrimas de desesperación en los ojos, dan vueltas y vueltas durante horas buscando el apartamento turístico que han reservado.
  • Y turistas, turistas por todas partes. Turistas hasta en la Palmilla y Los Asperones.
  • Que Darío y su ex mujer vayan a tomar el sol al arenal polvoriento de cantera que es la playa de la Malagueta y salgan de allí más negros que un tizón.
  • Los protagonistas se deben enfrentar a una banda de maleantes inspirada en las plañideras de Teresa Porras. Todos sus miembros irán de luto, con vestido y velo negros, e impondrán su ley a base de golpe de Biblia y estrangulamientos con rosarios. Aunque esto es mejor reservarlo por si alguna vez escribimos un guión para Batman.
  • Otra situación que debe salir en Malaka es que los protagonistas vayan a votar dos o tres elecciones generales.
  • Ya que la serie cuenta con Javier Olivares como coproductor ejecutivo, se puede hacer un crossover entre El Ministerio del Tiempo y Malaka en el que Darío 'El gato' Arjona tiene que hacer frente a un comando terrorista de la CDR que pretende viajar a los años 60 para evitar que la emigración de andaluces llene Barcelona de charnegos.
  • Y ya que estamos viajando en el tiempo, podemos hacer que los protagonistas de Malaka se trasladen al 11 del 11 del 2111 para asistir a la inauguración final del Metro de Málaga, o a lo que sea que vayan a hacer con el Convento de la Trinidad.
  • Que los protagonistas se acerquen a buscar pistas a un edificio y que cuando lleguen el Ayuntamiento lo haya derribado durante la madrugada.
  • Subtítulos: por lo visto, hay gente que sigue sin entender el acento malagueño. Así que para la siguiente temporada, por el amor de Dios, para que dejen de protestar de una vez, que pongan subtítulos.
  • Alguien debe salir preguntando si ha caído una bomba junto a la Escuela Oficial de Idiomas de Málaga.
  • Y, por último, lo más importante, lo fundamental y necesario para hacer creíble Malaka: Gámez y Arjona deben usar como medio de transporte para desplazarse por Málaga un patinete eléctrico. Esto es absolutamente innegociable.

Todo sea por que Malaka sea una serie que refleje de una vez por todas la realidad de la ciudad.

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