Marbella estudia usar drones para rescates, reconstruir accidentes y controlar vertidos
Dos policías locales ya poseen la formación, que se prevé ampliar al resto
También se utilizarían en concentraciones
Málaga/Su uso profesional está cada vez más extendido: desde inspecciones industriales y seguridad perimetral de grandes superficies, hasta la detección temprana de patologías del terreno agrícola. Las aeronaves pilotadas por control remoto -los llamados drones- se abren sitio en el espacio aéreo, que ahora se proponen compartir con la aviación tradicional. El Ayuntamiento de Marbella podría ser uno de los primeros de la provincia en potenciar el servicio de este tipo de vigilancia, lo que le permitiría mejorar las labores de rescates y búsqueda de desaparecidos, el control de vertidos y aguas residuales, las reconstrucciones de accidentes de tráfico y la revisión de parcelas de urbanismo. Pero el objetivo no es solo aprovechar la perspectiva aérea que ofrecen estas aeronaves para la persecución de delitos, sino que también se pretende, según indicaron fuentes municipales, utilizarlas en materia de seguridad, caso del control de masas en concentraciones. De hecho, ya se llegó a hacer uso de estos aparatos durante la última celebración de la eliminatoria de Copa Davis y en la búsqueda de desaparecidos.
De salir adelante la idea, aún en fase embrionaria, el Consistorio adquiriría un dron para la plantilla de la Policía Local. Así, tras elaborarse el pliego de condiciones, se sacaría a licitación la compra de cara a la contratación de una empresa especializada en aeronaves teledirigidas. La incorporación llevaría consigo la formación del piloto, que debe contar con una autorización de Aviación Civil para su manipulación. En Marbella, son dos los policías que disponen de los conocimientos necesarios -entre otros de Meteorología- y la intención es ampliar la formación a un mayor número de efectivos para el manejo del equipo.
La Policía ya ha probado dos modelos diferentes de drones, que cuentan con sensores térmicos para la búsqueda de personas y zonas de difícil acceso. Las dos cámaras que llevan integradas proporcionan imágenes aéreas al piloto que los controla desde el terreno.
Después de tres años "de normativa transitoria", que limitaba las actividades en el espacio aéreo, y aprobarse una nueva regulación para las operaciones con estas aeronaves, según explica la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), los drones ya han superado el principal escollo y ahora pueden sobrevolar zonas metropolitanas, siempre que no superen los 10 kilos ni los 120 metros de altura y mantengan una distancia máxima de otros 100 con el piloto que lo tripula.
Así, ya se permite el vuelo urbano, es decir, en zonas en las que hay personas y edificios y cerca de espacios controlados, como los aeropuertos, donde coinciden con aeronaves. Además, se puede volar de noche. "Antes era viable técnicamente pero ahora es posible administrativamente", precisa Federico Alva, director técnico de Atyges, fabricante de drones, cuyo riesgo, apostilla, "es muy reducido respecto al del helicóptero", con un peso y tamaño superiores. "Tienen mucha electrónica y automatismo para que pueda manejarlo casi cualquiera persona. No hace falta ser ingeniero ni piloto. Se necesita un instructor, nosotros también aportamos la formación", detalla el empresario, que distribuye estas aeronaves a nivel internacional para detectar malas hierbas en el campo y, entre otros, contribuir al mantenimiento preventivo de extracciones técnicas.
Los drones pueden dotarse de un sistema de navegación, como GPS, para que conozcan la posición y se les indique dónde deben dirigirse. Los sensores permiten mantenerlos en posición horizontal en el aire. "Cuanto más sencillos sean, también más seguros", asegura. El coste de un dron básico es de unos 1.000 euros, pero los más sofisticados pueden llegar a situarse en los 100.000, principalmente por los sensores que incorporan. "Una cosa es el aparato físico y otra las necesidades de las herramientas. La minimización de riesgos cuesta valorarla económicamente", subraya el director de Atyges.
En el caso de la capital malagueña, los drones ya se utilizan, en palabras del concejal de Seguridad, Mario Cortés, para el rescate de personas en zonas de monte o vegetación y también, añaden desde la empresa, para la coordinación de actuaciones en las que interviene la Unidad Canina de la Guardia Civil. "El dron y los perros trabajan de forma conjunta para localizar a personas. Dan una inmediatez muy valiosa. En Almería se utilizaron para la búsqueda del pequeño Gabriel. Permiten hacer barridos de manera más directa", sostiene.
La idea es seguir potenciando su uso. Los policías locales de Málaga, de hecho, ya cuentan con la formación que se requiere, solo tendrán que realizar "vuelos de entrenamiento" que les permitiera recordar los conocimientos que adquirieron durante la legislatura anterior a través de un curso impartido en la Escuela de Seguridad Pública del Ayuntamiento (Espam).
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