Marcos Castilla: una carrera que despega sobre las teclas de un piano
El joven de 17 años ha despuntado como pianista solista bajo la batuta de Arturo Díez Boscovich en el Teatro del Soho
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No tiene tiempo para jugar al Fornite o al Fifa como los compañeros de su edad porque estudia y ensaya entre cuatro y seis horas de media al día. Pero es que también cursa segundo de Bachillerato y en unos meses tendrá que presentarse a los exámenes de la siempre temida selectividad. Pero todo sacrificio se puede dar por bien empleado si el objetivo es mucho mayor, si el reto es la gloria artística, si hacer volar los dedos sobre las teclas de un piano lo eleva a un grado de felicidad plena. Eso le da la certeza al jovencísimo Marcos Castilla de saber que su vida, ahora en presente y por supuesto también en futuro, es la música.
Con tan solo 17 años, ya tiene el orgullo de haber ganado la sexta edición del concurso Tierra de Talentos, de Canal Sur, en 2022 y de haber actuado en dos ocasiones en este 2023 en el Teatro del Soho Caixabank bajo la dirección del maestro Arturo Díez Boscovich y al amparo del mismísimo Antonio Banderas.
Cursa sexto de piano en el Conservatorio Profesional Gonzalo Martín Tenllado y Bachillerato de artes en el colegio El Romeral. En este centro le imparten las materias comunes y las específicas las estudia en el conservatorio. También se está formando en la Academia Internacional Galamian, un centro puesto en marcha por los músicos Jesús Reina y Anna Nilsen en la Sala de Conciertos María Cristina.
“Tengo clarísimo que lo mío es el piano, desde siempre me he sentido especial tocándolo y escuchando música, sintiendo y expresándome a través de ella, así que aunque se me de mejor o peor sé que es lo que me llena, y no creo que haya una cosa más bonita que poder dedicarme a mi vocación”, comenta Marcos. Nadie en su familia tocaba el piano, ni tiene músicos cerca, así que su talento le ha nacido de dentro sin saber muy bien cómo.
Todo comenzó, recuerda, cuando tenía unos tres años. “Los Reyes Magos me trajeron de regalo un xilófono, uno de esos malillos, de juguete, pero la verdad es que a raíz de eso empecé a tocar y cada día me gustaba más”, asegura. Del xilófono pasó a un teclado, luego a otro más grande y a otro más grande todavía hasta que el siguiente paso ya tuvo que ser el piano. “Surgió todo ahí, gracias a los Reyes Magos”, dice.
Era tan pequeño que ni recuerda bien si fue iniciativa suya o de sus padres, pero lo que sabe es que ingresó en el conservatorio elemental y ha seguido promocionando y dedicándole cientos de horas año tras año a perfeccionar un instrumento tan exigente como el suyo. “Ves a tus amigos todas las tardes divertirse, jugar a videojuegos, y yo todos los días empollando en el conservatorio, no es fácil pero merece la pena”, indica.
“Salgo del colegio a las 17:00 y llego a las 22:00 a casa. Esos días toco algo menos, pero la media son entre cuatro y seis horas diarias. Los fines de semana invierto más tiempo y los días libres también”, explica. A pesar de su capacidad y su madurez, reconoce que resulta muy complicado compatibilizar los estudios musicales con la formación reglada. Más aún para algunos de los compañeros que cursan Bachillerato de Ciencias, “y dicen que no pueden más”.
Pero como todo es cuestión de organizarse, Marcos saca tiempo también para estudiar las partituras de sus conciertos, algo que requiere mucho trabajo previo. En mitad del pasado mes de julio, interpretó junto a la orquesta sinfónica Larios Pop del Soho el concierto para piano n.º 21 en do mayor, K. 467, del célebre compositor austríaco Wolfgang Amadeus Mozart y en noviembre volvió a ponerse bajo las órdenes de Arturo Díez Boscovich para participar en el espectáculo sinfónico Gershwin in Blue, en honor al compositor George Gershwin.
“2023 está siendo mi año. Son muchas horas de estudio, pero están dando sus frutos. He tenido el privilegio de poder compartir escenario con Arturo Díez Boscovich dos veces en el Teatro del Soho, promovido por Antonio Banderas, a los que agradezco muchísimo la oportunidad”, asegura Marcos. También reconoce la labor de la orquesta Larios Pop del Soho, “que suena de escándalo”. Estas experiencias, subraya, “me han ayudado mucho a formarme como músico y como persona también”.
Dos años atrás, su paso por el programa de Canal Sur y sus vivencias con el equipo le sirvieron, de la misma manera, “Allí me ayudaron a formarme como músico en distintas facetas, tanto en la clásica como en la romántica, como en la más rockera, más improvisación y yo creo que el músico tiene que tener un poco de todo”, explica.
El premio Malagueño de Hoy es otro hito en este 2023 que le llena de orgullo. “Para mí es muy importante porque representa a mi tierra, a la que le tengo un cariño que no es normal”, asegura. En la ceremonia de entrega de galardones, celebrada el pasado 29 de noviembre en el Museo del Automóvil y la Moda, Castilla afirmó: “Esta es una noche muy especial para mí y me siento verdaderamente abrumado, cuando supe que Málaga Hoy me iba a otorgar esta distinción me quedé sin palabras, sobre todo al repasar la talla de todos aquellos que fueron reconocidos con este honor, no sólo este año sino también en ediciones anteriores, hablo, entre otros, de Manuel Alcántara, artistas de la talla de Carlos Álvarez, Diana Navarro, Pablo Alborán o como mis admirados y queridos Arturo Díez Boscovich y Antonio Banderas”.
“Esta noche, tengo el inmenso honor, con la mayor humildad, de que mi nombre vaya detrás de todos ellos y es un sueño hermoso”, agregó e siguió con sus agradecimientos hacia el equipo del Teatro del Soho, sus docentes tanto en el terreno más académico como en el musical, y a la Fundación Málaga que le acompaña en este camino y a su familia, por el apoyo incondicional, y sus amigos. “Sin ellos nada de esto sería posible”, dijo.
El próximo curso, Marcos ingresará en el Conservatorio Superior de Música y se está planteando irse a estudiar fuera para conocer otras culturas, otra forma de enseñar la música. Y también seguirá ahondando en la composición, faceta que le gusta especialmente. “Compongo de vez en cuando, yo creo que un músico completo tiene que experimentar y hacer de todo. Luego están las etiquetas de pianista, de violinista, pero yo prefiero ser músico a pianista y usar la creatividad, que para mí es muy importante”, sostiene.
“Soy consciente de que mi camino no ha hecho más que empezar y hasta aquí me ha traído mi pasión por la música y por el piano, encomendado a ello mi vida entera, sé también que el futuro requerirá de mucho esfuerzo y sacrificio pero cuando las fuerzas flaqueen, gracias a momentos como este, podré sentir la energía de mi gente, de Málaga, con la que es posible tocar la luna si uno se lo propone”, concluyó Marcos Castilla tras recoger el galardón.
Su carrera musical está despegando con la rapidez y soltura con la que sus dedos arrancan melodías de las teclas blancas y negras de un piano. Muchos ya han podido comprobar su talento y volverán a disfrutar de él. Otros lo descubrieron con la boca abierta tras la entrega de galardones. El joven músico ofreció para el público reunido en el acto su interpretación de la Malagueña de Ernesto Lecuona y la composición romántica Sueño de Amor de Liszt, dos piezas con las que maravilló a los congregados y puso un magnífico y musical broche de oro a la XIX edición de los Premios Malagueños de Hoy 2023.
Tocar en el Carnegie Hall, un sueño que llegará
Marcos Castilla cumplió 17 años el pasado septiembre, pero solo tenía 15 cuando ganó el talent show de Canal Sur Tierra de Talentos, el programa que le brindó un magnífico escaparate para mostrar su particular manera de sentir y hacer suya la partitura en un instrumento tan rico y exigente como el piano. También le sirvió para creerse su propia valía, obtener el reconocimiento de profesionales de esta industria y valorar, aún más si cabe, el apoyo de sus padres y sus dos hermanos pequeños. Marcos tiene la honestidad y madurez suficientes para reconocer que el camino que le queda por andar es largo, pero también, la valentía de soñar en grande, de verse tocando en un escenario tan potente como pueda ser el Carnegie Hall de Nueva York o el Royal Albert Hall de Londres. “Sería un sueño tocar ahí y espero que eso llegue algún día, no será muy próximo pero llegará, eso espero”, dice el joven artista, que ha participado en las audiciones de Royal Collage.
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