Mascarones
AL hilo de la reciente restauración malagueña del mascarón de proa del buque escuela de nuestra Armada Juan Sebastián de Elcano, hoy les hablaré de algunas curiosidades, y de cómo han evolucionado estos tan significativos y tradicionales adornos.
Convertidos, siglos atrás, en la seña de identidad; y en muchos casos, en la representación iconográfica de los nombres de los barcos, los artísticos mascarones de proa de los buques de vela comenzaron a desaparecer con la llegada de la navegación a vapor. Y aunque determinados buques; especialmente los que mantenían una propulsión mixta (combinando vela y vapor), siguieron mostrando estas imágenes, finalmente, la modernidad, dio al traste con estas esculturas a flote.
Pero como la tradición siempre ha estado muy presente en el mundo de la mar y los barcos, los artísticos mascarones de proa se fueron reconvirtiendo; y así, las figuras tridimensionales de bellas doncellas, héroes o fieros animales, se vieron transformadas en pequeños dibujos o grabados.
Representando, en la mayoría de los casos, vistosos y muy coloridos escudos heráldicos, o simplemente mostrando los logotipos de las compañías propietarias de los buques; en la actualidad, estas imágenes son las más fieles herederas de los tradicionales mascarones de proa.
Pero como siempre hay algunas excepciones; les diré, que aun queda un barco no de vela, que luce un clásico mascarón. En concreto les hablo del Black Prince; un ferry reconvertido en buque de crucero que desde finales de la década de los años ochenta, ha frecuentado con asiduidad el puerto de nuestra ciudad, mostrando en su proa una enorme figura de bronce que representa a la diosa de la mitología romana Venus.
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