Matemáticas para poder adelantarse a los 'tsunamis'
Un grupo de científicos de la UMA ha desarrollado un modelo para estudiar con antelación los daños provocados por un fenómeno oceanográfico o una inundación
Si pensamos en las matemáticas únicamente como esa ciencia compleja basada en un baile de números, figuras geométricas y símbolos, difícilmente podremos encontrar su relación ni su utilidad en el medio marino. Pero, por más curioso que pueda resultar, un grupo de expertos de la Universidad de Málaga lo ha conseguido y ha diseñado un programa capaz de calcular los daños que ocasionaría la onda producida por un tsunami, el desbordamiento de un cauce fluvial en caso de inundación o la rotura de una presa.
Y todo sólo gracias a a unas ecuaciones. El grupo Ecuaciones diferenciales, análisis numérico y aplicaciones (Edanya) de la UMA, formado por una decena de profesores de los departamentos de Análisis Matemático y Matemática Aplicada, empezó en el año 2000 a desarrollar un modelo matemático capaz de estudiar los flujos ambientales y para poder comprobar mediante simulaciones lo que ocurriría en casos reales.
Lo que no puede hacer este programa es predecir cuándo se van a producir, pero el coordinador del equipo y profesor titular de Matemática Aplicada de la UMA, Carlos Parés, asegura que "sí permitirá estudiar con antelación los riesgos que acarrearían en el caso de producirse un fenómeno de estas características" como el último tsunami que ha afectado esta misma semana a las costas de las islas Samoa.
La posición geográfica de Málaga la convierten en un lugar de riesgo de tsunamis y el Instituto Nacional de Oceanografía quiere anticiparse a ellos con ayuda de esta herramienta matemática. Ya hubo una avalancha en la plataforma continental sobre la que se encuentra la zona de Alborán que se cree que provocó numerosos daños en toda la costa malagueña.
Los científicos del Centro Oceanográfico de Málaga han encontrado restos del desprendimiento de parte de esa plataforma continental que provocó una gran onda que pudo llegar a tierra con una altura de hasta diez metros. No se sabe cuándo ocurrió, pero el profesor de Matemática Aplicada de la UMA señala que gracias al modelo que han desarrollado "hemos logrado saber dónde se originó exactamente el fenómeno y sólo nos quedaría conocer hasta dónde llegó el tsunami con la ayuda de los datos barimétricos que nos faltan".
Si usando los datos de este caso real consiguen que este programa recree a la perfección cómo ocurrió en realidad podrá aplicarse para prevenir con garantías los daños en ocasiones futuras y, no sólo para adelantarse a los tsunamis. También podrá tener utilidad en el caso de posibles riadas. Lo único que necesita el programa es que se introduzcan los datos cartográficos de la zona, el tipo de terreno, las condiciones del cauce del río y en función de eso calcular lo que ocurriría según la cantidad de lluvia que caiga.
Según Paés, ya hay algunas consultoras que se han interesado por este modelo matemático para resolver problemas reales. Es el caso de la empresa CGS con quien este grupo de la UMA está colaborando para estudiar la prevención de riesgos de inundaciones en el río Tinto. Incluso en un futuro podría tener aplicación para saber qué ocurriría con las zonas costeras si el nivel del mar subiera como consecuencia del cambio climático. Evitarlo no, pero sí poder anticiparse.
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