Medio millar de docentes protestan contra la Ley de Calidad

Lleva 23 años en la enseñanza. Y nunca se había encontrado con algo así. "Que nos paguen más por aprobar a los niños es increíble", dice. María Rodríguez, profesora de instituto, no comprende la Ley de Calidad, que recoge un pago de hasta 7.000 euros en cuatro años para los docentes que se sumen a un plan para mejorar la calidad de la enseñanza. "Pero que realmente es para dar un lavado de cara y maquillar las cifras", añade.

Como ella, alrededor de 500 docentes de la provincia de Málaga se manifestaron ayer ante la Delegación de Educación de la capital. Al grito de Por la dignidad de los docentes y La enseñanza no es un negocio, los profesores y maestros mostraron así su rechazo a la Ley de Calidad desarrollada por la Junta de Andalucía, que ha generado gran polémica en todos los centros educativos.

Según explicó ayer el delegado en Málaga del sindicato APIA, Gonzalo Guijarro, cerca del 50% de los profesores de institutos se quedaron ayer en casa. "Estamos satisfechos con la protesta, que ha dejado claro que el rechazo a la Orden de Incentivos es general", afirmó ayer Guijarro. Eso sí, el seguimiento de Infantil y Primaria fue mucho menor y la mayoría de colegios de la provincia funcionaron con total normalidad.

"Parece que la culpa del fracaso escolar es nuestra, cuando nosotros sólo participamos en una parte de la educación de los niños: ¿qué hago yo cuando un adolescente no quiere estudiar, pasa de todo y sus padres no se implican?, se pregunta María Rodríguez. A su lado, otros profesores también mostraban su indignación por una medida que es "discriminatoria e injusta". De hecho, aunque los claustros de los centros educativos han tenido la libertad de unirse o no al plan de calidad, la Junta premiará con menor ratio y mayor número de profesores a los que sí lo hagan. "Y eso es totalmente discriminatorio", añadía otro profesor.

La huelga de ayer también sirvió para protestar por la homologación salarial (reclaman mayor salario) y para pedir más "medidas reales", en palabras del responsable de APIA, que mejoren la educación.