El Metro desentierra el Fuerte de San Lorenzo en el tramo de la Alameda
En concreto, el muro perimetral de la fortaleza, que data de los siglos XVI-XVII La Junta asegura que no va a afectar a los plazos
Y a pocos metros de profundidad, en el subsuelo de la Alameda Principal, el Metro acaba de toparse con el pasado. Como ya parecía anunciado, los operarios de la empresa contratada para realizar los trabajos arqueológicas en el tramo del suburbano entre el puente de Tetuán y el cruce con la calle Torregorda han desenterrado parte de la muralla perimetral del conocido como Fuerte de San Lorenzo, que data de los siglos XVI-XVII. El hallazgo, no por ser esperado, deja de tener su importancia dada la envergadura de la infraestructura a la que 'afecta' y de los antecedentes ocurridos en Callejones del Perchel, donde la aparición de la muralla nazarí han multiplicado de manera exponencial el tiempo de construcción del tajo soterrado. Ya se acumulan casi seis años sin que la obra haya sido culminada.
A pesar de ello, desde la Consejería de Fomento, responsable de la intervención, se lanza un mensaje de tranquilidad, tratando desde el minuto uno de diferenciar ambos escenarios y, por ende, las posibles consecuencias que puedan devenir de este descubrimiento. El principal riesgo para el avance previsto de la infraestructura está en que los trabajos de excavación puedan hallar restos de algún pecio o embarcación, dada la cercanía al mar de esta zona de esta zona en la antigüedad.
Conforme a los datos aportados ayer, la citada estructura ya había sido identificada en el proyecto constructivo (tras las catas arqueológicas realizadas previamente). En concreto, se trata del muro perimetral oeste del Fuerte de San Lorenzo, localizado en la zona más cercana al río Guadalmedina, que cruza la Alameda Norte con una orientación sensiblemente perpendicular. El mismo fue erigido en el año 1701 con una función clara de protección de la ciudad por la zona occidental y servir de apoyo a las instalaciones portuarias. Tenía una planta irregular, con aposentos para las tropas y zonas de almacenes. Las fuentes ubican el mencionado castillo en una isleta que ocuparía lo que en la actualidad es el extremo oeste de la Alameda Principal. El edificio se mantuvo hasta finales del siglo XVIII, en el que Godoy ordenó su demolición.
Ante tal hallazgo, precisaron desde el departamento autonómico, los protocolos establecidos obligan a Fomento a remitir el proyecto arqueológico a la Consejería de Cultura para que determine la intervención a efectuar para la preservación de los vestigios. Salvo en este punto concreto, en el que por el momento no se podrá iniciar actuación alguna en lo concerniente a la construcción de las pantallas del suburbano, los trabajos en el resto del cerramiento, que afecta parcialmente al lateral norte de la Alameda, continúan con la planificación prevista. Todo ello a la espera de lo que dictamine Cultura en relación al procedimiento de preservación de los restos hallados.
No obstante, desde la consejería impulsora de la obra del Metro se aclaró ayer que la parte objeto de excavación arqueológica corresponde justamente a la aquella en la que las firmas contratadas para la construcción del tramo del ferrocarril urbano no tenían previsto hacer su entrada para la ejecución de los muros que darán forma al futuro túnel hasta después de Semana Santa. Por ello, incidieron en que la aparición de estos restos "no genera ningún contratiempo en el programa de trabajo".
En este sentido, la planificación contemplada incluye, primero, la cubrición de los restos y reponer ese trozo de calle para permitir el recorrido normal de las procesiones en Semana Santa. La intención es que para la finalización de la fiesta ya se disponga del proyecto de Cultura para la preservación y continuación de los trabajos a pie de obra. Al tiempo, los responsables de Fomento aprovecharon para diferenciar claramente lo ahora encontrado de lo hallado en Callejones del Perchel. En este último caso apuntaron que se trató de un torreón y la puerta de acceso a la Medina, "lo que le otorgaba un valor muy singular".
Al tiempo que se han encontrado restos de la muralla perimetral, Fomento informó ayer de que también se han visualizado, dentro de los trabajos de movimientos de tierra iniciales, varias hiladas de ladrillos que corresponden a un abastecimiento de agua del siglo XIX, que va en sentido longitudinal a la Alameda Principal, pero cuyo alcance es "de menor relevancia" en cuanto a su valor histórico.
En este mismo escenario de la Alameda las primeras tareas del Metro le permitieron reencontrarse con el tranvía que circuló por las calles de Málaga hasta 1961. Los trabajos sacaron a la luz lo que parecía la traviesa de aquel medio de transporte, existiendo la posibilidad de encontrar más abajo restos de otros tranvías más antiguos. El sistema de georradar empleado en estas acciones permitió vislumbrar a metro y medio de profundidad restos de los sistemas ferroviarios más antiguos, que datan del siglo XIX y principios del XX.
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