Micros y cámaras para seguir las clases en la UMA

La Facultad de Ciencias de la Comunicación adapta sus grados a una enseñanza semipresencial gracias a la implantación de un sistema audiovisual

Mesas de las clases de la UMA señalizadas

Había que tener en cuenta muchos factores de cara a la vuelta a las clases en este curso del Covid y en

la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga pensaron que la solución

la podía ofrecer un sistema audiovisual que hiciese posible el seguimiento de la docencia desde cualquier punto. Así que se han instalado cámaras y micrófonos en el techo delas aulas delos grados para poder hacer retransmisiones en directo y llegar no sólo al grupo presencial sino a todos los demás.

“La clase se han dividido en tres grupos y cada uno de ellos podrá ir una semana al centro de forma presencial y otras dos seguirá las clases a distancia”, explica Inmaculada Postigo, decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación. “Además de seguir las clases desde su dispositivo, pueden intervenir, piden la palabra y se les escucha a través de la microfonía, es como si estuvieran dentro del aula, realmente es la misma clase que se imparte al mismo tiempo en dos espacios, el físico y el virtual a través de videoconferencia”, agrega Postigo.

Subraya la decana que el horario es el mismo para todos los grupos e insiste en que el seguimiento de las materias se podrá hacer con la misma capacidad de participación que si estuvieran de forma presencial. “Esto nos permite que si algún estudiante tuviera que guardar cuarentena no se pierda absolutamente nada, ni le tienes que adaptar el temario porque sigue recibiendo la docencia desde casa”, agrega la decana.

Un máximo de 23 alumnos por grupo

En torno a 22 o 23 alumnos será el máximo de personas que conformen cada grupo y coincidan al mismo tiempo en el aula, que tendrán los asientos marcados y donde se respetará el metro y medio de distancia por cada lado. La menor cantidad de alumnado de los másteres hará posible que todos sean presenciales. “Hemos estado el mes de agosto trabajando, implantando el sistema, probando las cámaras para que todo funcione y hemos comprobado que la interacción es prácticamente la misma que si estuviera en el aula”, añade Postigo y subraya que el alumnado que recibe las clases desde casa no tiene

la obligación de encender la cámara, “nadie va a invadir el espacio privado”, indica.

Igualmente, hay profesorado de riesgo que no impartirá su docencia desde el aula pero sí por vídeoconferencia que el grupo presencial podrá seguir desde su propia aula para evitar desplazamientos

y favorecer la organización. La semana en la que pueden ir presencialmente a la facultad recibirán

en ella todas sus materias. Otra de las medidas que van a implantar antes de que en octubre

comience el curso es el registro, tanto de alumnado como de profesorado, a través de un código QR.

La clase se han dividido en tres grupos y cada uno de ellos podrá ir una semana al centro de forma presencial y otras dos seguirá a distancia

“Si se detecta algún positivo podremos saberlas personas que han estado en la misma aula en cada

momento para que sea más fácil hacer el seguimiento”, subraya la decana. Pero antes de esto, lo más urgente ha sido preparar el centro para los exámenes de septiembre. “Son pocos estudiantes, algunos exámenes serán virtuales y otros presenciales y para estos últimos se garantiza la distancia de

metro y medio, los aforos están controlados, tienen que llevar mascarilla y se han colocado dispensadores de gel hidroalcohólico en cada una de las aulas”, explica la decana.

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