La Misericordia, un 'campo' de vóley playa: "Solo te tienes que comprar la red y la pelota y ya puedes jugar"

Grupo jugando al vóley en la Misericordia.
Grupo jugando al vóley en la Misericordia. / Javier Albiñana
Fátima Extremera

29 de julio 2023 - 06:40

Málaga/Al pasear por las playas de Málaga podemos empezar a contar las redes de vóley ancladas en la arena. Más de una treintena de campos se sitúan a conciencia en la parte más limpia del litoral, buscando la sombra bien temprano para cuando empiece a bajar el sol y los altos edificios que respaldan la Misericordia y Huelin, hagan que las plantas de los pies no se quemen durante el juego.

Este deporte se ha convertido en uno de los favoritos del verano malagueño. Ha conseguido que poco a poco, y sin darnos cuenta, se cuele en nuestra normalidad ver decenas de redes llenando la costa de punta a punta. Y aunque en los meses sin "erre" son los favoritos para jugar al vóley playa, no es inusual verlo durante el resto del año.

Las facilidades y beneficios que aporta este deporte son los motivos principales por los que cada vez hay más personas que se suman a él. "Por ejemplo, las palas es algo más espontáneo. Si acaso decides sacarlas o no, pero esto es más elaborado y venimos mentalizados en hacer ejercicio", explica Martín Caro.

"Es gratis, solo te tienes que comprar la red y la pelota y ya puedes jugar. Como en la playa hay siempre mucho espacio, no tienes que ir buscando una pista de fútbol o baloncesto que esté libre. En la playa te puedes poner y casi siempre vas a poder jugar y por lo general la gente se junta. Es fácil conseguir personas con las que jugar", manifiesta Álex Moreno, un habitual del vóley.

Jugador de vóley en La Misericordia.
Jugador de vóley en La Misericordia. / Javier Albiñana

Mayoritariamente todos responden lo mismo: las redes han sido compradas entre ellos. Con unos precios que rondan los 30 euros, esta opción, que solo requiere comprar también un balón, resulta muy económica, ya que al menos las redes, pueden llegar a durar tres años. Con tres meses de verano, que en ocasiones se alarga más, consiguen sacarle provecho.

Una de las cuestiones que no llegan a zanjarse entre los jugadores es, quizá, la más importante para alguien que quiera iniciarse en el vóley playa: cuál es la mejor playa. Y es que para poder jugar bien dependen de muchos factores: que no haya basura en el suelo, piedras u objetos que puedan cortar; que haya arena para que al caer no haya daño o dónde empieza a hacer sombra antes.

Alejandro Rosado y Enrique Rodríguez van a la playa "mínimo dos veces en semana". Junto a ellos van el resto de sus amigos y reconocen que para ellos no es nada profesional, más bien es "pachanga entre nosotros".

Aún así, critican el estado de las playas: "Las colillas son lo de menos, lo que molestan son las piedras y las conchas", explica Alejandro. Enrique, por su parte, pide mayor limpieza, dado que este deporte está en auge: "Cada vez está más de moda el vóley playa y yo sigo viendo la arena llena de piedras, de conchas y suciedad. Que haya un poco más de limpieza, que se ponga algún tipo de recurso".

Como ellos, el resto de malagueños que se han sumado a la moda del vóley también denuncian la suciedad y dificultades que encuentran en la arena a la hora de jugar. Y aunque todos manifiestan sus preferencias y muchas de ellas discrepan entre sí, la favorita sigue siendo una: La Misericordia.

Concretamente, "la zona frente al Burger King" o "en el Litoral", especificaban diferentes grupos. "Da la sombra antes y la arena está más limpia", justifica Alejandro. "Aquí hay espacio y la playa es ancha, así podemos ponernos a jugar sin molestar a los que están en la playa", declara Martín.

La hora para jugar también es una cuestión importante. La sombra es la mayor aliada para sus jugadores, y aunque esta llega en torno a las seis y media o siete de la tarde, es indispensable estar antes para reservar el espacio. "La gente viene sobre las cuatro para pillar sitio", comenta Jeene de Camp.

Grupo jugando a vóley.
Grupo jugando a vóley. / Javier Albiñana

Aunque el vóley playa se corona como el deporte del verano para jugar entre amigos, también consigue cautivar a otros que comienzan a tomárselo más en serio. "Juego por ocio principalmente, pero estoy pensando en apuntarme a algún equipo", expresa Álex.

Para él el fin del verano no supone ningún problema, ya que, reconoce, también acude a la playa en invierno, "como atardece antes, vengo sobre las cuatro o cinco". Como él, Jeene e Irene Maxi afirman que van todos los días, "en verano playa, y en invierno vóley pista".

El vóley se consagra como un deporte de reunión entre amigos, pero también como forma de hacer nuevos. "Muchas veces viene gente que piden jugar y se van sumando. De un grupo de amigos de clase hemos ido metiendo gente que nos hemos ido encontrado", cuenta Álex.

A veces de lo espontáneo surgen planes más organizados. Este también es el caso del grupo de Irene y Jeene: "Tenemos un grupo de Whatsapp, en él hacemos quedadas. Si hay hueco, te apuntas y vienes a jugar", explica Irene.

El vóley playa es, sin duda, el deporte más polivalente: tanto para los que quieren disfrutar de la tarde haciendo un poco de ejercicio o pasando el rato, como para los que se lo toman como una actividad de reunión e incluso competición.

Sus facilidades y bajo presupuesto lo convierten en la actividad favorita de muchos malagueños durante los meses de calor, y cada año son más los que se suman al juego. Deporte y playa consiguen unirse en un verano de altas temperaturas, pero que casan a la perfección para hacer que sea más llevadero.

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