Mismos docentes, el doble de alumnos
Han transcurrido seis años desde que a los niños musulmanes se les dio derecho a recibir clases de su religión, aunque todavía queda "bastante por hacer". La profesora de Religión Islámica Rachida Falih reconoce que la demanda de esta religión es mucho mayor a la oferta. Uno de los problemas que actualmente presenta esta asignatura es que "no hay profesores". La razón no es por la falta de formación del personal docente, sino que el Gobierno central -que es de quien depende esta enseñanza en Educación Infantil y Primaria- no oferta plazas", explica la docente.
Así, la evolución del alumnado no ha sido la misma que la del profesorado. En 2006 unos 850 alumnos recibían clase de Religión Islámica, cinco años después esta cifra ha aumentado hasta los 1.548 alumnos. Pero parece que el número de profesores es inamovible. Desde que se aprobó el llamado Acuerdo de Cooperación del Estado Español con la Comisión Islámica de España, seis docentes, contratados por el Ministerio de Educación y Ciencia, se reparten toda la provincia. Falih explica que ella imparte clase a casi 190 alumnos de los CEIP Bergamín, García Lorca, Manuel Altolaguirre y Giner de los Ríos. "Cada día voy a un centro escolar. Salvo en el Bergamín, donde imparto clases los lunes y los miércoles porque es donde más alumnos tengo", explica. "Somos pocos profesores para tanta demanda. Estamos saturados", asevera la docente.
A esta situación, hay que añadirle la "falta de organización y regulación" que hay de esta asignatura. Según relata Falih, las horas de Religión Islámica no coincide con las de Religión Católica. Así que mientras la mayoría de los alumnos reciben clases de Católica, los estudiantes de Islámica están en un aula con el tutor haciendo ejercicios o repasando lo aprendido en el día. El verdadero problema llega cuando les toca clase a ellos. "Tengo que sacarlos de clase de Lengua o de Matemáticas para poder darles clase de religión. A veces los profesores me los dejan media hora y otras veces puedo estar con ellos hasta hora y media. Depende del día", indica Rachida Falih, quien pide que todas las religiones se impartan con un mismo horario para que ningún alumno pierda horas de otras asignaturas.
Otra de las reivindicaciones de la licenciada en Filología Semítica es que hay muchos centros malagueños en los que los niños no tienen opción a recibir su religión. "Muchos padres que demandan para sus colegios profesores de otras religiones, no sólo la Islámica, pero no tienen opción. "El Ministerio exige que con diez niños que elijan Religión Islámica han de tener un profesor, pero eso es la teoría y otra cosa es la práctica", afirma Rachida Falih, que añade que hay muchas solicitudes de profesores para trabajar pero, "y con la crisis, no quieren contratar a nadie más".
Rachida imparte clases a niños desde los 3 años hasta sexto de Primaria. Afirma que en muchos casos tiene que agrupar a niños de diferente curso para impartir la asignatura. "Si hubiesen más profesores y una mejor distribución de los horarios, sería mejor y habría menos dificultades. Se podrían cubrir perfectamente las necesidades de los alumnos de Islámica", reconoce.
Como la procedencia de sus alumnos es muy diversas y algunos hablan mejor el español que el árabe, Rachida imparte su clase en español. "Sólo se hablar árabe para leer los versos del Corán. El resto de la clase es en español", explica.
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