Mojácar, testigo árabe
La localidad almeriense fue codiciada por diversas culturas y pueblos Su pasado, su patrimonio y la belleza de su entorno, salpicado por la mítica Al-Ándalus, la convierten en un referente en la comarca
Mojácar y sus alrededores ofrecen a los visitantes una amplia variedad de oportunidades, más aún en lo que se refiere al mundo de la bicicleta. Tanto el aficionado a la mountain bike, como el profesional del ciclismo, encuentran en el municipio rutas e instalaciones preparadas para tal fin. Y es que desde hace unos años se ha consolidado como sede de entrenamiento de varios equipos profesionales europeos.
Para visitar Mojácar hay que olvidarse del coche y disfrutar del encanto de su medieval arquitectura árabe, dado que es fiel testigo del pasado árabe de la mítica Al-Andalus.
Situados en el Mirador de la Plaza Nueva, domina una impresionante vista del Valle de las Pirámides. Desde aquí puede comprobarse cómo Mojácar la Vieja, primer asentamiento prehistórico de Mojácar, se sitúa junto al río aguas, el cual desemboca en la laguna, espacio natural protegido en la playa de la localidad. En la plaza se encuentra la ermita de los Dolores, del siglo XVIII.
Entre los lugares de interés destaca el mirador plaza nueva. Desde allí la cuesta del Mirador del Castillo parte hacia la zona más elevada de la ciudad. Una panorámica sobre la costa mojaquera de visita obligada. Antes de descender de nuevo a la Plaza donde partimos hacia la calle Alcalde Jacinto, que conduce ante la Iglesia de Santa María, de 1560. Antigua fortaleza de grandes sillares de piedra y cuyo interior, sobrio, está abierto en hora de culto. En una zona próxima se encuentra la estatua de la Mojaquera. Realizada en mármol blanco y ataviada con el traje típico, sostiene el pañuelo árabe con los dientes y porta el cántaro que se utilizaba para desde la fuente poder abastecer de agua las distintas casas.
La ruta llega hasta la Plaza del Ayuntamiento, con su centenario árbol, traído por un emigrante desde las Américas. Allí se aproxima la Puerta de la Ciudad. Sustenta el escudo de Mojácar (el águila bicéfala de la casa de los Austria, premio a la lealtad demostrada en la batalla de 1488). Junto al arco aparece la Casa del Torreón, de airosa arquitectura. Su traza actual del siglo XVIII.
Desde la Plaza del Ayuntamiento se llega a la de las Flores, desde donde los visitantes pueden adentrarse en el arrabal, antiguo barrio judío de laberínticas calles llenas de encanto. También existe la posibilidad de retroceder a través del arco y rodear Mojácar por la calle Guardia, Puntica y Embajadores de preciosas vistas al mar.
Otra opción estribaría en descender por la Cuesta de la Fuente, bellísima y empinada calle que conducirá por el camino antiguo hasta la Fuente mora, remodelada en este siglo. Las mujeres aún lavan al atardecer, a la antigua usanza sus ropas a mano. Desde sus antiquísimos 12 caños manan un agua riquísima. Un importante retazo de la historia de Mojácar, está reflejada en la lápida de inscripción.
Los pueblos de costa más cercanos a Mojácar son Garrucha y Carboneras, que cuentan con un puerto pesquero y deportivo, así como Vera y Cuevas del Almanzora, que además de atractivos cascos históricos poseen interesantes playas.
También destacan otras zonas como el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, un parque marítimo terrestre, situado tan sólo a 30 kilómetros de Mojácar, que ofrece diversos pueblos típicos de pescadores, las salinas y sus flamencos rosados, el faro del Cabo de Gata y las singulares playas de Mónsul y Genoveses, de arena fina y dunas. Son además visita obligada para cualquier turista San José y Nijar, centros neurálgicos del Parque.
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