Muelle…
LA MAR DE HISTORIAS
Dejo hoy la visión marítima para mirar tierra y comentarles algunos aspectos sobre El Palmeral de las Sorpresas
Inaugurado en marzo de 2011, llama la atención que sus miles de metros cuadrados y su variada flora está empezando a mostrar un cierto deterioro
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Permítanme que hoy deje la visión marítima para mirar tierra y comentarles algunos aspectos sobre El Palmeral de las Sorpresas, uno de los lugares más emblemáticos de la Málaga de los últimos años. Empleando palabras de otros, quiero empezar mencionando dos frases que podrían resumir lo que es en la actualidad este espacio situado en el muelle número dos del puerto malagueño. Con una visión muy periodística, la primera de estas sentencias refiere que el Palmeral de las Sorpresas es la culminación del proyecto de integración puerto-ciudad; un titular muy acertado que el paso de los años ha ratificado totalmente. Atendiendo a una intención más institucional, la segunda frase que traigo a colación califica a este paseo como una zona de esparcimiento y ocio dentro del recinto portuario; una perfecta definición avalada por los millones de paseantes que la transitan y por los numerosos eventos de todo tipo que se realizan en este espacio.
Frente a estas dos frases y, sin olvidar la realidad de que el Palmeral de las Sorpresas es un verdadero centro neurálgico para Málaga, me gustaría preguntarles: ¿cómo creen que está envejeciendo este emblemático espacio ciudadano?
Inaugurado en marzo de 2011, el Palmeral, con sus premios arquitectónicos, sus miles de metros cuadrados y su variada flora, está empezando a mostrar un cierto deterioro; una circunstancia que se hace más patente cuando dejamos la zona bajo la pérgola y nos adentramos por el especio terrizo. Y aunque la falta de verdor de setos y zonas ajardinadas tienen su explicación en estos momentos de falta de agua, lo que no se explica es el escaso mantenimiento de su mobiliario, el vallado e imposibilidad de uso de todas las áreas de juego infantil o el abandono absoluto del minúsculo parque para perros; unos espacios que van acumulando desgaste por llamarlo de alguna manera.
Y aunque esta visión quizás parezca muy personal, no quiero terminar sin mencionar la vergonzosa mutilación que se puede ver al final del Palmeral de las Sorpresas. Sobre una zona de césped, desde mediados de abril, a la frase escrita con piedras Muelle 2 le falta el número; un acto vandálico sin duda que quizás ya debería haberse arreglado.
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