Tribuna Económica
Carmen Pérez
Un bitcoin institucionalizado
Fue el primer alcalde democrático de Málaga, el artífice de la transformación que en las décadas de los 80 y los 90 experimentó la ciudad. Pedro Aparicio, nacido en Madrid el 4 de octubre de 1942, falleció ayer a sus 71 años de forma repentina mientras practicaba deporte. Bajo las siglas del PSOE, estuvo al frente del Ayuntamiento de la capital de la Costa del Sol durante cuatro mandatos, entre los años 1979 y 1995. Cirujano de profesión, Aparicio, que sucedió a Luis Merino, llegó a la Alcaldía encabezando la lista presentada a los comicios por el Partido Socialista tras ganar las elecciones municipales celebradas el 3 de abril de ese primer año. La mayoría absoluta la consiguió en los tres siguientes comicios.
De su valía para gobernar la ciudad le convencieron los dirigentes históricos del PSOE-A Rafael Ballesteros y Carlos Sanjuán, que todavía recuerda el día en que se lo propusieron. "Fuimos a ver a Pedro a su casa en Pedregalejo, donde vivió siempre. Allí nos pasó a una habitación en la que había un piano, que solía tocar -también era aficionado a los trenes eléctricos-. Estuvimos charlando con él y le pedimos que fuera nuestro candidato. Nos dijo que sí". Aparicio formaba parte de una lista que previamente Ballesteros y Sanjuán habían elaborado y en la que destacaban referentes de la talla de Francisco Oliva, Enrique Linde, José Asenjo y Paco Rodríguez. "Se trataba de una lista magnífica de buenos políticos, gente dedicada a Málaga y, en definitiva, apta para resolver los problemas de los ciudadanos. Era prácticamente lo mejor que entonces tenía el PSOE", expresó Sanjuán.
Pedro Aparicio, representante de UGT en el Carlos Haya, destacaba como un "intelectual que denotaba gran inteligencia y pasión", un sentimiento "necesario en aquellos momentos". Barajamos tres nombres y finalmente le elegimos a él porque pensábamos que era quien mejor podía representar al partido. Lo hizo muy bien. Su discurso de toma de posesión ya fue magnífico", aseguró.
Pero los comienzos del ex alcalde socialista, sin embargo, no resultaron fáciles, sobre todo al encontrarse con una ciudad que, en palabras de Sanjuán, "carecía de todo". Un 40% de ella, aseveró, no disponía de "pavimentación, saneamiento, luz o agua". Bajo su mandato se impulsaron proyectos como la apertura al público de la Casa Natal de Picasso, el Jardín Botánico Histórico La Concepción, la Feria del Centro, el Teatro Cervantes y la creación de la Orquesta Sinfónica de Málaga. Aparicio cesó al frente de la Alcaldía después de los comicios locales del 28 de mayo de 1995, que entonces dieron la victoria a la popular Celia Villalobos.
Se convirtió además en el primer presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), eurodiputado socialista de 1995 al 2004 y responsable del PSOE de Andalucía de 1994 al 2000. Fue también jefe de la sección de Cirugía Vascular de la Residencia Sanitaria de Málaga y, tras dejar la política, volvió a sus clases a la Facultad de Medicina como profesor titular de Cirugía. Aparicio estaba desde hace años completamente apartado de la vida política. No obstante, la amistad que le unía a compañeros de fila como Carlos Sanjuán, entre otros, era inquebrantable. "Tenía intención de llamarle hace una semana, pero la muerte es mucho más rápida que los deseos de uno", se lamentó. El socialista espera que Aparicio sea recordado "como el primer alcalde democrático después de 40 años de Franquismo y aquel que cambió la ciudad". "La Málaga de hoy es un producto de esos 16 años de Gobierno socialista. Todos los grandes proyectos de la ciudad se hicieron durante su mandato, desde el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) hasta la creación de playas, grandes aparcamientos e infraestructuras o el comienzo de la peatonalización del Centro", precisó.
Para el arquitecto Damián Quero, cuya firma está en todos los planes generales de la etapa democrática, el primer alcalde democrático era un "ilustrado, muy culto, serio y profundo". Una persona, detalló, "capaz de interesarse por aspectos culturales e intelectuales" de los asuntos que manejaban. "En los temas de un barrio o una calle, tenía fuerza para abordarlo. Cuando salía algún componente de otro tipo en el plano intelectual, él se enganchaba y eso no me ha pasado con otros políticos. Era un hombre interesado por las cosas que descubríamos del urbanismo de la posguerra", recordó.
La noticia del fallecimiento de Aparicio la trasladaba ayer el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, a los portavoces de los grupos políticos mientras se celebraba el Pleno ordinario, que posteriormente fue suspendido. El actual máximo responsable de la Casona del Parque le definió "como una gran persona, con cualidades muy positivas", y sobre todo "muy amigo de sus amigos". Admitió, que la noticia le había "impactado mucho", especialmente por no ser esperada, y reconoció que la impresión fue quizá mayor por el hecho de haber trascendido durante la celebración del pleno ordinario, un órgano que "es un símbolo de la tarea municipal, a la que Aparicio dedicó 16 años de su vida".
En consonancia con su voluntad, que dejó por escrito a sus hijos, está previsto que cuatro piezas musicales de Puccini, Beethoven y Mozart despidan hoy la ceremonia oficial religiosa en la que el féretro estará envuelto con la bandera de Málaga. La misa funeral será a las 13:00 en Parcemasa, el único acto que se celebrará, ya que el socialista también había pedido que no se instalara capilla ardiente. Tampoco hubo velatorio. Su intención, de hecho, era que su muerte se conociera tres días después de haberse producido. Los restos de Pedro Aparicio serán incinerados y, las cenizas, depositadas posteriormente en Madrid, su ciudad natal.
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