Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
Las Tres Gracias del presupuesto andaluz y Séneca
sucesos
El interno de la prisión Málaga II, en Archidona, que este viernes fue víctima de una violenta agresión a manos, supuestamente, de otro recluso ha fallecido. La investigación apunta a que murió como consecuencia de los numerosos golpes que recibió. Será la autopsia la que lo confirme. El cadáver ha sido trasladado al Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga, donde está previsto que se le practique el examen forense.
El preso se encontraba ingresado desde ayer en el Hospital Regional de Málaga. Su estado era crítico y había sufrido un traumatismo craneoencefálico. Fuentes sanitarias han confirmado que el fallecimiento se ha producido durante esta pasada madrugada. Los médicos no pudieron hacer nada por salvar su vida. Había recibido puñetazos y patadas, varias de ellas en la cabeza, al punto de que, según fuentes cercanas al caso, tenía el rostro "destrozado e irreconocible".
Instituciones Penitenciarias se ha ocupado de la investigación de los hechos. La agresión se produjo hacia las 5 de la tarde. Los funcionarios del turno que tenía encomendada la revisión de los patios de la cárcel fueron testigos de lo ocurrido. Fuentes cercanas indicaron que habían observado cómo uno de los presos lanzaba patadas y puñetazos a otro recluso, que estaba en el suelo y al que, supuestamente, había cogido del cuello. Los trabajadores pidieron al presunto agresor que depusiera su actitud y éste, al parecer, no opuso resistencia y pudo ser inmovilizado. Fue entonces cuando se dio aviso a los equipos sanitarios y al jefe de servicio.
Desde la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP) han resaltado la "dureza" de los golpes y señalaron que, aunque los trabajadores "se personaron rápidamente y sujetado al agresor", el herido estaba "muy grave" y tuvo que ser evacuado a un centro hospitalario.
Desde el colectivo precisaron también que fueron los propios trabajadores quienes, en primer lugar, consiguieron reanimar en una primera atención a la víctima. y dieron aviso al 061. Ante la gravedad del estado que presentaba el herido, en un primer momento se planteó la posibilidad de que fuera trasladado de urgencia por un helicóptero, pero finalmente lo hizo una ambulancia.
Tanto el presunto autor como la víctima, ambos clasificados en primer grado -para los presos de especial peligrosidad o inadaptación manifiesta a las normas de la penitenciaría, con régimen cerrado- salían habitualmente juntos al patio y, a priori, no se sospechaba de que hubiera tensión entre ellos porque incluso se habían saludado. En el caso del supuesto agresor, según las fuentes consultadas, se trata de un recluso violento de 40 años que cuenta con antecedentes previos por agresiones a funcionarios.
Por su parte, desde la Asociación Tu Abandono Me Puede Matar (AMPM) recalcaron que la situación que se vive en los centros penitenciarios "está llevando una deriva terrorífica", e insistieron en que estos necesitan "más personal y más medios".
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