Multan a ocho jóvenes que jugaban al parchís de madrugada en una plaza
La Policía, según ellos, argumentó que a los vecinos les molesta el ruido del cubilete La sanción asciende a 101 euros
Ocho personas de entre 20 y 30 años fueron multadas el pasado jueves cuando se encontraban en una plaza del barrio de la Purísima, próximo a Eugenio Gross, consumiendo bebidas sin alcohol y jugando al parchís. Su caso, asegura Conchi Toro, una de las afectadas, parece responder al guión de una comedia televisiva. Han transcurrido más de 48 horas y, según afirma, sigue sin dar crédito.
Los hechos ocurrieron hacia las 2:00, cuando los jóvenes fueron sorprendidos por la Policía Local, que les requirió la documentación. Los ocho amigos se habían reunido unas tres horas antes, como cada noche. Cuatro de ellos, sentados en un escalón, se encontraban jugando al parchís, mientras que Conchi charlaba con el resto de las chicas. "No nos esperábamos que fueran a multarnos. Nos dijeron que no se puede consumir nada y que habían recibido quejas de vecinos a los que les molesta el ruido de los dados con el cubilete", cuenta la joven, de 29 años. Portaban, según su testimonio, dos botellas de agua y una lata de Coca-Cola, ya vacías. Junto a ellos también había una silla de playa.
"La Policía empezó a sacar las denuncias para que las firmáramos. Nos quedamos muertos porque no estábamos ni siquiera chillando, sólo hablando. No hemos cometido ningún delito. En esa plaza nos juntamos todos desde que empezamos a andar, hace más de 25 años. Nos dijeron que éramos muchos y que no podíamos hacer una reunión así como así", sostiene Conchi. La Policía, como reza en el escrito, al que ha tenido acceso este periódico, justificó su actuación en la "permanencia y concentración de personas consumiendo bebidas en zonas no autorizadas". En el caso de los chicos, los hechos denunciados se refieren "al consumo de bebidas sin alcohol y jugar al parchís", mientras que en el de ellas se destaca sólo la primera actuación. La multa para los ocho afectados es la misma: 101 euros, que consideran "excesiva" y que tienen previsto recurrir.
"No tenemos forma de pagar la sanción. Excepto dos, todos estamos en el paro. Una de mis amigas tendría que trabajar una semana entera como repartidora para asumirla", se lamenta Conchi. Ana, otra de las multadas, tilda de "indignante" la situación. "Salgo de una hamburguesería todas las noches a la 1:00 y me paso sólo a ver a mis amigos como para que me multen por beber agua en la calle. ¿Qué democracia es ésta?", asevera.
Tampoco Aída entiende lo ocurrido. "Estábamos muy tranquilos sentados tomando el fresco y no armando jaleo. Si nos multan por dos simples botellas de plástico, que no estaban ni llenas, qué será lo siguiente?", espeta la joven. Para Francisco, los hechos no son sino "una vergüenza". "Cada uno de nosotros vive en una calle que desemboca en la plaza. ¿Dónde nos juntamos entonces? Nos tenemos que ir a un campo?", se pregunta enojado.
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