Museo Aeronáutico de Málaga: altos vuelos sin llegar a despegar
El espacio incluye una sala de elementos interactivos para que el visitante pueda ver cómo funciona la maquinaria interior de un avión
Una Soyuz, un avión de Star Wars y otras joyas que se pueden tocar en el Aeromuseo de Málaga
Málaga/El Museo de Aeropuertos, Navegación y Transporte Aéreo de Málaga se encuentra junto al aeropuerto de Málaga. Consta de 3.000 metros cuadrados de exposiciones en interior, divididas en cuatro edificios, y jardines exteriores con aviones. Todas las salas son visitables. El lema del Museo es “Toca y aprende”. La visita es autoguiada y no es necesario reservar con cita previa a no ser que sea en grupo, donde se deberá consultar la disponibilidad a través del correo agpmuseo@aena.es. La duración media de la visita completa al museo suele rondar los 90 minutos. Tanto la entrada como el aparcamiento son gratuitos y podrá visitarse los martes de 10:00 a 20:00 y de miércoles a sábado de 10:00 a 14:00.
Lo primero que hay antes de entrar a la primera exposición es una placa descriptiva de Pierre Georges Latécoère, el ingeniero industrial responsable de que Málaga fuera, en 1919, escala de la primera línea aérea que pasó por España.
Uno de los edificios del Museo es la primera terminal de pasajeros del aeropuerto de Málaga. Cuando se construyó, toda la zona aeroportuaria actual estaba destinada a uso agrícola. Puede ser que por eso parezca un cortijo en lugar de un aeropuerto.
En el centro de la sala se encuentra una maqueta a escala del aeropuerto de Málaga. A medida que se va rodeando, hay carteles que van informando de la historia del mismo, acompañados de fotografías que hacen más interesante la exposición. A través de ellas se puede saber, por ejemplo, cuándo se construyó la Primera Terminal para pasajeros en Málaga y por qué fases pasó hasta que quedó finalizada en 1950.
También puede verse como el aeropuerto fue sumando cada vez más terminales porque Málaga se fue transformando en una receptora de turismo internacional, por lo que tuvieron que añadir, en 1968, una terminal provisional para el tráfico internacional, que derivó en la final en 1972. En 1991, se creó la Terminal Pablo Ruiz Picasso tanto para visitantes nacionales como internacionales, ya que las dos anteriores se habían visto saturadas con tráficos cada vez más intensos. En su interior hay un banco de madera tallado a mano que utilizaron los pasajeros de 1948 además de multitud de revistas de la época. También se puede subir a la Torre de Control desde la que se guiaban los aviones diarios.
La sala de aviación contiene todo tipo de avionetas: desde un ala delta hasta piezas de aviones a tamaño real. Es el paso de los 11 kilómetros de cableado de un avión comercial, reducidos a los elementos básicos del vuelo.
Además, se puede ver en un pequeño mural qué aportaron los antepasados de los malagueños al transporte para que se vea lo mucho que se ha avanzado en el tiempo no solo en lo que se tarda en llegar a los sitios sino en el que transcurre hasta que se puede volver a ver a la otra persona.
También hay una representación de cómo habría sido un aeropuerto si se hubiese construido hace 3.000 años. La Terminal habría sido de adobe y de una sola planta y la pista tendría que haber sido en un terreno llano en el que los aviones pudieran aterrizar sin dificultad. Todo el sistema eléctrico que requiere un aeropuerto para que se pueda ver sería reemplazado por antorchas de fuego y lucernas de aceite.
Asimismo se puede ver una pequeña recolección de los objetos prehistóricos que se fueron encontrando en las distintas obras de las terminales del aeropuerto de Málaga y tras su ampliación en el año 2005. La sala incluye una parte de motores que es totalmente interactiva. Esta sala está hecha para entender, de forma interactiva, partes importantes de un avión: desde cómo vuela hasta como se abre una caja negra.
Además, hay una antena en la sala con la que se puede escuchar en tiempo real, las comunicaciones entre la torre de control del aeropuerto de Málaga, y los aviones que en ese mismo instante están despegando y aterrizando.
La segunda planta del edificio central está dedicada a la mujer en el mundo aeronáutico. Además de una retransmisión constante de entrevistas sobre las más importantes, se puede ver el traje típico de la aviadora y una pequeña biografía de las mismas. Entre ellas está Margaret Hamilton, científica informática a la que le debemos el término “ingeniería de software”. Además, escribió un software para un programa para identificar aviones enemigos. También escribió el código software de vuelo a bordo del Apolo 11 y recibió el Premio a la Ley del Espacio Excepcional de la NASA.
La primera mujer que fue al espacio fue Valentina Tereshkova en 1963. Pasó casi tres días en el espacio y orbitó la Tierra 48 veces. Pasaron 19 años hasta que volvieron a mandar a una mujer al espacio y la encargada fue Svetlana Savitskaya. Mae C. Jemison fue la primera afroamericana en viajar al espacio. Le dio la vuelta a la Tierra 127 veces y su vuelo en el espacio duró 190 horas, 30 minutos y 23 segundos.
En la parte exterior del museo podemos encontrar los distintos aviones que han sido seleccionados para ver cómo han ido evolucionando a lo largo de los años. La primera nave que encuentras al entrar es un Douglas DC-3, el cual es un todoterreno que se empezó a construir hace 80 años y de los que hay en funcionamiento cerca de 400 volando por todo el mundo. Ha tenido distintos usos a lo largo de su historia: militares, civiles, de carga, de rescate y de contrabando; en pistas de asfalto, tierra, e incluso en el agua.
Justo detrás encuentras el Convair 440 en cuyo interior se muestra el esqueleto interno de un avión, y cómo se distribuyen por el suelo los cables eléctricos, tubos hidráulicos, y poleas mecánicas que controlan sus sistemas de vuelo.
En 2002, el McDonnell Douglas DC-9, llegó a este museo para descansar después de estar viajando desde 1974. Considerado uno de los aviones más modernos, llegaron a fabricarse más de 2.400 unidades. Pesa 26 toneladas por sí sólo, y puede despegar con otras 24 toneladas más de combustible, pasajeros y equipaje. Puede volar a 900 km/h a cualquier punto en un radio de 3.000 kilómetros (Málaga-Estocolmo), gastando 14.000 litros de combustible.
El Beechcraft E-18S fue el primer avión creado para las clases altas en 1937. Fue personalizado con grandes lujos como interior de cuero para satisfacer las necesidades de sus dueños. Tiene una doble cola, que al ir detrás de cada hélice, le da mayor control de movimiento lateral al piloto.
El helicóptero BELL 47 es capaz de mantenerse quieto en mitad del aire lo que añade un grado de dificultad a su pilotaje. Su hélice principal lo mantiene y dirige por el aire, y la hélice de atrás le evita girar como un trompo. Tiene más de 24 variantes hermanas, y es toda una proeza: en 1946 se convirtió en el primer helicóptero autorizado para uso civil, en 1950 fue el primero en sobrevolar los Alpes, y en 1952 batió el récord de helicóptero bi-pistón al volar sin parar 1.959 kilómetros, y a día de hoy sigue imbatido.
Hay tres maneras por las que se puede llegar al Museo Aeronáutico de Málaga: con vehículo propio, por la MA-21y tomando la salida 3; con la línea especial de autobús A de la EMT y también se puede tomar la línea de Cercanías C1 hacia el aeropuerto y bajar en la estación Aeropuerto. Tanto el autobús como el Cercanías están a 20 minutos andando del Museo.
Cómo llegar al Museo Aeronáutico de Málaga
Hay tres maneras por las que se puede llegar al Museo Aeronáutico de Málaga.
Si se dispone de vehículo propio, hay que dirigirse hacia el Aeropuerto por la MA-21 y toma la salida 3. Dejando la fábrica San Miguel a la izquierda, se llegará a la primera rotonda. Aquí se tomará la 3ª salida, siguiendo las señales de Aviación General/Museo hasta el final, dejando siempre la fábrica San Miguel a la izquierda.
Si por el contrario no cuenta con vehículo para ir puede optar por el transporte público. La línea especial de autobús A de la EMT hacia el Aeropuerto es la única que llega hasta allí. Hay que bajarse en la última parada y una vez allí encontrará el Museo a 20 minutos andando.
También se puede tomar la línea de Cercanías C1 hacia el aeropuerto y bajar en la estación Aeropuerto, parada que está a 20 minutos andando del Museo.
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