Natalia Roig: La vocación de una gran actriz
Cumplir el gran sueño de su niñez ha sido su lucha en la vida
Nuestro encuentro, en el restaurante Mulse de Rincón de la Victoria, de obligada visita
Málaga/Hemos hablado en repetidas ocasiones de la cantidad de artistas de todo tipo que nos regala nuestra ciudad. Hoy tenemos como invitada a una mujer que es un claro exponente de lo que digo: Natalia Roig, actriz, malagueña del barrio de Miraflores.
Una mujer que desde que tuvo uso de razón ya soñaba con luces, escenarios, focos y todo el mundo que rodea la interpretación. Un mundo que ella atrapa con todas sus fuerzas, o quizás sea al revés, y del que absorbe cada instante, como para no perderse nada. No se pierdan ustedes esta crónica.
El restaurante Mulse
Y como desde Málaga se desplazó nuestra invitada hace ya algunos años a nuestra vecina localidad del Rincón de la Victoria, hasta allí fuimos acogidos por los hermanos Juan José y Manuel Rivas Aagesen, propietarios del restaurante Mulse.
Un original establecimiento con una gastronomía, según ellos mismo denominan, como de “libre cocina”, algo que pudimos comprobar durante nuestra visita. Y es que lo mismo te tomas una pasta original de la casa o un toque de cocina nipona, que un plato de la cuchara más tradicional.
Todo ello con productos de primera calidad y aderezada por el toque maestro de Manuel Rivas como jefe de cocina. Cuatro personas en la cocina y tres para atender salón completan la plantilla de este afamado restaurante rinconero. Ahora les cuento la experiencia.
La invitada: Natalia Roig
Aprovechamos un hueco en las múltiples actividades en el día a día de Natalia Roig para poder realizar este encuentro. Nos recibió un día tan luminoso y cálido como lo es nuestra propia invitada. Una mujer que les aseguro merece la pena conocer. Yo voy a intentar mostrarles algo de su persona.
Es una artista polifacética que lo mismo te vemos en la tele que encima de un escenario o en la gran pantalla. “[Risas] Bueno, no hay más remedio. Actualmente trabajo en el programa de Andalucía de fiesta en Canal Sur donde llevo bastante tiempo. De hecho pronto finalizamos la temporada. Y en medio, bueno, un poco de todo. Lo que surge”.
Comencemos por el principio y dígame cómo llega a este mundo. “¡Uf! Me viene desde siempre. Por eso estudié arte dramático. Recuerdo mi primer trabajo en una Cabalgata de Reyes del Ayuntamiento. Me pagaron 3.000 pesetas por ir debajo de un gusano, sujetando las piernas a un compañero [risas]. Y tan feliz. Después hice mucho teatro, hasta creé con una compañera mi propia compañía y recorrí multitud de pueblos.”
Pero tengo entendido que se marchó fuera. “Claro, no había otra si quería abrirme camino. Me marché a Madrid con 24 años. Sin dinero, sin nada. Mis padres no podían permitirse el lujo de pagarme una estancia en Madrid, profesores, etcétera. Me busqué la vida y trabajé de camarera, de dependienta, de lo que salía. Por fin me surgió hacer una prueba en Canal Sur y ahí comenzó todo”.
Dicen que es una gran actriz de comedia. “Hacer reír es muy difícil, pero estoy muy desaprovechada como actriz dramática. Los que dicen eso no me conocen. Yo soy un drama con piernas. [Risas] Soy muy dramática, además, la base de la comedia es el drama. Cuanto peor lo pasa un personaje más se ríe la gente”.
Estoy de acuerdo, eso se puede apreciar claramente en el personaje “Eva”, que protagonizaste en la película El intercambio. Por cierto todo un éxito. “Exacto. Esa es una comedia y sin embargo mi papel es bastante dramático. Y la gente se divertía. Tengo un gran recuerdo de esa película. La ensayamos en mi barrio de Miraflores de los Ángeles, al lado de la casa donde vivían mis padres.”
Muy personal
Nacida en el malagueño barrio de Miraflores, Natalia Roig es una mujer tierna, dulce que ha perdido sus padres y que se considera una magnifica y desaprovechada actriz que tiene mucha necesidad de expresar el talento que Dios le ha dado. “De Miraflores de los Ángeles han salido muchísimo artistas. En mi barrio hay mucho talento. Estoy muy orgullosa. Recuerdo que de niña veía a Lina Morgan y quería irme con ella a actuar. Desde muy pequeña me imaginaba como actriz”. Una mujer tímida, a la que le da vergüenza que la reconozcan y a la que le sonrojan los piropos. Que le encantaría compartir escenario o película con Javier Bardem, Tom Hardy, Tarantino o Woody Allen. Sincera y extrovertida no soporta el abandono y la traición. “Soy extremadamente fiel y los míos me tienen siempre ahí.” Alejada de cualquier tipo de postureo o alardeo, cosas que detesta, le gusta la gente honesta y bien armada. Sus ojos brillan cuando cuenta sus nuevos proyectos. “Próxima película ya rodada La mancha negra, donde estoy segura de que el público va a descubrir esa Natalia dramática que surge de mí. Además he hecho algunas pruebas en Madrid y voy a participar en algunas series”. Pues mucha suerte en sus nuevos proyectos. Para terminar nos dejó un deseo que con gusto dejo aquí expresado: “Si alguien me ve por la calle y me reconoce, que me pare y me dé un beso”. Pues dicho queda.
Y menudo elenco el de esa película. “Sí, un gran elenco. Pepón Nieto, Rossy de Palma. Hugo Silva, y como director Ignacio Nacho. Algo sensacional”. Esa película compitió en el Festival de Cine de Málaga. “[Silencio] Sí, y quiero decir que debió estar en la sesión oficial. Se estrenó y tuvo una gran recaudación. He visto películas ganar biznagas –premios que otorga el festival– y después no ser proyectadas. A El intercambio no se le dio el lugar que se merecía. La tacharon de muy teatral. ¿Y? Una película que se hizo con un bajo presupuesto, en once días, con ese gran elenco. No, no fue justo. El festival aporta mucho a la ciudad, eso es indiscutible y como profesional hay que agradecerlo, pero hay que cuidar más lo nuestro”.
Hasta hace poco has estado con el teatro. “Sí, he terminado una gira por España con Gabino Diego. A mis 43 años estoy preparada para todo”. Sin embargo el cine te puede más. “Sí, aunque procedo del teatro y nunca renunciaré a él, el cine es distinto. Todo el equipo que gira alrededor de un rodaje sabe que lo que hacemos va a quedar para siempre. El romanticismo, la entrega, el amor que se pone en una película es algo distinto. Me encanta el teatro y la impronta del público, pero no perdura, es algo efímero. Además cada vez llevo peor eso de esta fuera de casa, de gira”.
He oído hablar de la soledad del actor. ¿Es su caso? “[Silencio] Mira, cuando acaba una función y bajas del escenario, ahí viene la soledad. Soy una persona muy solitaria, con mi propio mundo. Sí, la soledad es el gran hándicap de esta profesión”.
Pues a usted se te ve siempre alegre y brillante. “[Risas] Claro, tengo muchas ganas de vivir. He pasado unos años bastante malos –incluido el fallecimiento de su madre– pero todo lo malo que me surge en mi vida lo reconvierto en algo positivo. Después de tragar mucha agua, casi ahogarme, continuo nadando con alegría”. Dicen que Málaga es tierra de artistas. ¿Qué opina? “Por supuesto, Málaga es tierra de artistas. Será el rebalaje o el salitre [risas]. Pero también debo decir que nos cuesta mucho gestionar el talento que hay en esta ciudad. Es muy difícil ser profeta en nuestra tierra”.
Y antes de pasar al almuerzo le pregunté por la reciente inauguración del nuevo teatro del Soho. “Me encanta el amor que Antonio Banderas le tiene a Málaga y el legado que nos va a dejar. Es maravilloso. Sigue luchando por la gente de aquí. Me quito el cráneo por Antonio Banderas. Va a abrir la ciudad al mundo. Málaga se va a convertir en un referente del musical. Es muy grande”.
La comida
Como decía, el restaurante Mulse es lugar de cita para los rinconeros que conforman la mayor parte de la clientela de este magnífico restaurante. Rápidamente se puso manos a la obra el amigo Manolo Rivas y nos presentó de la mano de Cristian, quien nos atendería durante la comida, unos ravioli de boquerones con escalivada ahumada que estaban exquisitos.
Para maridar este plato descorchamos una botella de vino blanco Mara Martín. Muy bueno. Y continuamos con nuestra conversación. ¿Ha renunciado alguna vez a algún papel? “No renunciaría jamás a un papel. Adoro mi profesión. No pongo líneas rojas, que ahora están tan de moda, a nada. Me va la marcha. [Risas]. Un papel difícil es para mí un placer, nunca un tormento. Debo reconocer que soy esclava de mi vocación”.
¿Cómo está el cine en España? “El cine tiene que ir más allá. Tiene que ser transgresor, romper moldes. No podemos calcar la realidad, hay que crear y abrir la imaginación. Mas fantasía.”
Como fantástico fue el plato que nos sirvió a continuación Cristian: aguacate con pulpo asado y langostinos. Un plato lleno de texturas y sabores que maridó a la perfección con el vino que degustábamos.
¿Qué mensaje le enviarías a todos esos chicos y chicas que están preparándose para ser actores y actrices? “[Silencio] Pues de entrada les diría que si buscan ser famosos abandonen en este momento. Si por el contrario están enamorados de su vocación, si no piensan en otra cosa, entonces que no permitan que nadie les frustre su sueño. Hoy en día hay muchas oportunidades”. Pues ahí queda su mensaje.
Al descorche de una botella de Sembro, tinto, selección de bodegas Lara, le acompaño un magnifico plato de cuchara: lentejas con carrillada ibérica al estilo de Mulse. Buenísima.
Y para finalizar una pequeña muestra de la repostería del restaurante: croquetas de Nutella; otro consistente en espuma de oreo, chocolate y peta zeta de chocolate, riquísimo, y una última muestra de frutos rojos con crema de mascarpone. Tres postres sencillamente exquisitos que no deben dejar de probar.
Nuestras felicitaciones a todo el equipo de Mulse. Su distinguida clientela está de enhorabuena. Para finalizar nuestro encuentro le pregunté a Natalia, como gran soñadora que es, que sueño le gustaría que se cumpliese.
“[Silencio] Me gustaría ser reconocida. Mi valía. Me gustaría ser madre, y poder volver a ver a mis padres. Y sobre todo disfrutar más de esta profesión y no sufrir tanto y tener que estar todo el día con el machete entre los dientes”. Sinceras y directas palabras de una mujer que lo da todo por su profesión. Sin límites ni fronteras. Mucha suerte. Nos vemos por esos escenarios.
Los vinos
Blanco Mara Martin: Magnífico vino de la D.O. Monterrei. Fresco, envolvente con un postgusto largo. Maridó a la perfección con los platos que degustamos.
Tinto Sembro: Vino de la D.O. Ribera del Duero. Un gran vino frutal y goloso. Con un paladar prolongado y envolvente. Muy recomendable.
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