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Málaga/El OXO Museo del Videojuego de Málaga se dispone a cumplir en enero su primer aniversario como una alternativa divertida e interactiva y un complemento de ocio dirigido a toda la familia en la que es calificada en los últimos años como 'ciudad de los museos'.
"Para la ciudad ha supuesto cerrar un círculo con algo tan distinto y exclusivo como un museo dedicado a esta industria que amamos", afirma en una entrevista con EFE Javier Ramos, director general de la empresa Kaiju Entertainment, impulsora del proyecto.
Al diseñarlo, trabajaron con tres previsiones de afluencia de visitantes y están cumpliendo la más optimista, ya que esperan cerrar este ejercicio en unas 100.000 personas, "que para un primer año está muy bien".
"Nos sorprende el público internacional que viene, familias que viajan a Málaga para conocer el Museo, aunque también hay público nacional que se está abrazando a este Museo que es una vuelta a la nostalgia, poder rememorar con lo que hemos crecido, que son los videojuegos", resalta Ramos.
Como "hito principal" de estos meses de andadura cita las colaboraciones con grandes empresas del sector, a las que se muestra "agradecido por cómo han apoyado al Museo".
Entre estas colaboraciones destaca la de la empresa japonesa Square Enix, "que por primera vez ha salido fuera de sus fronteras" para posibilitar la primera exposición oficial en Europa de la saga de videojuegos Final Fantasy, todavía instalada en el Museo.Final Fantasy
"Estamos contentos y orgullosos de haberles convencido de haber traído esta exposición temporal a Málaga, aunque en realidad ha sido fácil por las comunicaciones, la calidad de vida y el ecosistema que se ha creado en la ciudad", apunta el responsable de Kaiju.
La colección permanente tiene numerosas joyas y "ojitos derechos", y en este tiempo de apertura han comprobado que llaman la atención, por ejemplo, "las consolas creadas en formato grande para que puedan jugar padres e hijos, muy divertidas, reconocibles y con un valor histórico en la industria del videojuego", según Ramos.
Pero los responsables de este espacio no se conforman y todavía hay piezas que están "buscando para presentarlas y exponerlas, porque el Museo es un sitio muy vivo que va cambiando, creciendo e incorporando nuevos productos".
Ejemplo de ello es la sala inmersiva que da la bienvenida al visitante en la planta baja, que ya ha cambiado su presentación en varias ocasiones, y también las tres plantas que ofrecen un recorrido por el pasado, el presente y el futuro del videojuego, respectivamente.
Por ello, con las nuevas incorporaciones, Ramos augura que este edificio emblemático, ubicado junto a la Catedral y propiedad de la Diputación de Málaga, "se va a quedar pequeño".
Reconoce que "el listón está muy alto" con la exposición actual de Final Fantasy, pero hay "otras muchas empresas interesadas en exponer" y están "en negociaciones" con algunas de ellas. "Es cierto que, después de esto, dices: '¿qué puedo hacer?' Pero la siguiente exposición va a estar a la altura de esta o más, y vamos a sorprender", asegura.
Ramos está convencido de que esta es "una oferta complementaria a todos los grandes museos de la ciudad, como el Picasso y el Thyssen, o a los de otras temáticas como el de la Música y el del Automóvil". "¿Por qué no también del videojuego?".
Recuerda al respecto que, desde 2009, el videojuego está considerado por las Cortes españolas "como una industria cultural cien por cien", por lo que "se merecía un espacio en este formato", y en otros países como Francia su presidente, Macron, ha dicho recientemente "que quiere el museo más grande del mundo".
"Nosotros nos hemos adelantado, otras regiones lo quieren y en Málaga ya lo tenemos", resalta el director de Kaiju, que considera que este Museo aúna varias de las apuestas en las que la ciudad ha basado su desarrollo estratégico en los últimos años. "Este edificio es cultura, es turismo y es tecnología, en el centro de Málaga, con todas estas fuerzas que están empujando a la ciudad para seguir creciendo y para ser reconocida como la mejor ciudad para vivir".
Como retos de futuro, cita "mantener o superar el nivel" de las exposiciones temporales, incrementar la afluencia de público y potenciar la visión internacional del Museo. "Queremos hacer que la gente venga a Málaga solo para conocer el Museo".
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