Pacientes dejan fármacos porque ya no los cubre la Seguridad Social
Boticarios reiteran que hay enfermos que abandonan el tratamiento por falta de dinero tras la desfinanciación
Hace varios meses que los boticarios vienen repitiendo una denuncia que afecta especialmente a las personas mayores y que tiene consecuencias tanto sociales como de salud: aumenta el número de pacientes que abandonan los tratamientos porque tras la exclusión de ciertos fármacos de la financiación pública, no pueden costearlos. El problema no es solo que ya la Seguridad Social no corre con todo el coste (pensionistas) o una parte (activos) como antes, sino que además tras la desfinanciación los precios se han multiplicado.
El Daflón -un fármaco para mejorar el retorno de la sangre por las venas- es solo un ejemplo. Antes del medicamentazo -como se conoce a la exclusión de 417 medicamentos de la financiación pública por parte del Gobierno central-, costaba 8,80 euros. De esa cantidad, los pensionistas no pagaban nada y los activos, menos de cuatro euros. En la actualidad, la caja de 60 pastillas cuesta 19,98 euros. Pero aparte de los más de 400 fármacos desfinanciados por decisión del Gobierno desde el pasado 1 de septiembre, hay más de 300 medicamentos que la Junta de Andalucía también dejó de subvencionar en la misma fecha. Así que cada vez son más los tratamientos que se abandonan por falta de recursos.
El secretario del Colegio de Farmacéuticos, Enrique López de Vinuesa, explicaba que esta realidad social y sanitaria tiene dos causas: "Por un lado, que ahora tienen que pagar íntegramente el precio del fármaco. Por eso, que tras la desfinanciación, estos medicamentos se han incrementado. El resultado es que el paciente se retrotrae y no se toma la medicación", aseguró.
De hecho, los boticarios llevan desde finales del año pasado denunciando que cada vez son más las personas que acuden a las boticas y, aunque el médico les ha incluido el tratamiento en la receta electrónica, no lo retiran. "Muchos no manifiestan que es por dinero. Simplemente te dice que lo dejes, que no se lo des. Otros sí reconocen que es que no pueden comprarlo", agregó López de Vinuesa.
El secretario del Colegio añadió que en muchos casos son pacientes que llevaban varios años tomando los fármacos. Una enferma admitió a Málaga Hoy que toma los tratamientos de forma intermitente y que hacía un "descanso". Aunque el descanso no aludía al organismo sino al bolsillo.
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