El Palo: el dolor de todo un pueblo
Muerte de Julen
Bajo la vigilancia atenta de la Policía Local y los periodistas, familiares y amigos acompañan a los padres del pequeño en el tanatorio de El Palo
El Barrio amanece consternado por el triste desenlace del angustioso rescate en el pozo de Tolalán
Málaga/Es un sábado de llanto en El Palo. En el tanatorio del barrio los padres de Julen, sus allegados y conocidos se reúnen desde primera hora de la mañana, aún sin cuerpo al que velar, para compartir su dolor. La Policía Local corta el carril izquierdo de la avenida Salvador Allende y limita la velocidad a 20. Hasta el tráfico más detenido parece que le rinde su particular respeto al pequeño de dos años que perdió su vida en el cerro del Dolmen de La Corona.
La pena, vista desde la distancia, se lleva con contención en la entrada del cementerio. Sentados en un banco, los padres reciben las condolencias con entereza. La tragedia, aumentada por los 13 días de espera, mantiene agotados los ánimos.
El tío abuelo de Julen recibe el pésame de dos vecinos en la calle Almagro y Cárdenas. Está demasiado afectado para hablar, sus ojos se llenan de lágrimas. Más aún cuando se le abrazan otras mujeres del barrio que muestran su pésame más sincero por el fallecimiento del pequeño. Todos se preguntan retóricamente cómo esos padres van a poder soportar tanta desgracia junta.
“Puedes perder a un padre, a una madre, a un hermano, a un marido, pero a un hijo... eso no se puede soportar”, le comentaba una vecina a otra con el rostro desfigurado. El único consuelo que le brindaban a los familiares es que “ya acabó, ya acabó”.
Y terminó para Julen. Pero para los padres ahora comienza un duelo tremendamente duro de llevar. El Grupo de Intervención Psicológica en Crisis y Emergencias activado por el 112 ya se retiró. Pero los psicólogos de Parcemasa y del Servicio de Emergencia Social del Ayuntamiento de Málaga no se separan de ellos para ayudarles a soportar el trago más amargo de sus vidas.
Los vecinos convocan dos minutos de silencio
En la plaza Demófilo Pérez, las Cuatro Esquinas, la Asociación de Vecinos de El Palo convoca dos minutos de silencio en el que participan concejales y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. Con aplausos culmina el homenaje que quieren rendir a los cientos de personas que trabajaron en el rescate y mostrar su pena a los dolientes.
El tanatorio se llena esperando la llegada del coche fúnebre que transporta desde la Ciudad de la Justicia los restos mortales del pequeño. El silencio y el respeto prevalecen ante algún ataque irascible de un familiar contra los periodistas. Casi a las cuatro de la tarde, reciben la comitiva con lágrimas y aplausos de aliento.
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