Parejas malagueñas buscan 'vientres de alquiler' hasta por 200.000 euros

La mayoría contrata con agencias de Estados Unidos y Ucrania

La técnica de reproducción asistida no está permitida en España, lo que obliga a viajar al extranjero

Parejas malagueñas buscan 'vientres de alquiler' hasta por 200.000 euros
Parejas malagueñas buscan 'vientres de alquiler' hasta por 200.000 euros
Leonor García

17 de abril 2017 - 02:03

Málaga/El caso de personajes famosos como Miguel Bosé, Ricky Martin o Cristiano Ronaldo que tienen o esperan hijos de vientres de alquiler está haciendo que esta técnica de reproducción asistida sea conocida por la sociedad. Se llama maternidad subrogada y consiste en que una mujer geste un hijo para una pareja heterosexual -en legislaciones más restrictivas- e incluso homosexual o personas solas -en estados en los que la normativa es más amplia-.

Muchas parejas y personas anónimas recurren ya a la técnica. En la provincia hay algunos niños nacidos por maternidad subrogada, algo no al alcance de todos los bolsillos porque al no estar permitida en España obliga a contratarla en el extranjero por una horquilla que va de casi 200.000 a 50.000 euros.

Y la demanda sigue. Numerosos malagueños ansían ser padres gracias a esta técnica. Sólo Universal Surrogacy -el único bufete que trabaja en gestación subrogada en Andalucía y cuya sede está en Málaga- tiene en la actualidad ocho parejas que han iniciado los trámites para acceder a este tipo de maternidad. En seis, el embarazo ya está en marcha. Se desconoce cuántas parejas más puede haber en la provincia, ya que también pueden acudir a otros especialistas de otras comunidades autónomas de España o del extranjero.

Miguel González Erichsen, abogado de Universal Surrogacy, explica que las ocho parejas malagueñas que han acudido a su bufete son heterosexuales. Siete lo están intentando en Kiev (Ucrania) y una, en California (Estados Unidos). En toda España, el bufete -dado que tiene delegaciones en Bilbao y Valencia- suma 42 parejas.

El hecho de que el coste de la técnica sea tan dispar tiene su razón. En Estados Unidos el precio es más elevado, mientras que en Ucrania es más barato. También hay países como India, Camboya, Nepal o Tailandia que han autorizado la técnica. Universal Surrogacy no trabaja con estos cuatro países asiáticos porque entiende que hay un "trato indigno y mercantilizado de la madre gestante", sobre todo en India.

EEUU es el país con los precios más caros, pero también el que tiene una legislación más amplia que permite todo tipo de maternidad subrogada: parejas heterosexuales y homosexuales, casadas o no, así como personas solas. "Cualquier clase de gestación subrogada es posible en Estados Unidos", explica el letrado. Además, en EEUU, el esperma y el óvulo pueden ser tanto de los padres intencionales como de donantes.

Dentro de este país, las tarifas varían. En California, la pionera en la técnica con tres décadas de experiencia, se acercan a los 200.000 euros. En Idaho y Oregon rondan los 90.000.

González Erichsen explica que su bufete trabaja con Estados Unidos porque tiene una legislación "favorable que encaja como un guante" en España. En California, tres o cuatro meses antes de nacer, el niño ya tiene una sentencia que reconoce la filiación de los padres intencionales; es decir de aquellos que han contratado el vientre de alquiler para poder tener un hijo.

Una vez que se produce el nacimiento, con esa resolución judicial, el niño se inscribe en el Consulado español, con esta nacionalidad y como hijo de la persona o parejas que hayan contratado a la mujer gestante.

En Ucrania, los precios son más baratos, pero la legislación es más restrictiva de modo que se limitan los casos que pueden acceder a la maternidad subrogada y se complican los trámites para recurrir a ella.

Universal Surrogacy explica que también trabaja con este país porque tiene una medicina reproductiva "muy moderna". En Ucrania tener un hijo con gestación subrogada cuesta unos 50.000 euros. Pero el inconveniente es que la ley sólo lo permite para parejas heterosexuales, que estén casadas y en las que la mujer tenga algún problema físico o psíquico para gestar. Por lo tanto, quedan excluidas las personas solas, las parejas homosexuales e incluso las heterosexuales que no hayan contraído matrimonio.

La legislación ucraniana no sólo impide el acceso en estos casos, sino que complica el papeleo para la inscripción posterior de los niños. En este país no hay una sentencia judicial como en Estados Unidos, sino una resolución administrativa con la que se inicia el proceso de filiación. Una vez nacido el pequeño, el padre debe hacerse una prueba de paternidad mediante ADN. Si es positiva, el progenitor inscribe el niño como su hijo y como español en el Consulado de Kiev. Durante el procedimiento, la madre gestante rechaza al pequeño. Luego, al volver a España, la pareja tiene que iniciar el proceso para que la madre intencional -la esposa del padre- lo adopte.

El perfil de los demandantes de maternidad subrogada es el de una pareja heterosexual de entre 35 a 48 años con varios intentos frustrados de ser padres, bien por reproducción asistida o por adopción. "Es importantísimo para una persona poder tener un hijo. No ser padres les genera muchísimo sufrimiento. Quienes llegan al bufete suelen venir psicológicamente muy afectadas [por esa imposibilidad]", explica el letrado de Universal Surrogacy.

Hay parejas que recurren a un vientre de alquiler por las dificultades para tener un hijo por adopción. En este último caso, el proceso administrativo -si llega a completarse con éxito- puede tardar siete u ocho años. Con maternidad subrogada, los padres pueden serlo en poco más de un año.

Para recurrir a una gestante subrogada muchos ciudadanos deben acudir al extranjero. Francia, Italia y España no contemplan esa posibilidad en su legislación. El letrado aclara que en nuestro país "no es que la maternidad subrogada este prohibida, sino que no está regulada".

Pero entre los países que la permiten hay muchas diferencias. No sólo por los casos en los que se autoriza y por los trámites posteriores para la inscripción del niño, sino hasta por el dinero que percibe la madre gestante.

En Estados Unidos y Ucrania, éstas perciben una compensación por los gastos durante todo el proceso (ropa, transporte, medicamentos, baja laboral) y además una remuneración por el esfuerzo realizado para tener un hijo para otros. En el Reino Unido y Canadá, en cambio, únicamente percibe una compensación. Pero también entre estos dos países hay diferencias. En el primero, la madre subrogada sólo puede serlo para ciudadanos británicos, mientras que la legislación canadiense permite que lo sea para cualquier demandante, sea nacional o extranjero.

En España, el debate se ha abierto, pero de momento la Legislación de Reproducción Asistida no contempla la técnica. En Grecia, la maternidad subrogada se ha autorizado recientemente para extranjeros, pero aún no tiene casi trayectoria ni clínica ni jurídica. Portugal también la acaba de aprobar, aunque todavía se está perfilando su puesta en marcha.

Pese a que hay mucha diversidad en la legislación sobre esta técnica según los diferentes países, en líneas generales el perfil de la madre gestante es similar: una mujer que debe acreditar buena salud física y psíquica, que haya sido madre anteriormente, que tenga entre 20 y 35 años y que pertenezca a una clase social media de modo que no esté en riesgo de exclusión. El objetivo con este último requisito es que parir un hijo para otros no se convierta en un medio de vida a fin de que no haya una mercantilización de la madre gestante.

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