La mejor comedia
Pata Teatro | Premios Malagueños de Hoy
El reconocimiento a los fundadores de la compañía Pata Teatro como Malagueños de Hoy es el premio a una manera de hacer ciudad a través de la escena
Málaga/El reconocimiento a los fundadores de la compañía Pata Teatro como Malagueños de Hoy es el premio a una manera de hacer ciudad a través de la escena. No en vano cabe recordar que en la última crisis económica, el de las artes escénicas, sometido además a un IVA elevado al 21%, fue el sector cultural que más se resintió en una debacle cuyos efectos perduran en el presente.
Con una reducción radical en cuanto a programaciones y vías de producción desde los recursos públicos, el tejido privado quedó seriamente dañado en toda España y se saldó con el cierre de salas, compañías y proyectos.
El desmantelamiento tuvo como consecuencia inmediata y previsible la desafección del público: los registros correspondientes a 2014 a nivel nacional revelaban, por ejemplo, que apenas un 1% de la población asistía más de una vez al año al teatro. Ante semejante panorama, no hubo más remedio que sobrevivir a base de imaginación y determinación.
Mientras nacían nuevos formatos, propuestas y experiencias dirigidos a la captación de nuevos públicos, quedaba la sospecha, sin embargo, de que el teatro necesitaba reencontrar su impronta popular para volver a hacerse necesario. Sofocados un tanto los efectos de la crisis, y aliviado el tejido (al menos tímidamente) tras la reciente bajada del IVA, ha quedado más claro todavía que son quienes han aceptado el reto de asumir un teatro verdaderamente popular quienes mejor parados han salido del envite. La suerte es que Málaga cuenta con un ejemplo meridiano de todo esto con la compañía Pata Teatro, que en este 2018 ha celebrado su vigésimo aniversario en un órdago que ha tenido su broche de oro con la distinción de sus fundadores, Macarena Pérez Bravo y Josemi Rodríguez, en los Premios Malagueños de Hoy.
Reconocer a Pata Teatro es reconocer una manera de hacer teatro, pegada al público como protagonista del proceso. Mientras las artes escénicas agonizaban ante la falta de recursos, los Pata, aun condicionados por las mismas dificultades, han abierto puertas a la cultura en Málaga con resultados que incluso entre las administraciones públicas habrían resultado difíciles de vaticinar. Precisamente por su empeño en crear una tradición escénica propia en su ciudad mientras su agenda de actuaciones crecía exponencialmente en toda España, Pata Teatro merecía un tributo en la Málaga en la que sus artífices trabajan, crecen y sueñan. El premio a los Malagueños de Hoy encuentra así su mayor justificación.
Nacida con una vocación dirigida a los más pequeños, Pata Teatro ha cultivado así el teatro infantil (seguramente su mayor carta de presentación, con obras como El árbol de mi vida, reconocida con el premio al mejor espectáculo en la feria de teatro familiar de Gijón Feten en 2014; Frankenstein, yo no soy un monstruo, o la última, Debajo del tejado, estrenada el pasado mes de abril), pero también ha prestado atención a públicos más adultos (con títulos como Cena para uno, El destino de Simón y Una casa en las afueras) y muy especialmente al repertorio clásico, ya desde sus comienzos con piezas como Bululú y Aventuras de capa y espada y con mayor vehemencia en los últimos años gracias al Ciclo de Clásicos en Verano, con un amplio número de funciones en espacios abiertos y rincones patrimoniales del centro histórico de Málaga como los patios de la iglesia de San Julián, el instituto Vicente Espinel y el colegio Prácticas Número 1. De hecho, es este ciclo, que salda cada una de sus ediciones con gran éxito, con las funciones contadas por llenos y unos tres mil espectadores por temporada en aforos dispuestos para un centenar de personas, el que ha demostrado que, contra los malos augurios de costumbre, sí había un público Málaga sensible al teatro del Siglo de Oro, a las funciones nocturnas bajo las estrellas y al trabajo de las compañías locales. Se trataba, tan sólo, de intentarlo, con la mayor dedicación, profesionalidad y amor a la escena, tal y como han hecho desde Pata Teatro, bajo la premisa de un teatro popular: abierto a todos y en el que nadie se siente extraño. Con títulos como El perro del hortelano de Lope de Vega, La Celestina de Fernando de Rojas, Donde hay agravios no hay celos de Rojas Zorrilla, No hay burlas con el amor de Calderón, El lindo don Diego de Agustín Moreto y Mucho ruido y pocas nueces y Romeo y Julieta de William Shakespeare, Josemi Rodríguez y Macarena Pérez Bravo, acompañados en cada montaje de algunos de los actores más destacados de Málaga, han creado una verdadera cantera de espectadores que aumenta y se refuerza cada año.
En una entrevista anterior, Macarena Pérez Bravo explicaba que “lo bueno de dedicarte al teatro en Málaga es que tú decides lo que quieres hacer. Puedes ser tu propio jefe, tomar tus decisiones y hacerlo todo a tu manera. Nosotros optamos en su momento por poner todos los huevos en la misma cesta: atender únicamente al trabajo de la compañía y canalizar todos los esfuerzos en nuestros espectáculos, sin esperar que nos llamara nadie para ofrecernos algo. Y, con mucho trabajo y mucha paciencia, nuestra apuesta ha empezado a dar sus frutos. Aquí tenemos muy buenos profesionales a nivel interpretativo y cuando decides poner en marcha un proyecto puedes surtirte de mucha gente. Lo malo es que vivimos en una punta de España y esto te obliga a hacer muchos quilómetros cuando hay que salir de gira”. Y si lo cierto es que Pata Teatro obtuvo antes mayor reconocimiento fuera de Málaga que dentro, la actriz, autora y productora lo considera un fenómeno bien extendido. En todo caso, Pata Teatro es un orgullo para Málaga. Por otros veinte años o más.
La magia sigue 'Debajo del tejado'
Además del Ciclo de Clásicos en Verano, la otra gran cita anual de Pata Teatro en Málaga son las actuaciones navideñas en el Teatro Echegaray, que en esta ocasión se repite del 27 de diciembre al 4 de enero con siete funciones de su última producción, Debajo del tejado. Dirigida por Josemi Rodríguez y protagonizada por Macarena Pérez Bravo y Carlos Cuadros (el mismo equipo que facturó El árbol de mi vida), la obra recrea la vida cotidiana en un edificio de viviendas con el protagonismo de todos sus vecinos. “Queremos incidir en la idea de que vivimos conectados, de que por mucho que nos hagamos la ilusión de que vamos siempre a nuestro aire siempre dependemos del de al lado. Por eso, cada una de las historias que se generan en este edificio crean una energía que ilumina la ciudad entera. En esta comunidad de vecinos cada uno aporta su granito de arena para la convivencia”, apunta Pérez Bravo.
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