Patronal y sindicatos firman el preacuerdo del convenio de hostelería
Laboral
Tras varios meses y más de una docena de reuniones, el acuerdo se ha cerrado esta madrugada, alejando la amenaza de la huelga
Málaga/Los sindicatos y la patronal han firmado esta madrugada, a las 1:45, el ansiado preacuerdo del convenio de hostelería de la provincia de Málaga, lo que da tranquilidad a los 80.000 empleados de hoteles, bares y restaurantes y desactiva la convocatoria de huelga anunciada por los representantes sindicales. La paz social llega al sector más importante de la economía malagueña y permite afrontar los cinco próximos años con tranquilidad, pues ha sido el periodo de vigencia establecido.
Los directivos de CCOO, UGT, Aehcos y Mahos iniciaron ayer la reunión a las cinco de la tarde para intentar llegar, de una vez por todas a un acuerdo, algo que se consiguió cerca de las dos de la mañana tras revisar punto por punto. Ambas partes han suscrito que el salario se incrementará un 13% en los próximos cinco años, que las camareras de piso, recepcionistas o personal de bar que estén subcontratados a través de empresas de servicios se regulen por el convenio de hostelería, que es más beneficioso, y que los directores de hotel puedan planificar con menos antelación los horarios para poder atender a los turistas. Esta misma semana está previsto que se firme el texto definitivo del convenio.
La negociación por la renovación del convenio colectivo de hostelería de Málaga, que agrupa a unos 80.000 trabajadores entre hoteles, bares y restaurantes, ha sido ardua. El convenio venció el año pasado y tras varios meses de dimes y diretes y una docena de reuniones la firma en el documento estaba cara. Los representantes de los sindicatos CCOO y UGT y de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) y de la asociación hostelera Mahos iniciaron ayer una nueva reunión a las cinco de la tarde en la sede de Mahos y pasada la medianoche aún no se había alcanzado el acuerdo definitivo. Las sensaciones eran muy positivas pero, como decía Lola Villalba, secretaria general de Servicios de CCOO pasadas las 11 de la noche, "hasta que no firme no me lo creo". No es de extrañar porque el viernes pasado tenían un preacuerdo que se rompió también de noche, cuando todo el mundo pensaba que por fin se había llegado al acuerdo y que, por tanto, se erradicaba la posibilidad de que hubiera una huelga en el sector en la Costa del Sol en pleno verano, con todo lo que ello supone en imagen y en posible pérdida de reservas de última hora.
En las negociaciones de convenios colectivos se mide hasta la última coma y hay multitud de puntos a tratar, desde los puramente económicos hasta las jornadas de descanso u otras medidas sociales. En este caso, ha habido tres grandes puntos de conflicto. El primero era el salarial. Los sindicatos pedían un aumento del 14% en cuatro años y los empresarios ofrecían un 8%. En el preacuerdo del pasado viernes se aseguró que ambas partes habían cedido y que finalmente la subida salarial sería del 13%, pero en cinco años.
El salario siempre es importante pero, aunque parezca extraño, se suele resolver. Se encalló en otros dos aspectos que también se cuantifican en dinero. El más importante fue la externalización. Hay hoteles que tienen una plantilla propia que se rige por el convenio de hostelería y hay otros hoteles que subcontratan los servicios de limpieza de las habitaciones, recepción o limpieza general a otras empresas y éstas no les aplican a esos empleados el convenio de hostelería sino otro más perjudicial. La pugna ha sido cruenta en este punto y la intención de los sindicatos era que, aunque trabajaran para empresas subcontratadas, las camareras de piso, recepción, restauración, bares y cocina tuvieran las condiciones del convenio de hostelería, con lo que implica en materia salarial o descansos.
El tercer gran enfrentamiento se ha producido por la organización de los horarios laborales en verano. Los empresarios pedían hacer los turnos con una antelación máxima de dos o tres semanas para adaptarse a la demanda de los clientes, y los sindicatos, tras muchas críticas, han aceptado.
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