“Pedimos que se haga política sanitaria, no política con la sanidad”
Pedro Navarro | presidente del Colegio de Médicos de Málaga
Demanda un pacto de Estado para diseñar la sanidad del futuro con técnicas, tratamientos y aparatos cada vez más costosos y una población más envejecida
Sanitarios de Málaga aconsejan que personas vulnerables y mayores usen mascarilla en transportes públicos
El diagnóstico de los médicos sobre la sanidad pública andaluza: "Necesita atención urgente"
Málaga/El presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Pedro Navarro, cree que es hora de un pacto de Estado por la sanidad para sacarla del enfrentamiento político, cambiar el enfoque de Medicina curativa a preventiva y afrontar los retos del futuro con tratamientos, aparatos y técnicas cada vez más costosas y una población más envejecida.
–Hay muchas quejas sobre la situación de la sanidad pública. ¿Cómo la evalúa?
–Evidentemente la situación es muy delicada y necesita muchas mejoras. Se ha avanzado bastante en métodos diagnósticos, pruebas complementarias, medicación, recursos humanos, formación; pero se han visto las deficiencias que tiene el sistema, por muchos factores. Sobre todo, el más importante, la falta de inversión que hemos tenido durante bastantes años y que ahora se ha visto que son las costuras que están fallando. Y en situaciones límites –como fue el Covid o ahora cuando hay una epidemia de gripe que supone una mayor demanda asistencial– se nota que las listas de espera no se controlan.
–¿Las listas de espera de espera están peor que durante la gestión socialista o es que ahora se reconoce lo que hay?
–Creo que en la época anterior las listas de espera estaban exactamente igual. A lo mejor no había la transparencia en las cifras, pero había mucha lista de espera. Eso es innato al sistema. Por eso hace falta una reforma importante del sistema sanitario público que hay que abordar de una forma global. Porque lo mismo que ocurre en Andalucía o en Málaga, ocurre en toda España. Hay comunidades con unas cifras más bajas, pero es un problema en todas las comunidades. De una vez por todas hay que tomar medidas inmediatas porque la situación no puede esperar, pero también a largo plazo con un pacto de Estado para que se aborden los problemas de la sanidad pública del futuro porque esto va a seguir in crescendo. Ocurre porque los presupuestos son finitos y cada día la población está más envejecida y las pruebas complementarias son más caras. Debe abordarse de una forma global. Y además, está la falta de recursos humanos, de médicos y demás personal sanitario.
–¿Qué parte de culpa en esa situación tiene la gestión actual de la sanidad andaluza?
–La sanidad pública andaluza gestiona la herencia que recibió y evidentemente no ha sabido agilizar los recursos con los que cuenta para minimizar la lista de espera. Se ha encontrado con el gran problema de la postpandemia y la falta de médicos. La comunidad andaluza tiene que fidelizar a los médicos que acaban aquí para que no se vaya ninguno y los que se han ido, que vuelvan. Eso hay que conseguirlo con contratos de más larga duración y condiciones laborales idóneas, equiparables al resto de comunidades autónomas y de Europa para que el médico andaluz se sienta en su comunidad bien considerado y pueda realizar su labor; no sólo desde el punto de vista económico, sino asistencial; que pueda investigar y tener capacidad docente. En la actualidad todo es labor asistencial.
–La consejera espera solventar las listas de espera a lo largo de 2024. ¿Es posible?
–Yo creo que es demasiado optimismo. Creo que lo dirá porque con las OPE y los traslados que se han producido, la mayoría de los médicos tendrán ya un acoplamiento laboral y eso conseguirá que las próximas OPE sean más reducidas. Nosotros pedimos que el opositor oposite para una plaza en concreto. Hasta ahora, en décadas anterior, ha habido pocas OPEs. Algo positivo en estas últimas consejerías ha sido la agilización de las OPEs y la estabilización laboral. Pero todavía hay mucho camino por recorrer y las listas de espera, en gran medida, están influenciadas por el factor económico y de recursos humanos.
–Sobre las listas de espera, más allá de los datos, existe la percepción de que han empeorado respecto a la etapa socialista.
–Creo que siguen casi la misma evolución. El parón del Covid ha sido desestabilizador y casi se ha tenido que empezar desde cero. Además, la población cada año envejece más. Afortunadamente, la longevidad es superior, con lo cual el consumo sanitario se incrementa en todos los aspectos; el farmacológico, el hospitalario y en Atención Primaria. Hay que tener en cuenta también que cada día los métodos diagnósticos son más caros y de fácil acceso. El TAC, por ejemplo, ya es rutinario.
–Fácil acceso no en que tarden poco, sino en que a cualquiera le hacen, por ejemplo, un TAC…
–Efectivamente. Sea un TAC o una cirugía compleja. Es un gran avance de la Medicina andaluza; tenemos acceso a la última prueba diagnóstica y la última técnica tengas la edad que tengas.
–Ahora el problema es acortar los tiempos…
–Efectivamente. Eso es lo ideal, los tiempos tienen que acortarse para que las listas de espera se minimicen. Para eso tiene que haber médicos y recursos humanos suficientes para que, trabajando dignamente y con tiempo suficiente para atender a sus pacientes, se puedan minimizar esas listas de espera.
–Algunos centros de salud tienen demoras de 15 días para el médico de cabecera. No es lógico...
–No es lógico. [Explica que esas demoras se producen cuando se llama a Salud Responde] Sin embargo, si alguien va al centro de salud, todos los días hay una serie de números para ser atendido por su médico. Además, está la atención no demorable. Así que ningún paciente deja de ser atendido. Lo que sí es necesario y agradable es que llames y te den cita para tu médico para un tiempo razonable. Pero es sorprendente que en Málaga el año pasado hubo 460.000 citas en Atención Primaria a las que las personas no acudieron. Son 2.000 citas diarias. Pedidas y que no acudieron. Se perdieron y podían haber sido para otros pacientes. También es muy importante que acudamos al médico cuando lo necesitemos verdaderamente. El ciudadano tiene que concienciarse de la importancia de la cita. Tiene que anularla si no puede ir para que la use otra persona e ir al médico cuando realmente sea necesario.
–¿Las demoras en Primaria sobrecarga los hospitales?
–En gran medida sí porque el paciente no acude al centro de salud pensando que no va a ser atendido por el médico de no demorable o en las citas que se dan todos los días y va a las urgencias que están abiertas a toda hora. Y el gasto de la asistencia en urgencias hospitalarias es aún más caro.
–¿Se cumple el compromiso de la Consejería de Salud de 35 pacientes máximo al día por facultativo en Atención Primaria?
–Se está cumpliendo. Lo que ocurre es que como no se cubren bajas ni reducciones de jornada y a veces también hay compañeros de vacaciones, es muy común que cada día en un centro de salud falten médicos. Esos 35 pacientes de esos médicos, los tienen que ver los demás. Con lo cual tienes 35 de tu cupo, pero siempre sueles ver algunas urgencias y pacientes de los compañeros que no han acudido, que hay que repartidos.
–¿O sea, difícil que se cumpla?
–Efectivamente.
–¿Los 10 minutos por paciente del médico de familia siguen siendo una utopía?
–El médico en general es enormemente responsable y todas estas carencias del sistema las sufre. Porque el profesional no está contento en absoluto con las listas de espera. El médico no se deja influenciar por el exceso de demanda y a cada paciente le dedica el tiempo que verdaderamente necesita.
–El problema de las agresiones persiste. Han mantenido una reunión con la consejera ¿Qué avances hay?
–Mantenemos reuniones con la Delegación y con la Policía. Hemos alcanzado un acuerdo con la Policía sobre el interlocutor territorial sanitario, que nos facilita mucho la gestión de las denuncias. Pero hemos llegado a la conclusión de que la situaciones no se solucionan con las medidas que se están tomando, tanto las sanciones administrativas como judiciales. La consejera está realizando un borrador de sanciones administrativas para el agresor. No conozco ese texto. Le dije que sería bueno que lo mandara a los colegios de médicos por si podíamos hacer algunos aportes. Las ideas las hemos aportado siempre con las denuncias y las reuniones que hemos tenido tanto con el delegado de Salud como a otros niveles. Ya es una buena noticia que estén confeccionando este borrador. Espero que las medidas sean más contundentes para eliminar las agresiones. Creo que debemos empezar por la escuela, para que los niños empiecen a respetar la autoridad, sea policial, judicial, docente o sanitaria.
–¿Qué propone que se incluya en ese borrador?
–Una medida prioritaria sería el alejamiento definitivo del agresor del centro de salud, que se le asigne otro más lejano. También habría que desarrollar otro tipo de medida que penalice al infractor sin perjudicar a su familia.
–Vivir una agresión, aunque sólo sea verbal, supongo que marca.
–Los profesionales quedan con secuelas; presentan miedo e intranquilidad de afrontar una situación similar. La mayoría no se da de baja tras la agresión y ante el mínimo ruido temen que se repita.
–Se ha vuelto a la mascarilla en los centros sanitarios. Hay ciudadanos reticentes a retomar esta protección ¿Qué les diría?
–Les digo que las medidas de salud pública y preventivas son fundamentales a la hora de controlar un brote infeccioso. La vacuna es lo primero porque es la mejor forma de prevenir la enfermedad. Además, un método de barrera como es la mascarilla, si estás contagiado, no contagias a quien está a tu alrededor y si estás sano, evitas contagiarte. La mascarilla es fundamental en la situación que estamos atravesando de alta incidencia de los virus respiratorios.
–Ha habido mucha bronca entre las Administraciones por la vuelta a la mascarilla en los centros sanitarios. ¿Qué deben saber los ciudadanos?
–No todos los ciudadanos tienen el mismo dintel de confianza en los métodos sanitarios. Hay personas que son antivacunas, es un porcentaje mínimo, por los hay. Para eso están los técnicos, para orientarnos y en un momento dado, si hay un problema de salud pública, obligar a las personas que no son respetuosas con la norma. Hay que actuar de forma preventiva. Tanto las vacunas como las medidas preventivas como la mascarilla suponen una actitud solidaria, te proteges tú y proteges a los demás.
–La guerra entre Gobierno y autonomías por la mascarilla no ayuda…
–No ayuda en absoluto. Y no sólo con la mascarilla… Por eso hay que hacer un pacto nacional sanitario. Desde el Colegio de Médicos pedimos que se haga política sanitaria no que se haga política con la sanidad. Muchas veces los políticos utilizan la sanidad para hacer política y esa no es la solución.
–Invierno, virus y colapso de las urgencias. Siempre ocurre lo mismo ¿Debería haber más previsión?
–El problema es si no hay banquillo. Lo lógico cuando se sabe que se va a incrementar la demanda es sacar más médicos del banquillo. Como no tenemos banquillo, los que estamos en activo, tenemos que incrementar el ritmo de trabajo. A veces las guardias no tienen el descanso suficiente y los centros de salud están totalmente desbordados. Faltan recursos humanos. Hasta que no consigamos que todas las plazas estén cubiertas y tengamos sustitutos suficientes para suplementar con compañeros de forma extra a aquellos servicios más saturados, es difícil la solución.
–¿Y qué hay que hacer para conseguir un buen banquillo?
–Primero, conseguir que los médicos que se formen aquí no se vayan bajo ningún concepto. Después, hacer una política de plazas MIR que se adapte a la falta de especialistas. Si faltan médicos de familia o anestesistas, deben incrementarse los MIR para esas especialidades. Es decir que la oferta se adapte a las plazas que van a faltar en el futuro. Es la solución para que no haya déficit de determinados especialistas. Algo importante que se debe plantear es que debe haber posibilidad de hacer el MIR para todos los que se presentan. Todos los años se presentan, por ejemplo, 12.000 y hay 8.000 plazas MIR; con lo cual hay 4.000 compañeros que quedan sin hacer la especialidad. Esos 4.000 médicos, además, no tienen posibilidad de trabajar porque por ley no son especialistas. Son 4.000 médicos que han acabado y no pueden trabajar.
–En resumen hay médicos suficientes, pero faltan especialistas ¿El cuello de botella está la formación MIR?
–Sí y queda ahí una bolsa. Habría que hacer un MIR especial para que a esa bolsa se le pueda dar la especialidad y también para las especialidades deficitarias. Por ejemplo, en el caso de Medicina de Familia, Pediatría u otras en las que hacen falta profesionales, hacer un MIR especial. Y en años sucesivos, que todas las plazas MIR sean equivalentes a los que se presentan; si hay 12.000 médicos, debe haber 12.000 plazas para que no haya médicos en paro.
–Antes hablamos de sanidad pública y las listas de espera. Sin la privada sería aún peor...
–Muface, Isfas y la privada pura y dura son de gran ayuda. Privada y pública están en simbiosis y colaboración. La sanidad privada es importante en la ayuda de la pública para que ésta tenga menos listas de espera [mediante conciertos], siempre que la medicina pública esté al 100%. No podemos decir que se privatice si los quirófanos en la pública están al 40%. Por otro lado, desde el Colegio estamos preocupados por la situación laboral y económica de los médicos que hacen ejercicio privado de la Medicina con unas condiciones de trabajo que habría que mejorar; de contratos, de actualización de baremos... No tienen derecho a formación, a vacaciones y son en realidad como un autónomo.
–¿Algo que quiera añadir?
–La Medicina tiene que cambiar. Los mimbres que hemos utilizado hasta ahora hay que modificarlos. La Medicina de hace 50 años no es la de ahora. La organización y la gestión tienen que ser distintas. La Medicina hasta ahora se ha planteado como puramente curativa y tiene que ser preventiva. Hay que apostar más por salud pública y a largo plazo esa Medicina preventiva hará que la demanda sea menor.
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