Piden cerrar la escuela taurina de Málaga para cumplir con una recomendación de la ONU

La Fundación Franz Weber ha demandado este lunes el cierre de la Escuela taurina de Málaga, centro apoyado por la Diputación Provincial, para dar cumplimiento a una recomendación realizada por el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas en 2018.

El colectivo pide "liquidar" la estructura de esa escuela al considerar que tiene un "nulo interés pedagógico y social" y explica que "la Diputación no informa de forma transparente" sobre el coste público de mantener lo que califican como "pseudoeducación".

En sus observaciones el órgano de especialistas en protección y derechos de la infancia y la adolescencia solicitó a España "alejar" a los menores de edad de la tauromaquia, incluida su participación directa en este tipo de recintos o como espectadores. Esta fundación señala que los menores con solo 14 años pueden participar en unas denominadas "clases prácticas", donde, según asegura, "ejercen la tortura de bóvidos machos de corta edad, o bien hembras, integrándolos ya en un circuito donde se justifica el maltrato animal con un presunto interés tradicional o cultural".

Para estos naturalistas resulta "preocupante el uso que hace el gobierno provincial de los recursos públicos, promoviendo que chavales puedan maltratar animales y exponerse a riesgos de carácter médico-sanitario" para "perpetuar" esta actividad. "Como formación no reglada tampoco ofrece una salida profesional real ni digna, sabiendo que existen numerosos ciclos formativos homologados en diferentes ramas que ofrecerían un empleo digno, no el de matar novillos o toros en plazas", aseguran desde la Fundación Franz Weber.

Añade que en estas convocatorias los alumnos "ven las heridas provocadas sobre el bóvido, comportamientos y gestos asociados a un evidente sufrimiento y la muerte violenta" de esos animales. También explican que "la participación va acompañada de comentarios que refuerzan de forma positiva todo lo que se produce en la plaza y que personas menores de edad pueden asumir como normal y positivo, contribuyendo a la banalización de la violencia contra animales".