El hotel de Piqué en Málaga, parado al hallar restos arqueológicos del cementerio musulmán

Málaga/La milenaria historia de Málaga vuelve a salir a la luz. Es difícil encontrar una excavación en Málaga que no desentierre parte del pasado milenario de la ciudad y el último en comprobarlo ha sido Piqué en las obras del hotel de cinco estrellas que pretende levantar en el solar que dejó el antiguo cine Andalucía, junto a la plaza de la Merced. El último hallazgo es parte de la necrópolis musulmana, habiendo encontrado restos óseos.

Los trabajos están parados hasta que se determine la extensión y la cantidad de restos que se encuentran en la parcela, por lo que serán necesarias distintas catas. En caso de que no se encuentren restos de estructuras como pudiera ser una mezquita, lo más normal, atendiendo al precedente histórico es que los trabajos puedan ser retomados una vez finalice el informe arqueológico.

Los restos están aún por datar y se sabe que son musulmanes por la orientación en la que han sido encontrados, en posición fetal con el rostro orientado hacia el sureste, es decir, hacia La Meca. La historia recuerda que Málaga estuvo ocupada por los musulmanes entre el siglo VIII y el XV.

La empresa familiar de Piqué, Kerald Holding, presidida por el padre del futbolista, adquirió estos terrenos a Inversiones y Adquisiciones de Hoteles S.L. por 20 millones de euros, sin embargo, la intervención en el terreno haría la inversión subiera hasta los 50 millones de euros, con la intención de promover un hotel de cinco estrellas que será gestionado por Meliá.

"Los enterramientos musulmanes suelen ser muy austeros, es raro que aparezca una estructura en la zona", ha señalado la concejala de Cultura, Noelia Losada, que apunta a que en toda la ladera se tiene situada la necrópolis musulmana. La misma, atendiendo a los últimos restos de la barbacana y la muralla en la parcela que albergará el Neoábeniz, se situaría extramuros de la ciudad musulmana.

En los planes para recuperar Gibralfaro, el Ayuntamiento ya dibuja la Rawda –nombre que se le da a los cementerios musulmanes– en la ladera sur del monte, pretendiendo que se recupere como jardín árabe con un acceso desde calle Agua y otro desde Mundo Nuevo.