"Podemos destinar satélites a calcular el impacto de la sequía y luchar contra incendios forestales"
CARLOS FERNÁNDEZ, CEO DE TELESPAZIO IBÉRICA
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Málaga/Carlos Fernández es CEO de la compañía Telespazio Ibérica (filial de la homónima e italiana Telespazio). Acude a Málaga con el convencimiento de que la solución a muchos de nuestros problemas están en el cielo. Y, de paso, para moderar un encuentro en el marco del Foro Internacional de Pequeños Satélites (Sssif, por sus siglas en inglés), que está teniendo lugar en el hotel NH de la capital desde este martes y hasta este jueves.
¿Qué servicios concretos brinda Telespazio en España?
Nos definimos como la compañía líder en geoinformación en el país. Esto es el uso de imágenes de satélites o UAS (vehículos no tripulados) para recabar información y generar productos con valor añadido. Pueden ir desde la cartografía convencional, la protección de la biodiversidad, la vigilancia de carreteras, la detección de incendios o la localización de tejados de amianto. Además de esto tenemos dos líneas de actividad más, que están arrancando con fuerza. Una tiene que ver con los sistemas espaciales, y la otra con lo que llamamos navegación, similar a Galileo, el sistema planteado por la Agencia Espacial Europea, en el que se realizan servicios de posicionamiento y medición del tiempo preciso. Nos distinguimos del resto de compañías en que estamos orientada al servicio. Más que una tecnológica espacial que desarrolla tecnologías, lo que hacemos es utilizar la tecnología buscando dar servicio al ciudadano de a pie.
¿Se sirven sólo de la imagen satelital o incluyen innovaciones como Inteligencia Artificial?
Como fuente de datos, usamos mucho imagen de satélite, pero también imágenes de vuelo y, cada vez más, imágenes de drones. Hay una gama muy amplia de dispositivos de este tipo según a la altura a la que vuelen que dan mucho juego. Luego eso se procesa. Puede ser a través de un procesado cartográfico convencional o algorítmico común determinista. O usando Inteligencia Artificial, que se emplea cada vez más. Depende del trabajo que vayamos a realizar elegimos unas, otras o una combinación.
Acaban de ser contratados por el gobierno canario en Fuerteventura para luchar contra los incendios forestales. ¿En qué consiste su actuación?
Nuestra intención es poner en marcha un dispositivo completo. Por un lado, un centro de control de coordinación de medios aéreos, a base de modelos matemáticos, que sirva para la gestión forestal y determine la evolución de los incendios que puedan ocurrir. Por otro lado, habrá satélites, drones y estratosféricos, que son un tipo de UAS especiales que vuelan por encima de los 10 kilómetros, a la altura de los aviones, que nos brindarán información continua. Esto último forma parte de una investigación. La idea es estar involucrados en todas las fases del proceso: del estudio de la biodiversidad, el inicio del foco, la coordinación de los medios para extinguirlo... También en el análisis posterior de la hectáreas quemadas y tareas de reforestación.
¿Habría posibilidad de replicar el acuerdo en Andalucía? Es un punto caliente de incendios de cara al verano
Seguro. Andalucía está demostrando mucho interés en los UAS. De hecho, ya ha habido una primera llamada para proyectos donde hemos presentado ideas de como hacer algo en esta línea. Existe un interés por parte de las autoridades.
Me consta que también se desarrollan en el sector agrícola. ¿Qué aplicaciones tiene en este campo?
En realidad, todo el medio natural es susceptible de acoger esta tecnología. Si se toma altura, con sensores y cámaras, se pueden estudiar infinidad de factores. Un ejemplo claro es su composición físico-química. Desde el espacio hay mucha información que podemos dedicar a la gestión del territorio.
La pregunta es obligada, al menos en Málaga. ¿Podría resultar útil para lo relacionado con el agua?
Absolutamente. Para esto existe un tipo de satélites: los SAR. Son capaces de generar una onda de radar que se envía a tierra desde el espacio y recogen su eco. Pueden calcular valores como la humedad en el suelo. Algo que, realizado con regularidad, permite identificar el impacto de la sequía, detectar riegos ilegales... El uso de estas herramientas todavía es muy bajo. Tienen un funcionamiento complejo. Pero podrían ayudar a mejorar la gestión del agua. Ese gap entre lo que podemos hacer dentro de la industria, lo que hace la administración pública y el ciudadano todavía es grande. Es obligación de todos estrecharlo.
Donde no tienen tanto problema con el agua es en Galicia, donde, no obstante, la Xunta los ha contratado para controlar el crecimiento de la cría del mejillón.
Sí. En este caso trabajamos exclusivamente con drones, adaptándonos a las circunstancias. Las cría del mejillón, que realmente se denominan mejillas, son muy pequeñas. Llegan a medir incluso menos de medio centímetro. Para ver eso necesitamos una imagen con mucho nivel de detalle. Y, para lograrla, hay que volar muy bajo. A menos de 20 metros. Los datos que obtenemos se procesan con Inteligencia Artificial, de manera que podemos diferenciar a la mejilla del percebe, las algas o las rocas. El resultado da una idea de la cantidad disponible para dotar de racionalidad a la recogida y explotación.
Al principio hablaba de la capacidad para detectar techos de amianto. ¿Cómo es esto?
El amianto tiene una respuesta espectral, un tipo de reflejo, muy particular. Es sencillo diferenciarlo. Este es un trabajo importante. Primero porque es cancerígeno y, segundo, porque la ley obliga a tener un catálogo de los tejados y un plan de reemplazo.
¿Y les está costando encontrar trabajadores cualificados para llevar a cabo estos proyectos?
Sí. Nos cuesta encontrar personal. El mayor reto que tiene nuestra industria es el talento. El tipo que actividad que hacemos es muy especializada. Requiere un conjunto de conocimientos muy amplios. Desde manejar herramientas informáticas hasta tener conocimientos geográficos o geodésicos, pasando por saber usar la imagen de satélite, desarrollo de software... Hay muchos requisitos y no resulta sencillo montar equipos. Es el gran reto que tenemos todas las empresas.
Están inmersos en una dinámica de crecimiento muy sólida. ¿Cuál es el objetivo a conseguir?
Tenemos filiales en Francia, Alemania, Portugal, Brasil... Lo que queremos es hacer uso de todo el conocimiento, potencial y valor del grupo, traerlo a España y utilizarlo para tener un papel más relevante en el sector aeroespacial. Buscamos estar a la vanguardia. Para ello, estamos intentado desarrollar capacidades únicas con servicios que no ofrecemos en otras partes. El empleo de UAS estratosféricos que comentábamos antes, y que todavía estamos investigando, nos conferiría una capacidad única dentro del grupo y nos permitiría destacar. También queremos seguir profundizando en otras líneas. En estos momentos acabamos de ganar la primera fase de un proyecto para desarrollar un satélite de distribución cuántica de claves. Esto serviría para establecer comunicaciones entre varios puntos de forma muy confiable. Es un ejemplo de crecimiento más allá de la geoinformación y más dirigido hacia los sistemas espaciales.
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