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Desde que se inauguró la marina de megayates malagueña en julio de 2022, nunca hasta la fecha el muelle número uno había albergado juntos a cuatro grandes barcos de recreo privado; una imagen completada con un velero de 15 metros que se hacía realidad en la mañana de este pasado domingo.
Mantenida esta estampa hasta el mediodía de ayer lunes en el que uno de estos buques se marchaba, la estancia de un cuarteto de yates, todos ellos de más de 55 metros de eslora, constituye todo un récord para la marina malagueña que aún no ha cumplido un año de actividad.
Atendiendo a su posición en el muelle número uno, amarrado frente a La Farola se ha podido ver al Tatoosh, que cumplimenta su primera visita a IGY Málaga Marina. Con un historial malagueño en el que se contabilizan varias escalas, este yate de 92 metros que fue propiedad de cofundador de Microsoft Paul G. Allen y que desde hace un año está en manos de una empresa privada, como en sus anteriores visitas, ha destacado por lo curioso de las dos embarcaciones que lleva situadas en sus pescantes; una motora de 12 metros a estribor y un velero de 13 en su banda de babor.
Justo a popa del mencionado Tatoosh se encontraba el Cleopatra, un barco de recreo privado de 57 metros construido en 1985. Mostrando unas formas clásicas, este buque que puede albergar a diez pasajeros en cinco camarotes y que navega bajo la bandera de Islas Caimán, al mediodía de ayer lunes deshacía con su salida la imagen del cuarteto de grandes yates que durante unas horas han compartido atraque en el muelle número uno.
Efectuando como el citado Cleopatra su primera visita a Málaga, el Here Comes The Sun ha mostrado en la marina malacitana sus 83 metros de eslora. Propiedad de un empresario neozelandés, este barco construido en 2016 destaca por su singular nombre; el mismo de la canción de los Beatles que aparece en su álbum Abbey Road de 1969.
Completando este grupo de barcos, cerca de la ochava, la unión entre los muelles uno y dos, se ha podido ver al elegante La Sultana; un yate de 64 metros al que entre los años 2015 y 2016 pasó 16 meses atracado en el puerto malagueño.
Y si bien esta coincidencia de cuatro grandes barcos de recreo privado sólo se ha mantenido durante algunas horas, el continuo tránsito de este tipo de buques, con toda seguridad permitirá ver nuevas estancias como esta; la primera gran reunión de megayates en la marina malagueña.
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