El Proyecto Hombre recibe un 40% más de jóvenes para tratar sus adicciones
El pasado año atendieron a un total de 182 chicos de entre 12 y 18 años · El cannabis y el alcohol son las principales sustancias que consumen en estas edades · El 80% de los que reciben terapia son varones
Son jóvenes, estudian en el instituto e incluso piensan ir a la universidad, viven una buena situación familiar, se llevan a la perfección con sus iguales y son conscientes de que están en la cresta de la ola. Sin embargo, consumen drogas y lo hacen principalmente porque está de moda. Éste es el perfil de la mayoría de los 182 jóvenes que atendieron en 2008 desde el Proyecto Hombre, de la Fundación Cesma, para corregir sus adicciones al cannabis y el alcohol como principales sustancias. Con respecto a 2007 aumentaron en un 40% los casos de chicos entre 12 y 18 años que recurrieron a este servicio.
Alrededor del 70% de estos adolescentes llegaron al Proyecto Hombre derivados por la policía o el juzgado de menores y por asuntos no sólo de drogadicción sino también delictivos. Al reto lo trae su propia familia cuando se atreve a reconocer que existe un problema que han de superar con ayuda externa. "Los chicos no tienen sensación de riesgo, ni de peligro, ellos creen que controlan y a esas edades todos sabemos cómo de fuerte puede ser la presión del grupo", explica Juan José Soriano, director del programa, que asegura que es muy raro que un joven llegue por su propia iniciativa, "siempre vienen forzados por la situación", añade.
El tratamiento con estos jóvenes, de los que un 80% son varones, suele durar un año y se realiza en régimen ambulatorio. "Vienen una vez por semana con sus familias, ya que el programa lo enfocamos a todos, y mientras tanto siguen haciendo su vida normal, van al instituto y salen con sus amigos", comenta Soriano. En estas charlas no sólo se habla de drogas, también se trata de tiempo libre, de autoestima y alternativas de ocio.
"Los adolescentes quieren que les marques los límites, que les pongas normas, que los padres retomen la autoridad y sigan con sus estudios, cuando marcas los límites y das un poco de cariño la cosa funciona", dicen desde Proyecto Hombre. "Ellos luchan por no complicarse mucho la vida", estima el director de este programa que nació en 1985.
El perfil del usuario del Proyecto Hombre ha cambiado mucho desde aquellos mediados de los 80 y, según sus responsables, la mayoría llevan una vida perfectamente normalizada, tanto adolescentes como el resto de usuarios. El pasado 2008 un total de 800 personas iniciaron su tratamiento, lo que supuso un 15% de aumento con respecto a 2007. El año se cerró con 650 personas en los distintos recursos terapéuticos que ofrece este programa en Málaga. También consiguieron una mayor adherencia al tratamiento, ya que de un 25% de abandono en 2007 se pasó a un 22% en 2008.
En la memoria presentada ayer en la sede de la delegación provincial de la Junta junto a la delegada María Gámez, aparece la cocaína como la sustancia más consumida por los usuarios del programa, con un 40%, muy seguida del cannabis. Bastante por debajo (con niveles que superan en poco el 12%) está el alcohol y la heroína. En las dos primeras, ambos sexos están igualados en la proporción, mientras que el alcohol está más extendido entre las mujeres y la heroína entre los hombres.
En cuanto a media de edad, los adictos a la cocaína se encuentran en 31 años, los del cannabis en 19, los de alcohol en 36 años y en 38 aquellos que están enganchados a la heroína, que son precisamente los que tienen una media más alta de años de consumo, con algo más de 12. En cuanto al nivel de estudios de los usuarios, más del 51% de los consumidores de cocaína tienen el graduado escolar o la secundaria y el 7,5% estudios universitarios. En el caso del alcohol, los niveles se emparejan un poco más y un 33% tiene el graduado escolar, un 16% bachiller superior o FP y un 14% estudios universitarios. Además, 7 de cada 10 trabajan o lo han hecho recientemente.
Cuando abrió el Proyecto Hombre en Málaga trabajan seis personas y ahora lo hacen 35 para atender a más de 600 casos, cuando en 1986 no llegaron a los 80, como comenta Juan Serrano, vicepresidente de la Fundación Cesma. "Nos gustaría desaparecer pero estos resultados nos hacen ver que aún seguimos siendo necesarios".
También te puede interesar
Lo último