Psicóloga: “A día de hoy, existe un grito social para dar a la salud mental el sitio que necesita”

La malagueña, Laura Chica, es también 'coach' personal y en su último libro trata de mostrar el camino para amar la vida en sus buenos y malos momentos, incidiendo en la importancia del amor propio

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Laura Chica, psicóloga y coach personal, especializada en el desarrollo del talento. / P. T.
Paula Tejada

24 de diciembre 2022 - 08:02

Málaga/Laura Chica es una psicóloga y coach personal malagueña, especializada en el desarrollo del talento. Tras más 20 años trabajando en este campo ha publicado nueve libros y con el último, titulado Confía, trata de mostrar el camino para amar la vida en sus buenos y malos momentos, incidiendo en la importancia del amor propio.

–Psicóloga y coach personal y de equipos, especializada en el desarrollo del talento, ¿Cómo descubrió que esta era su pasión?

–Siempre me ha llamado mucho el tema de la reflexión sobre la vida, sobre uno mismo y desde el instituto tenía claro que iba para psicología, eso sí siempre con un eje principal que es la ayuda a los demás y a través de las formaciones, las sesiones, los libros ese eje que se comparte es el de la ayuda.

–A día de hoy, ¿Cómo es ser coach en España?

A mí como coach me respalda que soy psicóloga. Cuando un profesional, una empresa o una persona que busca acompañamiento profesional ve que a parte de coach también soy psicóloga le da más fiabilidad. Al final es una profesión muy parecida a otras y en España ha habido tal burbuja emergente de coaching, a veces sin medida y sin respeto que ha restado fiabilidad y credibilidad al sector. Además, la mayoría de los coaches no son psicólogos y estos están viviendo un sentimiento de invasión en su territorio, cuando no tiene que ser así, pero tienen miedo a la invasión del coaching.

–Su último libro es Confía ¿en qué se diferencia del resto de libros que ha publicado?

–Se diferencia en muchas cosas, pero en lo que más es que se me ve a mí mucho. Normalmente no me muestro tanto en los libros como persona y en este estoy totalmente desnuda. También trata de un tema que no se habla tanto, el cómo abrirnos a confiar en la vida cuando todo va bien, cuando no va tan bien y cuando todo se derrumba. Son partes que no siempre se cuentan y todos pasamos por ahí. Entonces el libro enseña primero a aprender a normalizar que la vida es como una montaña rusa todo el tiempo y a conocer herramientas para que sepas sacar las fuerzas para normalizar el dolor, el sufrimiento y vivirlo, transitarlo y seguir adelante. Cuando uno se resiste a ese dolor es cuando sufre más y cuando uno quiere incluso en extremo acabar con su vida.

–¿Cuáles son esas herramientas? ¿y cómo funcionan?

–Dependiendo de cómo sea esa persona se va a aplicar unas herramientas más que otras. De las ocho que hay en el libro algunas son de creación propia, otras son de sentido común, otras ya existen y al final es mirarlas todas y decir la que más me ha servido es esta. Hay una que se llama ‘Experiencias llave’, que es darte cuenta que cosas que te han pasado en tu vida que no querías que pasaran, te han llevado a otras.

–Al hablar de la salud mental, que menciona en su nuevo libro, la sociedad se está dando cuenta de su importancia, pero no tiene la visibilidad suficiente ¿a qué se debe esto?

–La salud mental siempre ha estado muy estigmatizada. Ahora se habla de integración y de normalización, que es un avance espectacular, ya que a día de hoy todo el mundo puede levantar la mano y decir yo he ido al psicólogo o yo voy al psicólogo con orgullo e incluso como un acto de amor propio. Actualmente, hay como un grito social de dar a la salud mental el sitio que necesita, de darle visibilidad, de normalizar todo lo que nos está pasando.

–En ‘Confía’ también ha escrito sobre el suicidio, otro tema tabú en la sociedad, ¿cree que si la gente pidiera ayuda o no tuviera ese miedo o vergüenza a pedirla, se evitarían suicidios?

–Sin ninguna duda, igual que hablábamos de salud mental normalizando, todo lo que podamos hablar de suicidio es una ayuda que le podemos dar a las personas que puedan estar pasando por eso. Gran parte de la gente se suicida por no sufrir porque son incapaces de aguantar el dolor o el sufrimiento. El problema está que no nos cuentan esa parte a nivel social, a nivel de redes sociales, y la imagen que tenemos es que todo es maravilloso, la gente está feliz. Esa percepción hace que cuando tienes una crisis vital o un momento muy oscuro, sientas que solo te está pasando a ti. Al final todos somos seres humanos y la vida perfecta no existe y yo creo que hay que empezar a quitar ese mito.

–En el libro cuenta sus propias experiencias, ¿le costó?

–Sí porque estaba pasando por un tema doloroso muy grande y tardé unos dos meses en escribir el libro, que eso para mí es mucho tiempo. Incluso cuando ya acabé el libro y estaba a punto de entrar a imprenta, me di cuenta de que el libro es muy espiritual, que habla de confiar en la vida, en la muerte, en cuando todo va bien y cuando todo va mal, pero no había hablado de la muerte como tal, siendo algo de la vida que la gente tampoco cuenta. Y escribí un texto que habla de cómo acompañar a la muerte y de cómo dar el permiso a las personas que se tienen que ir, para que se vayan, que muchas veces desde aquí queremos que se queden, cuando realmente debemos permitir que se vayan.

–El tema de la muerte es tan tabú como el suicidio.

–Sí y es un error muy grande el que no se hable de la muerte, cuando lo más certero en la vida es que nos vamos a ir. Debería ser una parte integrada de la vida y estar naturalizada Existe un tabú social que hace que con todo lo que nos duele o nos incomoda se tape, cuando en realidad se debe hablar de ello.

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