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Queman una parcela de hamacas en Benalmádena: 70 colchonetas, 20 tumbonas y 8 sombrillas calcinadas

Así ha quedado la parcela de hamacas incendiada. / M. G.

Desde que era un niño, Miguel pasaba todos los veranos en la Playa Santa Ana de Benalmádena junto a su padre alquilando hamacas. Con tan solo 14 años, se hizo cargo del negocio y, años más tarde, cuando conoció a Tani, su actual esposa, ella también empezó a trabajar en la empresa. Nunca habían tenido ningún problema hasta esta semana cuando, al llegar a primera hora de la mañana al lugar, encontraron gran parte de las colchonetas, tumbonas y sombrillas calcinadas.

Este lunes, sobre las 20:00, el matrimonio terminó su jornada laboral y, como cada día, dejaron todas las hamacas y colchones apilados en la playa, junto a sus sombrillas. Nada excepcional a lo que hacen habitualmente, pues Tani explica que se trata de una carga muy pesada y no pueden trasladarla todos los días. Además, cuenta que el local en el que guardan el material cuando termina la temporada estival está alejado del paseo marítimo. "Casi todos los hamaqueros dejamos todo en la playa con la confianza de que haya seguridad por las noches", manifiesta.

Sin embargo, el martes, a las 8:00, cuando llegaron a la playa, se encontraron un escenario muy distinto al que habían dejado la noche anterior. Un incendio, previsiblemente intencionado, había calcinado un total de 70 colchonetas, 20 tumbonas y ocho sombrillas, según reza la denuncia que Miguel interpuso ese mismo día en la Comisaría de Policía Nacional de Torremolinos y a la que ha tenido acceso este periódico.

Así han quedado algunas de las hamacas y sombrillas. / M. G.

Al parecer, el fuego se desató entre las 4:00 y las 4:30 cuando un testigo dio aviso de la existencia de llamas en esta zona de playa a la Policía Local de Benalmádena, quien requirió la presencia de los bomberos en la zona. A la llegada de los efectivos, según el relato de la afectada, "ya estaba todo calcinado", por lo que simplemente llevaron a cabo labores de refresco con el fin de evitar la reactivación del incendio.

Aún desconcertada por el suceso, Tani asegura que el valor económico de los daños ocasionados asciende a 6.000 euros. "Miguel también está en estado de shock, no se lo cree. Hemos perdido las ganancias de todo un año porque lo que trabajamos en el verano lo tenemos que guardar también para invierno", lamenta.

No obstante, destaca que otros compañeros que se dedican al mismo oficio les han prestado hamacas y sombrillas de sobra que tenían guardadas para que puedan terminar la temporada, ya que "el seguro no nos cubre nada al estar el material a la intemperie", apunta. Aunque la Policía Nacional ya investiga lo acaecido, el matrimonio pide que se incremente la seguridad en la zona y se instalen cámaras de videovigilancia en el paseo marítimo.

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