Rafael Estades Ángel ‘El Morta’, artista desde la cuna

Un personaje malagueño de todos los tiempos

Nos acompaña al restaurante La Tralla donde disfrutamos de una experiencia gastronómica

De derecha a izquierda, Rubén Ramos, El Morta y Juan Luis Pinto. / Paco Menjivar
Juan Luis Pinto Doblas

12 de septiembre 2019 - 07:12

Málaga/El personaje que nos visita hoy es un hombre conocido, respetado y sobre todo muy querido en los círculos artísticos malagueños. Artista de vocación y profesión, es especialmente reconocida su faceta como humorista, aunque en este encuentro va a quedar claro que lejos de eso, Rafael Estades es un creador polifacético, especialmente músico, además de dramaturgo de vocación y monologuista de acción. Todo ello aderezado con un humanismo y solidaridad que a veces le sobrepasa. Sus amigos, que se cuentan por legión, pueden dar fe de lo que les narro. Como diría Serrat, estamos ante un hombre “sencillamente bueno”, y para mí ha sido todo un honor realizar esta entrevista.

El restaurante: Mesón La Tralla

Hasta la Carihuela nos desplazamos para realizar este encuentro. El mesón La Tralla, establecimiento regentado por Rubén Ramos, quien además realiza las labores de jefe de cocina, nos hizo los honores junto con su metre, de reconocido prestigio, Guillermo Puyol, Willi para los amigos, hermano, dicho sea de paso, de otro malagueño insigne como es nuestro actor Pablo Puyol a quien pronto esperamos tener en esta sesión. Un restaurante del que Rubén se muestra orgulloso por su servicio y especialmente por su cocina casera y sus arroces magistralmente elaborados. Cuatro personas para apoyo de cocina y servicio de salón y terraza conforman la plantilla de este coqueto y acogedor local. Ahora les cuento la experiencia gastronómica.

El invitado: Rafael Estades Ángel El Morta

Describía en la presentación de nuestro invitado como un personaje malagueño de todos los tiempos, y es que El Morta es de esos artistas atemporales que uno imagina en un café-teatro malagueño de los años sesenta o en el más deslumbrante escenario contemporáneo de la Gran Vía madrileña.

Pero por encima de todo estamos ante un hombre humilde y de gran corazón que lo mismo te cuenta un chiste que te da un abrazo, el caso es darte algo. Que te ejecuta una sonata de Bach al piano o te hace recordar los bosques irlandeses con su magistral toque de gaita. Todo ello sin alardeo ni exageradas imposturas. Un artista con mayúsculas con un gran hombre dentro. La entrevista estuvo a su altura. No se la pierdan, les garantizo que se divertirán.

Rafael Estades Ángel 'El Morta’. / Paco Menjivar

Y le pregunté abiertamente quien es el Morta. “Por encima de todo un hombre sencillo y humilde que le gusta serlo y sentirlo. Un músico reconvertido a humorista por la gracia de Dios y del destino. “¿Cómo es que no se conoce tu faceta musical, al menos todo lo que se debiera? “[Risas] Pues no será por no tocar instrumentos, que hasta doce toco. El piano, la guitarra, el ukelele, la flauta, la gaita...”. Para hombre para, que te comes toda la entrevista. ¿La gaita? “Así es. Yo hice la mili de gaitero”. ¿En Galicia? “[Risas] No hombre, en Almería. En la banda se podía tocar el bombo, la trompeta o la gaita, y por ella me decanté”.

¿En sus espectáculos actuales toca algunos de esos instrumentos? “Por supuesto. Tengo una obra que se llama Antes Morta que sencillo y su tío Manolillo, que la hago compartiendo escenario con Manolo Doña, que es como si fuese mi hermano, donde toco varios instrumentos.”. Pero si no me equivoco eso no la hacías así siempre, quiero decir, que contabas anécdotas, chistes pero sin instrumentos. “Así fue al principio, pero una persona que fue para mí como mi segundo padre, Antonio Rodríguez, fundador de Espectáculos Mundo, me dijo que tenía que poner en valor encima de un escenario lo que hacía en privado con mis amigos. Y así lo hago desde entonces”. ¿Y esa obra de teatro de la que me habla? “Esa obra la tenía en la cabeza hacía mucho tiempo y, por problemas de salud estuve mucho tiempo en cama. El doctor, hoy gran amigo, José Rivas me salvó la vida, le debo mucho a él también, y en ese tiempo, como le decía, escribí esa obra, que, aunque pensada para un solo actor y así le estrené, finalmente hice con Manolo Doña. Dos años estuvimos en cartel y aún hoy en día continuamos representándola”. Eso del humor es entonces algo muy trabajado, muy serio. “Por supuesto, el humor es tan serio como cualquier otro trabajo. Hacer reír es muy difícil. El humor es muy vanguardista y te examinas a diario”. ¿Tienes algún personaje de referencia en la profesión? “[Silencio] Por supuesto, el maestro Manolo Sarria. Él me enseñó la profesionalidad y el respeto que se merece el público. Me enseñó que el cómico es una profesión que tienes que cultivar y desarrollar. Málaga le debe muchísimo al Linterna. He compartido escenario con muchísimos artistas, pero con el que mejor me he sentido ha sido con Manolo Sarria. Y eso que me ha gastado muchas bromas en directo [risas]”. Cuénteme alguna. “¡Uf! Tengo muchas, pero recuerdo una en la que tenía que comerme un mantecado en una especie de juego. Él sabía que yo era muy ansioso comiendo de modo que lleno el mantecado de tabasco. Del resto ya os podéis imaginar. Y todo esto en directo [risas]. Que grande Manolo”.

Muy personal

Nacido en el malagueño barrio de Carranque, con padres de la Malagueta y de la Victoria, no se puede ser más malagueño. Criado en el seno de una familia de mucho arte. “Mi arte me viene desde la cuna. Soy el mas pequeño de cuatro hermanos y los dos mayores, Juan Antonio y María José, cantan de maravilla. Mi madre, Germina, cantaba muy bien. Y mi padre, Antonio, era un hombre muy gracioso. Me gustaría que el tiempo volviese atrás y poder estar con mis padres. Yo disfruté muchísimo con mi padre. Me acompañaba siempre a todas mis galas y mis viajes”. Sus dos hijos, Rafa, músico y Roberto tan gracioso como su padre, son la referencia de su vida. Rafael Estades, un niño que se crió jugando en la plaza de Carranque y al que le hubiese gustado ser carpintero, oficio del que tiene grandes nociones. “El olor a serrín y madera me encanta. Me considero un manitas y trabajar la madera es algo único. La belleza de lo artesano está en su imperfección”. Un hombre al que le encanta estar con los amigos y escribir. “Después de mi familia, mis amigos son lo más grande. Amigos de los de verdad, que aquí somos muy dados a amigos de “copas”. Aprovecho para enviar un abrazo a mis compañeros del Club Gastronómico Paco Rengel, un grupo donde impera la camaradería. Y me encanta escribir. Siempre estoy escribiendo. Estoy trabajando actualmente en varios monólogos. Hay que ir con los tiempos y es lo que ahora demanda el público”. ¿Un humorista jamás se cansa de hacer humor? “Mucha gente se piensa que la vida de un humorista es estar siempre de fiesta y de guasa, las 24 horas del día. Y no, no somos caricatos. El humor es tan novedoso que requiere de una gran dosis de inteligencia”. Rafael Estades, el Morta, un gran hombre con un artista aún más grande dentro.

¿Se sientes un artista reconocido? “Creo que tengo la suerte de ser un artista popular y reconocido y creo que a todo el mundo le gusta que de vez en cuando le den una palmada en la espalda, pero te aseguro que no trabajo para eso”. Sin embargo a veces parece que no tienen, y habló en plural, el reconocimiento que merecen. “Bueno, es cierto que en Málaga, muchas veces somos de darle más a los que vienen de fuera, porque tengan más renombre, que a lo nuestro. Esto ocurre especialmente en el mundo del arte. Qué le vamos a hacer”. ¿Mira alguna vez para atrás y ves a el Morta de hace veinte años? “Claro. Miro mucho para atrás para aprender. No me molesta que me corrijan, todo lo contrario. Siempre estoy abierto a aprender. Ya no soy el Morta digamos que inexperto y un tanto chabacano, llamemos a las cosas por su nombre, de hace veinte años. Es normal. He ido madurando y formándome”. Pues hay que ser muy honesto y humilde y reconocer eso. “Me considero una persona humilde. La humildad no va relacionada con el dinero. Le puedo decir que tengo amigos con mucho dinero, y son muy humildes. Eso viene de la cuna” . Lo que sí sé, porque lo he podido comprobar, es que es muy solidario. “Por supuesto. Participo en todo a lo que me llaman. Pongo mi granito de arena”.

¿Y no se abusa a veces de eso? “[Silencio] Por desgracia hay personas que no actúan correctamente y al margen de cómo aplican los fondos que se recaudan en determinados actos, no dan el reconocimiento adecuado a los artistas que actuamos de manera desinteresada, cuando realmente somos los que damos contenidos a esos actos”. Pues dicho queda. Oye Morta, ¿es cierto que tiene el Pito de oro? “[Risas] Se pareces a mí con tanto chiste [risas]. Pues sí. Es el máximo galardón que otorgan los directores de agrupaciones del Carnaval. Estuve muchos años vinculado a ellos. Fue para mí un orgullo recibirlo. Sí, tengo el Pito de Oro [risas]”. Ha hecho muchas cosas a lo largo de su carrera pero ¿le queda algún reto o sueño por cumplir? “Claro, uno muy grande. Por desgracia tenemos muchos artistas mayores que no tienen recursos casi ni para comer. Estamos trabajando para crear una especie de hogar o residencia donde podamos recogerlos y que no les falta de nada, lo primero la compañía de otros compañeros de profesión. Un lugar en un paraje natural y que vivan felices el resto de sus vidas. Claro que sueño, ¿qué le parece este? “Pues que me va a parecer. Muy apropiado viniendo de ti. Habría que ayudar a que se ha realidad. Y nosotros continuamos la charla durante la comida.

La comida

Rápidamente se puso “manos al fogón” Rubén Ramos para ir preparando los platos con los que nos deleitaría, pero para abrir mesa nos presentó un plato de queso curado de oveja y otro de jamón de guijuelo de verdadera categoría.

Uno de los platos.

Para acompañar a estos platos nos fue descorchada por parte de Willi una botella de Javier Sanz fermentado en barrica. Riquísimo. Y nosotros continuamos con nuestra conversación. Ha trabajado en televisión, radio, teatro. ¿En qué medio se sientes mejor? “Por encima de todo me siento muy artista y donde más a gusto me encuentro es en el teatro. La televisión te da mucha proyección, es algo mágico, pero tener al público delante es lo que más me atrae, y despedir cada uno de mis espectáculos con esta frase: “Mi nombre es Rafael Estades Morta y a partir de ahora espero que me cuenten entre sus amigos”.

Pronto nos sorprendería Rubén con dos platos marca de la casa realmente sabrosos: pulpo a la brasa con verduras y papas a lo pobre y ventresca con tomate y aceitunas de Pedrera, platos que maridamos con un vino tinto excelente: Aniya, de elaboración propia de bodegas Lara.

Inició algunos proyectos que están funcionando y otros que tuvieron menos suerte. “Así es. Quise crear una escuela del humor a través de un programa de televisión dedicado en exclusiva al humor. El humor es muy pedagógico y sanador. La risa no cura una enfermedad pero te hace evadirte. Tenemos que aprender a reírnos de nosotros mismos”.

Uno de los platos

¿Es cierto que trabaja mucho por amor al arte? “Le voy a decir una frase que me dijo un día Paco Gandia –coincidimos en un festival benéfico– y que no olvidaré nunca: niño, a ver si nos vemos en alguna...cobrando [risas]. Bueno, yo ayudo todo lo que puedo y eso inevitablemente te hace trabajar mucho sin cobrar. Es algo normal”. Para finalizar nuestro recorrido gastronómico, Rubén nos sorprendió con un arroz caldoso de bogavante con gambones y mejillones. Un plato lleno de sabores y preparado con todo el saber de unas manos expertas.

Quiero expresar mi agradecimiento a Rubén Ramos, a Willi y a todo el equipo de La Tralla por sus atenciones durante toda la comida. Nos veremos de nuevo. ¿Tiene alguna anécdota que se pueda contar? “[Silencio] Tengo muchas, pero una muy graciosa fue cuando me contrataron para contar chistes a un fallecido. Que arte más grande hay en Cádiz. Un hombre murió y dejó como última voluntad que yo le contase chistesen su funeral”. ¿Y acudió? “Al principio me resistí, pero ante la insistencia de la familia y la cuantía económica hasta el funeral me desplacé. Comencé a contar un chiste en el velatorio pero me corrigieron y me indicaron que se lo contase al fallecido. Y así lo hice. El caso es que vi que la gente se reía con ganas y me vine arriba y dirigiéndome al pobre hombre de cuerpo presente le dije: “Virgilio –que es como se llamaba este señor–, te voy a contar uno que te vas a morir [risas]. Para finalizar, le pedí a Morta que enviará un mensaje a aquellos artistas que se están iniciando en el difícil mundo del humor. “A los nuevos les digo que sean constantes y sobre todo originales e innovadores. Esta profesión es una auténtica carrera de fondo. Cuando las cosas se hacen bien, tarde o temprano te llega tu momento”. Tal y como ha llegado el momento de finalizar esta crónica. Me despedí de Morta con la sensación de dejar muchas cosas sin poder contar pero por desgracia el espacio es limitado. Los malagueños estamos de enhorabuena por tener un paisano como él. Hasta siempre.

Los vinos

Blanco: Javier Sanz fermentado en barrica.

Magnífico vino de la D. O. de Rueda. Un verdejo fresco, sabroso y muy elegante. Muy recomendable.

Tinto: Aniya. Tinto de Ronda elaborado por las bodegas Lara con la variedad de uvas Merlot. Un vino con cuerpo y carácter que maridó a la perfección con los distintos platos degustados. Muy recomendable.

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Bodegas Lara

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