Redescubriendo la Cueva de la Pileta

Un equipo de investigadores encabezados por Miguel Cortes están documentando todo el arte Paleolítico de la cavidad

Datarán las pinturas y la composición de sus elementos

Documentación de una de las pinturas existentes en la cueva.
Documentación de una de las pinturas existentes en la cueva. / Fotografías: Javier Flores
Javier Flores

05 de agosto 2018 - 01:33

Benaoján/El arte rupestre Paleolítico de la Cueva de la Pileta esta siendo documentado por un amplio equipo de investigadores encabezados por Miguel Cortes, que lleva dos años trabajando en el interior de la cavidad y que espera poder completar este complejo trabajo en otras dos anualidades, aunque entonces quedará la labor de análisis de todos los datos que se van obteniendo y cuyo estudio pormenorizado se puede prolongar durante años. Un proyecto que cuenta con la financiación del Ministerio de Economía e Innovación y la autorización de la Junta de Andalucía.

El equipo de Cortés está compuesto principalmente por personal de la Universidad de Sevilla (US) que aporta también el material de última tecnología de alta resolución que está permitiendo realizar este trabajo mediante el Instituto de Estudio del Patrimonio de la US. También cuenta con colaboradores de Japón, de la Universidad de Córdoba, el Cenieh (Atapuerca), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) o del Grupo Platón, entre otros.

El trabajo de documentación va a permitir contar con un archivo en el que encontrar cada una de estas obras del Paleolítico, la composición de los elementos utilizados para su creación, su dimensión y su antigüedad. Por ello, la cueva se convertirá en una especie de referente para datar las pinturas existentes en otras cavidades y elaborar la cronología de las mismas al estar secuenciado el amplísimo arte rupestre existente en la gruta cuando finalicen esta investigación.

Las nuevas técnicas que se están utilizando hacen posible saber el color exacto de cada una de las pinturas y la composición química de las mismas sin necesidad de realizar ningún tipo de alteración sobre la pintura, pudiendo saber así que compuestos utilizaron aquellos hombres prehistóricos para dar forma a su arte de las paredes, algo que hasta hace tan solo unos años era imposible realizar de este modo. Además, también se está utilizado luz fría de tecnología led para evitar daños a la pintura a ser iluminadas para el trabajo.

En cuanto a la datación de las pinturas, se están utilizando radiocarbono y series de uranio para saber cuándo fueron creadas estas pinturas que son una de las grandes joyas del Paleolítico que han sido descubiertas.

De este modo, los investigadores aportarán "datos objetivos" para la descripción de los motivos, algo que será posible gracias a equipos como un colorímetro láser portátil que calibra el color de forma objetiva, lo que permitirá terminar con la descripción analógica que se tenía hasta el momento.

La determinación de este código de color y la mineralógica, que son estándar, posibilitará que en cualquier lugar del planeta se pueda ver qué color y composición tienen los motivos rupestres de Pileta.

Estos sistemas de última generación también permiten ver aquello que el ojo humano no puede, por lo que tras leer las paredes de la cueva son capaces de detectar si existe algún tipo de elemento que no se había visto hasta ahora con la observación directa, lo que se espera que incremente el número de pinturas localizadas hasta el momento en aproximadamente un 20%, lo que vendría a enriquecer de forma notable el patrimonio que alberga la cueva.

Un trabajo con la última tecnología que no deja de tener añoranza hacia aquellos exploradores pioneros que con métodos mucho más rudimentarios realizaron las primeras incursiones en la cueva tras ser descubierta por Tomas Bullón, hasta el punto que han elegido la localidad de Jimera de Líbar como campo base, al igual que hicieron aquellos primeros investigadores. Cortés, resaltó la importancia del trabajo que se está realizando, ya que la documentación y catalogación de las pinturas de la Cueva de la Pileta en su integridad no se había realizando hasta el momento y desde el año 1986 no se habían vuelto a acometer campañas de investigación, a pesar de la gran importancia que los expertos otorgan al arte que atesora en su interior y que, cuando terminen finalice el proyecto, quedará a disposición de los investigadores para que pueden emprender nuevas líneas de trabajo sobre las aportaciones realizadas ahora.

En aquel momento el trabajo se hizo mediante documentación gráfica con cámaras analógicas, un sistema que hoy ha sido sustituido por equipamiento portátil de última generación que está permitiendo un acercamiento a los motivos "totalmente novedoso", según indicó Cortés.

"Lo bueno que es que contamos con un equipo interdisciplinar de investigadores de distintas instituciones de universidades y del CSIC, con lo cual hay especialistas que abarcan cualquier aspecto que queramos abordar", explicó el director de la investigación.

Además, también se cambió la metodología de la intervención en el interior de la cueva, realizando más visitas aunque de menor tiempo, para así poder ir trabajando sobre los datos obtenidos y tratar de encontrar respuestas a las preguntas que surjan tras el análisis de los mismos, con lo que se pretende aportar la mayor cantidad de información posible sobre este arte.

Desde que se inició esta actuación se vienen realizando unas cuatro campañas al año, que suelen tener una duración de unos 10 días, en los que el equipo aprovecha el horario de apertura de la cavidad a los visitantes para entrar en la misma y acometer intensas jornadas de trabajo. Cada jornada tienen que transportar el material que emplean y colocarlo para su utilización.

El equipo muestra una gran ilusión por su trabajo y se transforma de manera sorprendente. Mientras en el exterior se bromea y hasta se llega a cantar al unísono alguna melodía de moda entre los más jóvenes, cuando el grupo está completo y se adentra en la oscuridad, la seriedad se lleva al extremo y cada uno saca lo mejor de sí mismo. "Hay que soltar adrenalina antes de entrar; en la cueva son muchas horas de máxima concentración y hay que ir relajado", indica uno de los componentes.

Dentro de las jornadas culturales que se han realizado en Jimera de Líbar se incluyó una conferencia para explicar la investigación que se está realizando desde hace dos años en el interior de la cueva.

El descubrimiento de la cavidad se remonta a 1905, cuando José Bullón un día de primavera de decidió explorar una sima próxima a su casa de la que salían cada anochecer bandadas de murciélagos. Su propósito era buscar guano para abonar las tierras y aumentar la producción, pues se las veía y deseaba para cumplir con una renta de casi media tonelada de trigo anual. La sima resultó ser la entrada a una gran cueva que le maravilló, y en la que halló huesos, cacharros de cerámica y pinturas en las paredes representando animales y unos signos que nunca había visto", explican en su web.

stats