Relevo generacional en Cáritas

Las riendas de Cáritas Diocesana en Málaga cambian de manos. Este organismo, dependiente de la Iglesia católica y cuyo fin es la ayuda directa al prójimo, tiene como director desde el martes a Francisco José Sánchez en sustitución de Anselmo Ruiz, una auténtica institución en Cáritas que se centrará ahora en la presidencia del ente a escala andaluza. Este diario se reunió ayer con ambos protagonistas en la sede de Cáritas, situada en Rampa de la Aurora.

Ruiz ha estado 12 años en el cargo y, como señala, "creo que ya es suficiente porque no es bueno que una persona esté mucho tiempo en el mismo puesto. Yo ya he hecho mi servicio y ahora tiene que entrar gente nueva". El también presidente de Cáritas Andalucía desde hace dos años indica que ya pidió dimitir hace tres años al entonces obispo Antonio Dorado Soto "pero éste no lo aceptó porque solo le quedaba un año". Con la llegada de Jesús Catalá, Ruiz hizo la misma petición pero su relevo no se ha producido hasta ahora.

El trabajo realizado por Ruiz ha sido ingente. Cáritas cuenta en estos momentos con 1.600 voluntarios en la provincia "que le dedican mucho tiempo a esto, no solo unas horas, sino que vienen todos los días". De hecho, el mejor recuerdo de todos estos años para Ruiz es la bondad de la gente. "Hay muchísimas personas de pueblos y de barrios de la capital que están permanentemente ayudando, algunos incluso con discapacidades, y eso hace que todo esto merezca la pena", subraya Ruiz, quien explica que "están aumentando los donativos a pesar de la crisis".

Cáritas mueve un importante volumen de recursos. Tiene un presupuesto anual en Málaga de 6 millones de euros de los cuales 3,4 millones proceden de donativos y el resto de convenios con administraciones y del pago de algunos servicios por parte de usuarios. Ese dinero lo emplean en dos grandes líneas de actuación. La primera es atender a personas que están en fuertes dificultades económicas. Les dan vales para comprar comida en supermercados, para pagar la luz, el agua y hasta el alquiler de la vivienda. Por otra parte, gestionan residencias de ancianos, la casa de atención a personas sin techo de Pozos Dulces, un centro para enfermos terminales de Sida y, entre otras cosas, organizan talleres de formación para la inserción laboral de colectivos con riesgo de exclusión social y dan microcréditos para la creación de pequeños negocios. Aún no tienen cerrada la memoria de 2010 pero en 2009 atendieron, según Ruiz, a 80.000 personas en la provincia.

Francisco José Sánchez coge ahora el relevo en Málaga. Asegura que es "una gran responsabilidad que acepto no solo yo sino también mi familia", aunque hace hincapié en que la gestión será continuista. Sánchez toma el mando en un momento complicado marcado por la crisis económica. Relata que en el último año y medio ha aumentado notablemente el número de personas que han acudido a las parroquias para solicitar ayuda. "Nos llegan muchas mujeres solas o matrimonios jóvenes con una edad media de 29 años, cuando antes esa media era de 39 años". Esas personas van, según Sánchez, "con la dignidad muy rota" por lo que Cáritas no solo ofrece apoyo económico sino también moral.