Ruta de Cómpeta a Canillas de Aceituno: una senda para desgastar suela
Sedenderismo
Se trata de un camino extenso y con desniveles de importancia que atraviesa tres poblaciones: Canillas de Albaida, Salares y Sedella
Ficha
Ruta: lineal.
Distancia: 25 kilómetros aprox.
Dificultad: media.
Inicio y meta: Cómpeta - Canillas de Aceituno (Canillas de Aceituno - Cómpeta).
Tiempo: 8-9 horas.
Etapas: Canillas de Albaida, Salares y Sedella.
Altitud máxima: 850 metros.
La larga ruta que conduce de Cómpeta a Canillas de Aceituno (o de Canillas de Aceituno a Cómpeta) tiene una extensión de 25 kilómetros, por lo que es una senda que no es para tomarse a risa -se sube dos veces hasta los 850 metros de altitud- si decidimos ponernos las botas de montaña y echarnos a ella. Sus cerca de nueve horas de duración, sin embargo, nos brindarán hermosos paisajes y lugares en los que la soledad nos hará olvidar el mundo tan lleno de opciones de ocio en el que nos hemos empeñado en vivir.
Caminando dejaremos atrás todo lo que nos roba el tiempo mientras creemos que lo estamos llenando de actividades divertidas. Como si parar de hacer cosas y aburrirnos una sola tarde pudiera acabar con nosotros.
Esta senda atraviesa tres localidades a lo largo de su recorrido por la provincia de Málaga: Canillas de Albaida, Salares y Sedella. En estos municipios se pueden hacer paradas e ir reponiendo fuerzas y provisiones. También esta ruta se puede reestructurar de tal modo que se acorte su extensión: las localidades son etapas que bien pueden constituir la meta.
Arranca la senda en Cómpeta (o, si la hacemos en sentido contrario, en Canillas de Aceituno), desde la iglesia de San Antonio Abad Extramuros, una pequeña ermita a la que se llega desde el centro del pueblo andando por la calle San Antonio.
La primera etapa de la ruta es el camino que une a Cómpeta y Canillas de Albaida a través de dos kilómetros y medio de sendero sin desniveles y repletos de olmos, almeces y álamos, mezclados con cultivos de aguacates y otros frutos subtropicales.
El arranque del camino es claro: de albero y con barandas, corre en paralelo a un arroyo. Si continuamos andando, cerca del arroyo de las Jurisdicciones ya se comienza a sentir el preámbulo de la sierra donde se asientan olivares repletos de enebros, romeros, aulagas y jaras blancas. Algo más adelante del camino se cruza la carretera que lleva a la cantera de Canillas de Albaida, pero nosotros continuamos directamente hacia al pueblo.
Se puede entrar en Canillas de Albaida, si queremos hacer una visita, pero la senda que recorremos lo circunvala por el norte, cerca de la ermita de Santa Ana, llegando a la Cuesta de la Puente, un camino empedrado que baja al puente romano que está a unos tres kilómetros desde el comienzo de la ruta.
Desde ahí comienza un ascenso que se realiza por un camino histórico restaurado hasta conectar con puerto desde el que, atravesando lomas de cultivos de secano, durante unos kilómetros se camina hasta llegar a la Cruz del Muerto, a siete kilómetros de distancia del comienzo de la ruta.
Mediante este camino se entra en el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, siendo una pista forestal que nos hará atravesar un paraje repleto de una flora muy diversa típicamente mediterránea.
Para seguir, se abandona esta pista forestal tras unos dos kilómetros para bajar por el camino de la solana de la Casa Haro, un cortijo ruinoso que marca claramente el kilómetro nueve de la senda, y que continúa descendiendo por un encinar -conocido como la Umbría de la Casa de Haro- hasta el arroyo de los Álamos, un afluente del cercano río Salares.
El camino se encamina a Salares y llegamos al kilómetro once sobre el puente árabe de la localidad. Un puente que fue muy importante antaño para el Barranco de la Mina donde se extraía la sal que le da nombre al pueblo.
En Salares podemos hacer otra parada y salir de él por el norte, por la zona del Encinar, ascendiendo hasta Benescalera, la Fuente de Ocaña y el Cerro Marchena por una subida empinada.
Desde allí, y cerca de un pequeño bosque de pinos, se alcanza, a 14 kilómetros del inicio, la Hoya de Salamanca desde donde se desciende buscando el Cortijo de la Herriza y el arroyo que, en la parte final, lleva a Sedella.
Otro pueblo y otra parada. Por la parte alta del pueblo sedellano, encima del cerro del Hundidero, se observan las ruinas de una torre de vigilancia de origen medieval.
El sendero se ve acompañado por una acequia que conduce al Molino de Montosa y hasta un área recreativa, a poniente de Sedella, en una zona con altos pinos y a poco más de 18 kilómetros del inicio de la etapa.
Hay que recorrer otros cuatro kilómetros para alcanzar el puerto de Sedella dejando las desviaciones de Rubite y Los Valverdes. Cuando ya se tiene a la vista el caserío de Canillas de Aceituno, cerca del cerro de Rompealbardas, hay que realizar una fuerte bajada hasta el cauce del río Almanchares. Cercano a este punto nos encontramos con el área recreativa de La Rahige.
A partir de aquí comienza la subida de la Cuesta del Molinillo, muy empinada, entre cultivos casi abandonados de viñedos y antiguos bancales de almendros. El molino al que parece hacer referencia el topónimo se ve al tomar la senda de subida.
Seguimos ascendiendo y dejando atrás fincas y cultivos mientras enfrente, en la ladera del cerro coronado por una casa, se ve la Hoya del Alcornocal. El secano del final de la etapa tiene numerosos olivos y está plagado de casas de campo que culminan en la entrada a Canillas de Aceituno. Aquí finaliza nuestra etapa y caeremos en la cuenta que, o bien alguien está esperándonos para recogernos, o vamos a tener que deshacer el camino andado para ir a por los coches que dejamos aparcados en Cómpeta, ay.
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