Ruta de la meseta de Mazmúllar en Comares
Senderismo y arqueología
O sendero de la mesa de Masmúllar o Maxmúllar, dependiendo de a quién le preguntes
El camino se topa con el aljibe de Mazmúllar, una construcción mozárabe descubierta en 1907
Ficha
Ruta: semi circular.
Distancia: entre 3 y 5 kilómetros aprox.
Dificultad: fácil.
Inicio y meta: Comares.
Tiempo: 2-3 horas aprox.
Altitud máxima: 724 metros.
Desnivel acumulado: 195 metros.
Cerca del pueblo de Comares, enclavado en pleno corazón de la Axarquía, discurre la conocida como ruta de la meseta de Mazmúllar, que se puede recorrer por un camino especialmente hermoso cuando los almendros están en flor.
Pero la senda de la mesa de Mazmúllar, o Masmúllar, o Maxmúllar se puede recorrer prácticamente todo el año y es una ruta fácil y poco exigente, perfecta para todas aquellas personas que se están iniciando en el senderismo o para aquellas que se ven obligadas por su parejas a hacer algo un domingo en lugar de, como querían, quedarse despatarradas todo el día en el sofá que para eso uno ha estado toda la semana dando el callo por el vil metal.
La ruta de la meseta de Mazmúllar parte de y regresa a Comares y su recorrido puede variar, entre los poco más de tres kilómetros, a los cerca de cinco de distancia, dependiendo cómo de extensa decidamos que sea.
La senda arranca desde dicha localidad, en dirección sur, y durante algo más de dos kilómetros se desciende por un camino hasta que alcanzamos la subida que dirige directamente a la meseta de Mazmúllar. Es un camino tranquilo, para disfrutar sin prisas y conectar con la naturaleza (y todas esas cosas que se dicen), para respirar y dejar atrás las preocupaciones. Algo que no conseguiremos si vamos mirando el móvil cada cinco minutos. No invertimos en Bolsa (al menos, la mayoría), así que no tenemos nada tan urgente como para estar mirando constantemente el smartphone.
De este modo, desde el Balcón de la Axarquía, recorriendo las sendas hacia la Molina, pasando por el camino viejo, por el Llano de la Cruz y la fuente Mañunez, y tras un kilómetros de subida aproximadamente, nos encontraremos con un sendero empedrado que nos dejará sobre la mesa de Mazmúllar. Allí, a 724 metros de altitud, nos toparemos con dos cosas: unas vistas increíbles del entorno, donde predominará la panorámica de Comares, y con unos importantes restos arqueológicas mozárabes.
Entre estos yacimientos destaca el aljibe de Mazmúllar que actualmente está considerado como Bien de Interés Cultural (o BIC, como los bolígrafos) aunque ya en 1931 fue declarado Monumento Histórico Artístico, perteneciente al Tesoro Artístico Nacional. Fue encontrado en el año 1907 cuando, al arrancar una encina, descubrieron un agujero que conducía a un amplio espacio excavado en la roca.
La fecha de construcción de este aljibe parece que no está clara: hay quien dice que se construyó entre los siglos XI y XIII, y otros que fue levantado en el siglo XIV. Sea como fuere, tiene formar rectangular, con cerca de ocho metros de largo y seis de ancho. Está dividido en nueve galerías por cuatro pilas cruciformes y tiene arcos de herradura que sostienen las bóvedas.
Este aljibe forma parte de un asentamiento que había en la zona, una ciudad que fue destruida y posteriormente reconstruida. Se cree que fue uno de los principales baluartes defensivos de Omar Ben Hafsun, siendo un enclave tan importante que se señalaba como capital de la zona durante la época inicial del Califato cordobés.
Sin embargo, aún giran muchas dudas entorno a este lugar, a pesar de que ha sido investigado con minucioso detalle. De hecho, durante un tiempo se creyó que estos yacimientos correspondían con la ciudad de Bobastro.
Aunque sí puede ser que en Mazmúllar se asentara la ciudad de Qámara, cuyo nombre puede ser la base del nombre de Comares. En cualquier caso en la meseta de Mazmúllar hubo una ciudad y una ciudad muy importante.
Todo esto podemos discutirlo en la meseta de Mazmúllar el día de la ruta, mientras recuperamos fuerzas y comenzamos el regreso a Comares, prácticamente por el mismo camino por el que hemos venido.
Ya allí, podremos disfrutar de un hermoso pueblo muy pintoresco, con miradores y una gastronomía en la que regodearnos antes de regresar a casa con la grata sensación del deber cumplido. Y, con suerte, los niños reventados, lo justo para meterlos en la ducha, darles la cena rápido y a la cama de una vez por todas que mañana hay cole.
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