Ruta a Sierra Prieta desde Alozaina

El camino que nos conduce a la subida de la ruta a Sierra Prieta parte desde Alozaina, prácticamente en el corazón de la provincia malagueña. En este punto de Málaga surge un macizo formado por dos sierras que, por norma, son poco transitadas: Sierra Cabrilla y la mencionada Sierra Prieta.

Enclavadas al noreste del Parque Natural de la Sierra de las Nieves, estas sierra forman un terreno rocoso, con pocos árboles, que, no obstante, en los meses húmedos del año suele ofrecer un precioso paisaje verdoso que recuerda a parajes más propios de tierras norteñas que a los de una provincia costera. Un ejemplo más de la diversidad de paisajes que Málaga ofrece a quien quiera explorar nuevas zonas de su geografía (que las hay, aunque parezca mentira, más allá de calle Larios o Puerto Banús).

Estas sierras Cabrilla y Prieta tienen sus puntos más altos en los 1.497 metros de altitud y en los 1.525 metros, respectivamente. Y mientras Cabrilla está más cercana a Yunquera y la Sierra de las Nieves, Prieta se encuentra más cerca a Casarabonela y justo al suroeste de la Sierra de Alcaparaín.

La senda que recorreremos, sin embargo, como hemos dicho, partirá de Alozaina, siendo una ruta practicable en cualquier época del año, aunque es preferible hacerla en días despejados que permitan disfrutar de las vistas que el paisaje regala.

Es una ruta relativamente corta, de tan sólo ocho kilómetros, pero de gran desnivel, por lo que se tarda unas cinco horas en recorrerla. Es circular, porque nos marcharemos por donde hemos venido (¡y sin dejar ningún rastro de nuestra presencia ni desperdicio!).

Si no somos habituales de esto del senderismo, hay quien recomienda comenzar la ruta a unos cuatro kilómetros de Alozaina, en la cañada de Fuente Techá, acortando el recorrido bastante. Pero, después de las numerosas rutas que hemos listado, seguramente ya tendrás las piernas esculpidas en madera y el culo, en piedra.

Por eso, como los expertos que ya somos, partiremos desde Alozaina con el plato de los montes que nos tomaremos al regresar, en mente. ¡Debemos tener siempre claras nuestras metas!

El acceso arranca desde esta localidad por la carretera A-366 que conduce a Yunquera. Así, poco antes de llegar a Puerto de Jorox, nos adentramos en el carril que conduce a Sierra Pietra, que está debidamente señalizado. Tras pasar una cantera de mármol, un recorrido de cuatro kilómetros nos conducirá hasta la mencionada cañada de Fuente Techá desde donde la ruta continúa.

Al hilo de esto, se debe recordar que cualquier ruta es orientativa: siempre se puede ampliar su recorrido o reducirlo. Lo importante es explorar los caminos, siempre teniendo en cuenta nuestro estado físico y las medidas de seguridad que el sentido común (si es que disponemos de él) nos indique respetar.

Desde Fuente Techá la vereda se introduce en su cañada, llegando al gran pilar de esta fuente que le proporciona el nombre. Junto al nacimiento, una calera abandonada, donde antiguamente se elaboraba cal para las fachadas de las localidades cercanas, indica el uso que se le daba a las rocas calizas presentes en la zona.

En épocas de sequías prolongadas Fuente Techá llega a secarse, pero en condiciones normales se convierte en un importante abrevadero para la fauna de la región, como numerosos pajaritos y, sobre todo, la cabra montesa abundante en esta sierra.

Desde esta cañada, y después de haber descansado un poco, continuamos por el zigzagueante carril que inicia la ascensión por la ladera que conduce a Sierra Pietra.

En este punto arranca una fuerte subida entre matorrales y algunos bosquetes que nos conduce hasta el llamado Castillito de las Ventanillas, formación rocosa de fuertes aristas que bien podría aparecer en alguna de las fantasiosas historias de las Dragonlance.

Tras una referencia que nadie habrá pillado (porque, como todo el mundo sabe, los roleros no son muy de recorrer el monte más allá de su imaginación), para continuar la ascensión deberemos atravesar esta tolkiana formación. Pero, como hemos dicho, y como en toda ruta, tomando las debidas precauciones, pues en algunas zonas este terreno es muy pedregoso, lo que combinado con empinadas pendientes y el fuerte viento que en ocasiones azota el lugar, puede trasformar el trayecto en una ruta con algunos picos de peligrosidad.

Una vez atravesado el Castillito de las Ventanillas, el camino continua por la sierra, en ocasiones con escarpada pendiente, donde comienza a surgir una curiosa vegetación de montaña, que supone una delicia para los aficionados a la botánica (y para los energúmenos que se dedican a pisotear y patear toda planta que se encuentran a su paso).

Sin perder nunca la señalada senda, y disfrutando en gran manera de las impresionantes vistas (podemos parar cuántas veces sean necesarias para que nuestra cara salga bien en el selfie de una maldita vez), se llega a la cumbre de Sierra Prieta, situada justo encima de unas rocas.

Sus 1.525 metros de altitud la convierten en la segunda sierra más alta de la comarca, después de la Sierra de las Nieves por lo que habremos alcanzado una meta nada baladí.

Sus impresionantes vistas y el sentimiento de ser parte de la naturaleza serán suficiente recompensa por todo el esfuerzo realizado... o eso diremos a nuestros amigos y seguidores en las redes sociales.

En realidad, la recompensa nos espera, como hemos dicho, en Alozaina -a donde regresaremos por el mismo camino en sentido inverso-: un buen plato de los montes que se nos pegue al riñón para toda la vida.