Sanitarios de Málaga aconsejan que personas vulnerables y mayores usen mascarilla en transportes públicos

Profesionales apelan al sentido común, la prudencia y la responsabilidad para no contagiar ni contagiarse

Psicólogos ven lógicos los temores a quitarse las mascarillas tras dos años

Una sanitaria de una farmacia muestra una mascarilla. / Javier Albiñana

Málaga/El fin del uso de la mascarilla en transportes públicos desde este miércoles es visto por los sanitarios como un paso más en la normalización de la vida cotidiana tras la pandemia. Pero en este momento final de la desescalada aconsejan sentido común, prudencia y responsabilidad para no contagiar ni contagiarse. Por eso recomiendan que las personas vulnerables y mayores de 60 años, aunque no sea obligatoria, continúen utilizándola en espacios cerrados, como pueden ser autobuses, trenes o interiores de restaurantes atestados de gente para no contraer ningún virus respiratorio. Apelación que también hacen para quienes presenten síntomas de una patología respiratoria infecciosa a fin de que no la propaguen.

"Sentido común y sentido común", insiste el presidente del Colegio de Enfermería de Málaga, José Miguel Carrasco. Y añade: "Que no sea obligatoria en los transportes públicos no quiere decir que nadie se la tenga que poner". Recuerda que ya el resto de los países europeos están exentos de su uso en este ámbito. Pero agrega que el Covid se queda y que persisten otros virus. Por ello reitera que hay que aplicar la lección aprendida con la pandemia: "Lavado de manos, distancia si hay alguien vulnerable o con síntomas, no estornudar a nadie encima y no escupir".

Por su parte, el presidente del Colegio de Médicos, Pedro Navarro, hace hincapié en que la circulación en invierno del Covid y otros virus respiratorios "aún pueden provocar muchas patologías respiratorias; por tanto es conveniente su uso en sitios cerrados y mal ventilados, como es el transporte público; sobre todo en la población de riesgo". Por eso, insiste en que "la prudencia es una buena medida preventiva".

El Colegio de Farmacéuticos de Málaga no ha valorado el asunto para tomar un posicionamiento oficial. No obstante, su presidente, Francisco Florido, considera "un acierto que en las farmacias, como establecimiento sanitario, se siga manteniendo la obligatoriedad de su uso por la presencia de personas vulnerables". A nivel particular, recomienda su uso dentro de los transportes públicos. "Una cosa es la recomendación y otra la obligatoriedad, a partir de ahí dependerá de la responsabilidad de cada uno", señala.

El presidente del Colegio de Fisioterapeutas de Andalucía, Juan Manuel Nieblas, consideró "oportuno y acertado" que se quite la obligatoriedad de la mascarilla en el transporte público. Pero insistió en que es recomendable que las personas vulnerables o inmunodeprimidas se la pongan. "Está en sus manos tener la precaución de usarla porque es eficaz para prevenir contagios", dijo.

También el jefe de Neumología del Clínico, José Luis Velasco, apela a las enseñanzas del Covid. "Hemos aprendido que la mascarilla ayuda a prevenir enfermedades respiratorias contagiosas. Así que hay que usarla con responsabilidad", dice. Ejemplifica que si alguien está mal, con síntomas de gripe, Covid o virus sincitial respiratorio, "no puede tomarse un paracetamol e irse a comprar a unos grandes almacenes", sino que debe ponérsela para no propagar la infección. También insiste que aunque no sea obligatoria, las personas inmunodeprimidas deben saber que en el transporte público "tienen más probabilidades de contagio", por lo tanto deben ponérselas. Velasco, que ha estado en primera línea de lucha contra la pandemia, cree que es un acto de "coherencia" que se elimine la obligatoriedad en los transportes públicos, dado que tampoco es necesaria ya en una boda con cientos de invitados. Pero insiste en la "responsabilidad individual" para no contraer ni propagar los virus.

El farmacéutico y presidente de la Fundación Bidafarma, Leandro Martínez, sostiene que el Gobierno no ha fundamentado con argumentos este cambio de inminente aplicación. Pero coincide con otros sanitarios en apelar a que las personas vulnerables y mayores se pongan la mascarilla en espacios cerrados donde estén expuestos a contagios. "Los mayores de 60 años deben seguir usándola en transportes públicos, donde van a 20 o 30 centímetros unos de otros", acotó. Como Florido, también se mostró partidario de que se mantenga la obligatoriedad en farmacias dado que son espacios a donde acuden personas vulnerables o que pueden padecer patologías respiratorias. Manteniendo su uso, opinó, se contribuye a atajar la propagación de mucho virus, no sólo del Covid.

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